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Mientras Pujols se acerca a un hit de otra hazaña, aún pertenece más a San Luis que a Anaheim

(Alex Gallardo / AP)
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Si algún día los Angels están pensando en rendir homenaje a Albert Pujols con una estatua, hay algo que deben saber.

Ya existe una. Tiene 10 pies de altura, está hecha de bronce y está a fuera del hotel Sheraton en San Luis.

“Mucha gente en San Luis está aún emocionada sobre lo que está haciendo y aún desean que esté él ahí”, dijo Brad Thompson, una personalidad de los medios en San Luis, quien una vez lanzó para los Cardenales.

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Si los Angels estaban pensando en que un día retirarían la camiseta de Pujols, hay algo más que deben de saber.

Ya lo retiraron esencialmente. Los Cardenales no han permitido a ningún jugador utilizar ese número desde que Pujols dejó esa ciudad hace siete años.

“La gente aún tiene esperanzas de que regrese a San Luis después de que termine su carrera, que venga a un juego inaugural en una camiseta roja de los Cardenales, que tenga una ovación fuerte, y que viva feliz para siempre”, dijo el blogger de los Cardenales, Scott Wuerz.

Mientras Pujols se acerca a la marca mágica de los 3,000 en el juego del jueves en un Angel Stadium ruidoso, uno no podría dejar de pensar en una realidad sobria.

Se siente como si el atleta más decorado que aún se mantiene activo en el Sur de California le pertenece a alguien más.

Es un Angel ahora, pero, realmente, siempre será un Cardenal. Ha pegado su imparable 500 y el jonrón 600 como un Angel, pero la historia del béisbol siempre lo recordará como un Cardenal. Es conocido por ser generoso y amable en el Condado de Orange, pero aún hace vibrar los corazones en San Luis.

Pujols, de 38 años, dejó San Luis en el invierno de 2011 después de una de las temporadas más largas con un equipo, 11 campañas.

Vino al Oeste cuando lo convenció Arte Moreno y sus $254 millones- más de $54 millones de los que ofrecían los Cardenales. Al hacer eso, dejó un legado que no puede comprarse.

“Siempre lo veo como si fuera un Cardenal”, dijo Nick Wilhelm, un inversionista de bienes raíces de San Luis, quien tiene dos camisas de Pujols colgadas en la bodega de su familia. “Aquí, jugó por tanto tiempo, con tanto dominio. Ahí, es un jugador que juega a un lado de Mike Trout”.

No es como si no los Angels no han adoptado a Pujols o que los aficionados no lo quieren. Al enfrentar a los Orioles de Baltimore, Pujols pegó un hit al relevista Miguel Castro, y dejó a los 35,879 aficionados de pie, sacando sus teléfonos para grabar sus últimas presentaciones al bate.

En el cuarto, después de pegar cinco bolas de foul, le pegaron en los glúteos por Castro, lo que muchos abuchearon. En el sexto, fue puesto out en un foul ante Mychal Givens. En el octavo, ante Darren O’Day, pegó un elevado de out a la derecha para dejar a todos con ganas de más, en el triunfo de los Angels por 12-3. Pujols fue el centro de la atención la noche del jueves, pero eso desaparecerá. Los Ángeles ahora tienen una gira de cinco juegos y probablemente logrará la hazaña en Seattle o Colorado.

En su tiempo aquí, su talento ha disminuido lentamente con su edad, y su presencia ha sido nublada por otras estrellas.

Al jugar en Anaheim, Pujols se ha perdido entre las celebridades deportivas en el Sur de California.

No ayuda que su era comenzó aquí con Mike Trout y que está disminuyendo durante el primer año de Shohei Ohtani. Su visibilidad ha disminuido cuando uno piensa que los Angels han sufrido desde que llegó.

“No hay mucho romance en el nombre de Pujols ya”, dijo Patrick Rishe, director del departamento de negocios en la Universidad de Washington de San Luis. “No solamente que dejó a un mercado muy beisbolero, pero se ha ido a un lugar que no la ha ido muy bien”.

Rishe viaja a Los Ángeles frecuentemente por negocios y recientemente notó algo muy común entre los aficionados del Sur de California.

“He escuchado el nombre de Zlatan más de en los últimos 10 meses que lo que he escuchado el nombre de Albert Pujols en los últimos 10 años”, dijo refiriéndose al nuevo jugador del Galaxy, Zlatan Ibrahimovic. “No realmente escuchas hablar de los Angels. Y cuando lo escuchas, hablan de Trout, y ahora hablan de Ohtani”.

Pujols declinó una entrevista la semana pasada al hablar de esto y otros temas, diciendo que no quería que la distracción de los 3,000 hits hasta que lo alcanzara.

Pero la diferencia entre su era aquí y la de San Luis ha sido sorprendente.

Ahí fue al Juego de Estrellas nueve veces. Ha sido un All-Star una vez aquí.

Ahí ganó dos Series Mundiales. Aquí no ha ganado ningún juego de playoff.

Ganó tres premios de Jugador Más Valiosos, dos títulos de más jonrones, dos Guantes de Oro y un título de bateo ahí. Ha tenido que estar satisfecho aquí con el respeto de un equipo que se maravilla en su ética de trabajo.

Mientras tanto, los Cardenales han estado bien desde que se fue Pujols, al ir a los playoffs cuatro veces, avanzaron a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional tres veces y estuvo en la Serie Mundial una vez.

Al ahorrarse los $210 millones que le ofrecían a Pujols, los Cardenales pudieron mantener a jugadores emblema como Yadier Molina y Adam Wainwright, además de utilizar la selección complementaria del draft que recibieron por Pujols para adquirir a Michael Wacha.

Aún, muchos en San Luis lo extrañan, especialmente ahora. Especialmente en esta semana.

“Si estuviera llegando a su hit 3,000 en San Luis, sería una increíble historia”, dijo Wilhelm. “La gente estaría volviéndose loca”.

El calendario se espera que lleve a los Angels a San Luis la siguiente temporada por primera vez desde que partió. Los Cardenales probablemente están planeando algo alrededor de eso. La gente al recibirlo, seguro que será algo para el recuerdo.

Considerando que Pujols firmó un contrato que lo dejarían trabajando con los Angels por 10 años después de que termine su contrato- hasta el 2032-, podría ser una de las pocas veces que pueda sentir otra vez el amor que dejó.

A Pujols le dieron un par de ovaciones el jueves por la noche. Fueron muy fuertes. Estaban bien. Pero estuvieron cortos por un hit.

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