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Incluso si aún no sabe que está enfermo, su rostro podría delatarlo

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Dicen que no se puede juzgar un libro por su portada, pero los humanos pueden juzgar si otra persona está enferma con sólo mirar una foto por unos pocos segundos.

El tema quizás no suena notable, hasta que considere que las personas enfermas en las fotos se encontraban en las primeras etapas de su dolencia. Todas ellas participaron en un experimento científico y aceptaron infectarse con una bacteria que causaría una respuesta inflamatoria. Sus retratos fueron tomados sólo dos horas después de la infección.

Esas imágenes, junto con los retratos de las mismas personas tomados cuando estaban sanos, fueron exhibidos frente a docenas de voluntarios del estudio en orden aleatorio. Los voluntarios no tenían más de cinco segundos para adivinar si el retratado estaba enfermo o sano.

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En la primera serie de calificaciones, 62 voluntarios hicieron 2,945 juicios sobre 32 imágenes (de ocho hombres y ocho mujeres, cada una tomada después de haber sido inyectados con endotoxina de E. coli y después de haber sido inyectados con un placebo).

Los voluntarios supusieron que 1,215 de esas fotos eran de personas enfermas. Las conjeturas fueron correctas el 64% de las veces y erróneas en un 36% de ocasiones, según un estudio publicado esta semana en las Proceedings of the Royal Society B.

Aparentemente, tres de los 16 participantes eran particularmente indescifrables; cuando los eliminaron del análisis, los voluntarios acertaron el 81% de las veces, indicaron los autores del estudio.

En una escala en la que 0.5 significa adivinar al azar y 1 representa acertar correctamente todas las veces, los voluntarios obtuvieron un puntaje de 0.62. En otras palabras, lo hicieron significativamente mejor que si hubieran arrojado una moneda para decidir si alguien estaba sano o enfermo.

En la segunda serie de calificaciones, 60 personas miraron las mismas 32 fotos y se les preguntó si la persona de cada imagen parecía enferma y si se veía cansada. Los voluntarios también calificaron ocho “señales de enfermedad” específicas en una escala de 1 (sin síntomas) a 7 (síntomas muy altos).

Las calificaciones revelaron que los sujetos en las fotos se veían más enfermos y más cansados después de recibir la inyección de E. coli que después del placebo. Los evaluadores también consideraron que tenían la piel y los labios más pálidos, las caras más hinchadas, los ojos más rojos, los párpados más colgantes y las bocas más caídas después de recibir la inyección real que después de la falsa.

Un análisis más detallado mostró que las seis señales faciales influyeron en la percepción de los calificadores acerca de la salud de una persona. También lo hizo el cansancio. Pero otras dos señales que obtuvieron calificaciones diferentes en personas enfermas y sanas (piel brillante y piel desigual) no afectaron los juicios sobre la salud, informaron los investigadores.

Parece sorprendente que la gente común pueda reconocer la enfermedad en otros apenas después de la infección, pero los autores del estudio afirmaron que esta capacidad tiene un claro propósito evolutivo. “Podría ser especialmente beneficioso identificar a sujetos enfermos en una etapa temprana, cuando el riesgo de contagio es alto”, escribió el equipo dirigido por John Axelsson, de la Universidad de Estocolmo, y el Instituto Karolinska, de la misma ciudad.

De hecho, señalaron, los experimentos con fotos probablemente subestiman el alcance de esta habilidad: “En circunstancias de la vida real, esperaríamos que los humanos tuvieran una sensibilidad más alta debido a la posibilidad de integrar otras señales (por ejemplo la marcha, el olor corporal y el habla)”.

Pero este juicio no es perfecto, especialmente porque muchas de las señales asociadas con la enfermedad también están presentes en personas que están simplemente cansadas o tristes. Parece inevitable que los humanos a veces eviten a otros “que no representan una amenaza de contagio”, escribieron los investigadores, agregando que esto podría ayudar a explicar un fenómeno conocido como “estigma de la discapacidad” y otros tipos de prejuicios.

“Dichas tendencias de comportamiento se habrían visto favorecidas por las presiones de selección para evitar respuestas de falsos negativos al examinar el entorno en busca de amenazas infecciosas inminentes”, concluyeron.

Con todo esto en mente, volvamos a las fotos en la parte superior de este artículo. Si los retratados lucen un poco extraños, se debe a que cada uno es un compuesto de ocho hombres y ocho mujeres que aceptaron enfermarse por el bien de la ciencia. Un lado está formado por 16 retratos de personas sanas, y el otro por 16 imágenes de cuando recién comenzaban a enfermarse.

¿Qué lado es cuál? Quienes adivinaron que las caras enfermas están a la derecha, han acertado.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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