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Los Dodgers regresan a la Serie Mundial para completar el sueño que terminó en pesadilla la temporada pasada

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Los ha mirado desde hace un año; bailando fuera de su alcance, moviéndose en torno a su dolor, burlándose, fastidiando, desafiando. En una fría noche de sábado en Miller Park, un equipo de béisbol alucinante finalmente se enfrentó a su demonio, le pegó la barbilla en el rostro y lo desafió a tener otra pelea.

Bienvenidos otra vez, Dodgers, a la Serie Mundial. Bienvenidos de nuevo al sueño; bienvenidos de nuevo a la pesadilla. Esta vez, una victoria más, ¿vale?

Después de pasar seis meses invirtiendo toda su energía en volver al lugar que los dejó tan vacíos, los Dodgers fueron recompensados con un segundo lugar consecutivo en la Serie Mundial después de una victoria por 5-1 sobre los Milwaukee Brewers en el decisivo Juego 7 de la Serie por el Campeonato de la Liga Nacional (NLCS, por sus siglas en inglés).

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Ahora se enfrentarán al campeón favorito de la liga estadounidense, los Boston Red Sox, el martes 23 de octubre en Boston; una tarea difícil, pero los Dodgers se deleitarán con eso. Después de perder la Serie Mundial de 2017 ante los Astros de Houston en el Juego 7, pasaron toda la temporada en busca de la redención, y finalmente ganaron esa oportunidad en una noche de rica historia y deslumbrante belleza. Y, oh sí, también en una noche de simetría poética, ya que el puntaje final coincidió exactamente con el del Juego 7 de la Serie Mundial perdido en 2017.

“Es algo mágico”, afirmó el copropietario Peter Guber, de pie en medio de la rociada de champaña de la cuarta celebración de los Dodgers en tres semanas.

La noche terminó con Clayton Kershaw apropiadamente en el montículo; el as lanzando la novena entrada con alivio, su figura gigante sofocada por los Dodgers —abrazados y a los saltos—, que claramente ansían comenzar la última etapa de su travesía. “Hubo un mensaje en el Juego 7 del año pasado, aprendimos de eso como equipo, y todos pensamos en este momento; en volver a la Serie Mundial”, aseguró Chris Taylor.

Las primeras apariciones consecutivas de la franquicia en la Serie Mundial en 40 años fueron un hito que cruzó los husos horarios. De vuelta en Los Ángeles, en pleno debut de LeBron James en el Staples Center, la pantalla transmitió la final a una gran multitud y se escuchó a Randy Newman cantando “I Love L.A.” (Amo a Los Ángeles).

En la feliz sede de Miller Park, cualquier canto se habría ahogado con los gritos y las reflexiones sobre el siguiente paso. “No es momento de respirar y relajarse”, afirmó Justin Turner. “No estamos satisfechos de estar allí. Queremos seguir y ganar cuatro partidos y ser el último equipo en pie’’.

Este fue el 30 aniversario del día en que los Dodgers lograron su último campeonato de la Serie Mundial, un recordatorio de una sequía que oscurece cada uno de sus movimientos. Sin embargo, fue una victoria llena de esa clase de recuerdos que podrían permitirle a este grupo escribir una nueva historia.

Ganaron con un audaz bunt de dos strikes por el siempre abucheado Manny Machado, que llevó a un jonrón de dos carreras de Cody Bellinger en la segunda entrada. “Fue increíble cómo realmente consiguió el bunt, y pensar en hacerlo”, dijo Bellinger.

Ganaron con una atrapada sorprendente, arrolladora, por encima del hombro de Taylor en el campo izquierdo, que evitó que la carrera de empate anotara en la quinta entrada. “Fue un gran momento’’, afirmó Taylor. “Me alegro de haber hecho la jugada”.

Ganaron con el novato Walker Buehler llegando a igualar el momento más importante de su inicial trayectoria con una carrera permitida en 42/3 entradas, y con Julio Urias saliendo de la nada para anotar el out más grande de su carrera.

Y, por supuesto, este equipo emocional no podría haberlo logrado sin que Yasiel Puig hiciera un espectáculo de locos con un jonrón de tres carreras en la sexta entrada, con un trot acompañado por un ramillete de gestos. Hizo un ademán con la entrepierna, un corte de garganta, un golpe en el pecho, levantó el techo, bailó en el polvo. Todo fue muy divertido, pero habrá mucha más diversión si pueden superar las dificultades que les esperan la próxima semana en Fenway Park.

“Genial para el béisbol, dos franquicias históricas se enfrentarán”, expresó el gerente de los Dodgers, Dave Roberts. “Va a ser una gran serie”.

Los Red Sox tuvieron el mejor récord en el béisbol esta temporada con 108 victorias; 16 más que los Dodgers. Entraron en la postemporada y ganaron siete de nueve juegos. Los Red Sox serán los favoritos en esta serie de cualquiera que los haya visto jugar.

¿Algo de eso suena familiar? Suena igual que con los Dodgers en la Serie Mundial de la temporada pasada contra los Astros de Houston, ¿no?

Entonces, cualquier cosa puede suceder, algo que los Dodgers demostraron en esta NLCS; un viaje emocionante con altos memorables y bajos llamativos.

“Este es definitivamente un grupo más apto para la batalla”, aseguró el gerente general, Farhan Zaidi. “El año pasado hicimos una especie de travesía en la temporada y las dos primeras rondas de los playoffs. Este año definitivamente ha sido más difícil llegar a este punto”.

Los Dodgers podrían haberse asegurado este viernes, pero sufrieron una derrota en el Juego 6, que los dejó trastabillando para el Juego 7. Sin embargo, una vez que llegaron allí, se elevaron rápidamente. “Teníamos muchos dudosos en el camino, pero no aquí, nadie dudaba de nosotros aquí”, destacó Taylor.

Después de que Christian Yelich le dio a los Brewers una ventaja de 1-0 luego de un jonrón en la primera entrada, Machado lideró el segundo en medio de abucheos ensordecedores al tomar un gran riesgo con un intento de bunt de dos strikes. Era perfecto, la pelota se arrastró hacia la tercera base, y estuvo seguro con un single.

Cuando Machado dejó de correr, se ganó el cariño de todo Wisconsin al tomar su entrepierna —un gesto vil de un alborotador— ante el cual los fanáticos gritaron: ¡Todavía apestas, todavía apestas! Pero cuatro lanzamientos más tarde, todo se olvidó cuando Bellinger, quien fue nombrado el Jugador Más Valioso de la NLCS, tiró un lanzamiento a los asientos del campo derecho, sumándolo a su golpe ganador en la 13ª entrada del Juego 4.

El liderazgo parecía a punto de evaporarse en la quinta entrada, luego de que Lorenzo Cain golpeó un doble de dos outs a la esquina izquierda, persiguiendo a Buehler y acercando a Urias, quien lanzó en tres partidos de temporada regular mientras se recuperaba de una cirugía de hombro.

Yelich saludó a Urias con un tiro profundo al mediocampo izquierdo, pero de alguna manera Taylor pudo perseguirlo y atraparlo con un guante extendido mientras corría y caía de espaldas al home. Ello terminó la entrada y esencialmente desmoralizó a los Brewers, que nunca se recuperaron.

En cuanto a las cuestiones del 30 aniversario, Orel Hershiser, el lanzador ganador en la última victoria del campeonato de la Serie Mundial contra Oakland, recientemente cumplió 60 años. El gerente ganador, Tom Lasorda, tiene 91.

Ese último título fue hace mucho tiempo. El intento de los Dodgers en octubre pasado hizo que la sequía pareciera aún más larga.

Ahora tienen otra oportunidad. Es todo lo que han deseado. Así jugaron el sábado 20 de octubre por la noche. Despierten al demonio, despierten el sueño.

Los Dodgers de Los Ángeles celebran en la sede después de derrotar a los Milwaukee Brewers por 5-1, en el Juego 7 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional de 2018.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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