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Las escuelas de L.A enseñan a los niños cómo lidiar con la sequía

La escuela primaria Enadia Way en Los Ángeles ha tenido un jardín dentro del plantel desde el 2009.

La escuela primaria Enadia Way en Los Ángeles ha tenido un jardín dentro del plantel desde el 2009.

(Sonali Kohli / Los Angeles Times)
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Si eres maestro, un jardín es un regalo que puede generar un sinnúmero de asignaciones y lecciones para los estudiantes.

Las lecciones científicas que se pueden impartir son obvias. Y más allá de eso, hay una lección para todos. Los estudiantes de kínder pueden buscar formas y colores. Los niños más grandes pueden observar las lombrices y también pueden identificar sus partes. O aprender sobre los 5 sentidos, mientras describen el jardín. O aprender a describir a través de la narración.

Ahora al noroeste de Los Ángeles las escuelas tienen una pregunta: ¿Cómo la sequia afecta la forma de como un jardín escolar debe ser?

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Desde el 2009, esas son las clases de lecciones que los estudiantes de Enadia Way Elementary han podido aprender.

La asignación favorita de Joseph Zavala, de 9 años era dibujar la planta que más le gustaba: un ‘castillo powis’, una especie de Artemisa. “Parece una planta a la que le cayó nieve”, dijo el miércoles en la escuela.

Comenzó con un pequeño jardín, --solo 6 cajas la mayoría llenas de flores. El director escuchó que el padre de Joseph era un ávido jardinero y le pregunto si estaba interesado participar como voluntario en la construcción del jardín. Ynes Zavala dijo que si y planto algo de ‘bok choy’, algunas flores de ornamento y algunos rábanos. Eso fue en el otoño del 2009.

Actualmente, ese pequeño jardín ha crecido a cerca de 10,000 pies cuadrados, está lleno de árboles frutales, plantas de vegetales, además de flores. Ynez Zavala está ahí casi todos los días, y en septiembre cada clase pasará media hora a la semana en el jardín. Los tomates crecen en una de las hileras, a solo unos pasos de las calabazas. Los jueves durante el año académico, la escuela realiza un mercado de agricultores en donde Zavala y los estudiantes venden lo que producen, lo que se obtiene de la venta se destina a un fondo para el jardín. El año pasado recaudaron cerca de $4,000 dólares.

Ahora la superintendente de área de distrito, Vivian Ekchian, quiere que las más de 80 escuelas en su distrito vivan la misma experiencia, especialmente desde que los estándares esenciales de ciencia incorporaron el aprendizaje práctico.

La diferencia ahora es que los estudiantes desarrollaran planes para sus propios jardines y ellos aprenderán importantes lecciones de ciencia integradas a la planificación de: la sequía.

El jardín de Enadia creció a su tamaño actual en el 2010, antes de que la sequía golpeara a muchos de los recursos de California. Antes de que el jardín fuera ampliado, era un terreno que no se usaba, dijo Ynes Zavala. Ahora los estudiantes usan mantillo extra para mantener la tierra húmeda, plantan los cultivos más cerca el uno del otro y solo riegan manualmente las plantas que así lo requieren.

En el 2011, con fondos y recursos del distrito la escuela también transformó un espacio de 4,300 pies cuadrados de césped seco en un jardín resistente a la sequía. Ahora hay un árbol de pimienta que sólo necesita ser regado una vez al mes y da sombra en el área del almuerzo, además hay diferentes tipos de cactus y, el favorito de Zavala una planta de Salvia Clevelandii de singular aroma. Frota una y tus manos mantendrán el olor por la siguiente hora.

Zavala, junto con otros padres, ha ayudado en el jardín, y está planeando una renovación para el otoño, para que sea un jardín con plantas nativas de California.

Ekchian hace un llamado a las escuelas y a los estudiantes para que hagan una investigación sobre jardines resistentes a la sequía y que puedan participar en el plan de estudios de la forma en que lo hacen escuelas como Enadia, y adquieran la experiencia práctica que los californianos necesitan para hacer frente a la sequía. Ekchian lanzará el reto a las escuelas en septiembre, y recogerá las presentaciones en los próximos meses.

“El comportamiento responsable es contagioso”, dijo Ekchian.

En Enadia, es un acto de balance, dijo Debra Leith, una diseñadora de jardinería quien es voluntaria de esta y otras escuelas. Enadia no va a detenerse de utilizar sus 10,000 pies cuadrados de jardín, a pesar de que utiliza más agua que un parche en el asfalto (Enadia no mide su consumo de agua, las escuelas podrían incorporar esto en sus propuestas). Pero sí enseña a los estudiantes que si van a utilizar agua, la utilicen para algo que les produzca sustento.

Encuentre a Sonali Kohli en Twitter @sonali_kohli o vía email en sonali.kohli@latimes.com

Traducción por Diana Cervantes.

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