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‘Personas decentes’ de Leonardo Padura es un libro para deleitarse con una extraordinaria narración

“Personas Inocentes”, es quizá una de las novelas mejor logradas del escritor cubano Leonardo Padura.
“Personas Inocentes”, es quizá una de las novelas mejor logradas del escritor cubano Leonardo Padura.
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Leonardo Padura es un personaje en si mismo, conocido dentro y fuera de Cuba gracias a sus extraordinarias novelas policiacas

A sus 67 años, después de haber ganado todos los premios habidos y por haber, Leonardo Padura nos entrega una nueva novela, “Personas decentes”, donde su protagonista, Mario Conde, el policía que lo ha acompañado a lo largo de varios libros, es un hombre cada vez más sabio y reflexivo, pero, sobre todo, es un hombre bueno.

Si ha tenido la oportunidad de leer otros libros de Leonardo Padura, se dará cuenta que “Personas decentes”, es quizá una de las novelas mejor logradas de este escritor cubano que cada vez que publica algo, nos deja con una deliciosa sensación de lectura.

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Hace poco tuve la oportunidad de hablar con él, y me sorprendió por supuesto, su amabilidad, la facilidad de palabra, pero sobre todo su gran amor por el país que lo vio nacer.

En las páginas de “Personas decentes”, no hay una crítica opositora ni nada que se le parezca. Hay una Habana, en donde discurre su historia, que nos salpica de la cotidianidad de un país que ha vivido en circunstancias especiales desde hace más de medio siglo, de situaciones políticas, pero sobre todo de un personaje con el que se crea un lazo íntimo de solidaridad y admiración.

Con la maestría que le caracteriza, Padura logra hacer que dos historias, que al parecer no tienen nada en común, converjan en un relato fascinante, lleno de intriga y misterio.

“Personas decentes”, de editorial Planeta, es una novela que no tiene desperdicio, ya que desde el inicio te atrapa en un ritmo vertiginoso de acontecimientos.

Editorial Planeta
(Editorial Planeta)

La conversación con Padura fluye. Habla de La Habana y de por qué sus historias ocurren ahí y por qué no podrían suceder en ninguna otra parte. “Me gusta mi ciudad, me gusta conversar, me gusta ver a mis amigos y lo que ocurre en mis calles”, dice pausadamente este habitante del barrio de Mantilla.

La trama se ubica en La Habana del 2016, un año en el que están ocurriendo muchas cosas en ese país. El presidente Barack Obama visita Cuba, en un acontecimiento que la prensa califica como “el deshielo cubano”. Desde 1928 ningún alto mandatario estadounidense pisaba territorio cubano. Pero si eso no fuera de por si extraordinario, se organiza también un concierto de los Rolling Stones. Y todavía se dará un tercer evento: un desfile de modas de Chanel.

Cuando un exdirigente del gobierno cubano aparece asesinado en su apartamento, la policía, desbordada por la visita presidencial, recurre a Mario Conde para que les ayude en la investigación.

Conde descubrirá que el muerto tenía muchos enemigos, pues en el pasado había ejercido de censor para que los artistas no se desviaran de las consignas de la Revolución, y que había sido un hombre déspota y cruel que había acabado con la carrera de muchos artistas que no habían querido plegarse a sus extorsiones.

Cuando unos días después se encuentra un segundo cadáver asesinado con el mismo método, Conde deberá descubrir si las dos muertes están relacionadas y qué hay detrás de estos asesinatos.

A esa trama, se suma una historia que escribe el protagonista, situada un siglo antes, cuando La Habana era la Niza del Caribe y se vivía pensando en el cambio inminente que produciría el cometa Halley. Un caso de asesinato de dos mujeres en La Habana Vieja destapa la lucha abierta entre un hombre poderoso, Alberto Yarini, refinado y de buena familia, capo de los negocios de juego y de prostitución, y su rival Lotot, francés, que le disputa la preeminencia.

El desarrollo de esos hechos históricos tendrá conexión con la historia del presente de un modo que ni el propio Mario Conde sospecha.

Al comienzo de Personas decentes, Mario es un niño que admira a los chicos cool de su barrio. Una noche en la que están organizando una fiesta se estropea el tocadiscos. Van a pedirle el suyo a la familia de Mario, y les abre el niño.

Escuchan con él los discos que llevan encima, y el momento deja en el crío un recuerdo indeleble. “Chama, esto que vas a oír, bueno, casi nadie lo ha oído en la isla de Cuba. Esto acaba de llegar directo del Yunai Kindon y, bueno, ¿tú has oído hablar de los Beatles?”

Conde, todavía incapaz de articular palabra, negó con la cabeza. Motivito rió. (...) Expectación. Un crash, otro, otro... y se produjo el milagro. It’s been a hard day’s night, and I’ve been working like a dog. Conde no entendió un carajo de lo que decía la letra. Pero de inmediato percibió cómo algo lo penetraba, de modo osmótico, viral, irremediable. En ese instante preciso (...) cruzó una frontera desde la cual no había modo de regresar jamás: el territorio sagrado de los iniciados.

Mario Conde es un detective inusual. No es metódico ni calculador, sino desordenado y melancólico. Padura lo describe con todo cuidado. “Es un policía que hubiera querido ser escritor, y que siente solidaridad por los locos”.

Un novelista muy premiado

Antes de recibir el Premio Princesa de Asturias a las Letras 2015 por el conjunto de sus obras, Leonardo Padura había logrado el reconocimiento internacional con sus novelas policiacas protagonizadas por Mario Conde: Pasado Perfecto, Vientos de cuaresma, Máscaras, Paisaje de otoño, Adiós, Hemingway, La neblina de ayer, La cola de la serpiente y la Transparencia del tiempo, todas traducidas a numerosos idiomas y merecedoras de premios como el Café Gijón, el Dashiell Hammett, el Premio de las Islas 2000, el Brigada 21 o el Premio de la novela histórica Barcino.

Las primeras novelas han dado origen a la serie televisiva Cuatro Estaciones de La Habana (Premio Platino). También es autor de La novela de mi vida, El hombre que amaba a los perros (Premio de la Crítica Cubana, Premio Francesco Gelmi di Caporiacco, Carbet del Caribe, Prix Initiales y Prix Roger Caillois), Herejes (Premio de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza), Como polvo en el viento, del libro de relatos Aquello estaba deseando ocurrir, y de Regreso a Itaca, así como los ensayos Agua por todas partes y del reportaje Los Rostros de la salsa.

Y no les cuento más para no echarles a perder la lectura de este extraordinario libro.

EL DATO

Título: Personas decentes

Autor: Leonardo Paduro

Editorial: Planeta

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