Anuncio

Un (nuevo) recordatorio de que solo ha habido un gran comercial para el Super Bowl

Share

El Super Bowl, y más específicamente la publicidad creada para él, es una de nuestras grandes oportunidades para el metaanálisis.

En este momento de cada año vemos avances de los comerciales de televisión concebidos para el Super Bowl, y en los días posteriores al juego escuchamos la revisión de estos anuncios, los análisis, y varios análisis de los análisis. Para los anunciantes y la Liga Nacional de Fútbol (NFL, por sus siglas en inglés), se trata de una espiral deliciosamente lucrativa y persistente de publicidad.

Como lo hemos hecho todos los años durante algún tiempo, debemos recordar una vez más que solo ha habido un gran comercial del Super Bowl en los últimos 40 años, aproximadamente, que este juego ha sido una piedra fundamental de la cultural dominante. Fue un evento único, exclusivo en los anales publicitarios en términos de ambición artística y ejecución, que se coronó como ganador y aún es campeón. Fue emitido una vez, en 1984.

Anuncio

Sí, es el anuncio “1984”, de Apple, que presentó la Macintosh.

Como hemos escrito antes -especialmente para su trigésimo aniversario, en 2014- el comercial se emitió por televisión nacional en su duración completa, de 60 segundos, una sola vez, durante el Super Bowl XVIII, del 22 de enero de 1984, y se convirtió en una leyenda casi de inmediato. Más importante aún, estableció las publicidades televisivas para el Super Bowl como una categoría especial, que obtienen casi tanta atención como el juego en sí.

Dirigido por Ridley Scott, quien ya había hecho “Alien” y “Blade Runner”, el anuncio marcó un hito que las agencias de publicidad y los anunciantes han intentado alcanzar durante 34 años (sin lograrlo). Nos han regalado animales graciosos, han jalado de nuestras fibras íntimas, nos han dado sensualidad, animación e incluso autofotos. Pero, así como hay innumerables presas comparables con la Presa Hoover, incontables cataratas similares a las del Niágara y un sinnúmero de cañones parecidos al Gran Cañón, solo hay una Presa Hoover, unas Cataratas del Niágara y un Gran Cañón.

El anuncio en sí apenas necesita recapitulación, ya que sigue siendo un ícono cultural. Comienza con drones vestidos de gris que marchan al paso de una arenga estalinista a lo ‘Gran Hermano’, transmitida desde una pantalla del tamaño de un Imax, intercalada con tomas de una rubia en camiseta, que corre con un martillo y es perseguida por soldados de asalto. Ella se detiene y rompe la pantalla con una sacudida del martillo, lo cual desata una ráfaga de aire fresco en el ejército de drones. Justo antes del final, llega el mensaje: “El 24 de enero, Apple Computer presentará Macintosh. Y verás por qué 1984 no será como ‘1984’”.

La historia del anuncio, contada por el veterano historiador de Apple Owen Linzmeyer, se puede encontrar aquí. El papel de la rubia rebelde se le otorgó a una lanzadora de discos británica, llamada Anya Major, quien podía dar vueltas para lanzar el martillo a la imagen de Gran Hermano sin marearse.

Antes de su transmisión, el comercial fue defendido por Steve Jobs, descartado por el CEO de Apple, John Sculley (quien había sido convocado desde PepsiCo para funcionar como un supervisor adulto para la joven empresa), y abominado por la junta directiva. A pesar de la oposición de este último organismo, los ejecutivos de marketing de Apple tomaron la decisión final de mantener su compra de un minuto para la transmisión del Super Bowl, que resultó ser un festival de anuncios de computación hogareña: el tiempo de emisión de Apple se coló entre los anuncios de PC de Radio Shack (con Bill Bixby), Atari (con Alan Alda) e IBM (con Charlie Chaplin).

Como observamos en 2014, y en 2016 y 2017, las PC de IBM y sus clones -rivales de la Macintosh, de Apple- pronto dominaron el mercado de computadoras hogareñas y de oficina, pero el comercial “1984”, de Apple, sigue reinando como un hito de marketing. Dentro de tres décadas, las agencias de publicidad seguirán intentando superarlo, y seguirán fracasando.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Anuncio