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UC Santa Cruz es mucho más que hippies; ¿por qué no puede atraer a más estudiantes de transferencia?

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UC Santa Cruz se erige sobre una extensión idílica de bosques de secoyas y praderas onduladas. El surf de primer nivel se encuentra a sólo minutos de distancia.

Sus investigadores fueron los primeros en organizar la secuencia de ADN del genoma humano y ponerla a disposición del público.

Es una institución extravagante y colorida, con tradiciones del campus que incluyen una carrera al desnudo en la primera lluvia fuerte de la temporada y una babosa amarilla como mascota.

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Entonces, ¿por qué la universidad no puede atraer a tantos estudiantes de transferencia como el estado dice que debería?

Aproximadamente a nueve millas de distancia, Cabrillo College en Aptos es el colegio comunitario más cercano. Pero en un reciente discurso de promoción de UC Santa Cruz con la presidenta de la Universidad de California, Janet Napolitano, numerosos estudiantes de Cabrillo dejaron en claro que la institución no era su primera opción para transferirse. Cal State es más barato y las clases son más pequeñas, razonó un estudiante. La vivienda en Santa Cruz es demasiado cara, dijo otro. Varios nombraron a UCLA o UC Berkeley como sus escuelas soñadas.

“La vida en Santa Cruz es demasiado hippie para mí”, reconoció Rachel Biddleman, una joven de 21 años que estudia ciencias políticas. “Soy más bien una persona de ciudad”.

Recientemente, UC Santa Cruz lanzó una iniciativa de un millón de dólares para acercarse a los estudiantes de colegios comunitarios de todo el estado, en un esfuerzo por cambiar su pensamiento y aumentar las cifras de transferencias. La institución está presionada para cumplir con las demandas estatales, que requieren que ocho de los nueve campus de pregrado de la UC inscriban a un estudiante de transferencia por cada dos alumnos de primer año. Santa Cruz y Riverside se quedan cortos en ese sentido, una falla que el gobernador Jerry Brown citó el año pasado como una de las razones por las cuales retiene $50 millones del presupuesto de la casa de estudios.

El año pasado, Santa Cruz inscribió alrededor de tres estudiantes de primer año por cada transferencia. De los campus bajo escrutinio estatal, sólo a Riverside le fue peor, con alrededor de cuatro estudiantes de primer año por cada transferido.

Los funcionarios de finanzas del estado decidirán esta primavera si los campus han hecho suficientes “esfuerzos de buena fe” para alcanzar la proporción, que fue establecida por Brown y Napolitano en el 2015, indicó H.D. Palmer, portavoz del departamento de finanzas del estado. El funcionario señaló que una de las razones por las cuales Brown quiere que la cifra aumente es que ofrecen un camino más rentable para una carrera de cuatro años porque los estudiantes de transferencia completan sus primeros dos años de estudios en colegios comunitarios menos costosos.

Sin embargo, el rector de UC Santa Cruz, George Blumenthal, considera que los burócratas de finanzas que juzgan la inscripción universitaria realizan una “microgestión increíble”. El funcionario asegura que el campus se está esforzando, y ha empezado por corregir ciertas percepciones erróneas, tal como las definió. La gente todavía escucha el nombre y se imagina al campus que “Rolling Stone” una vez apodó “el lugar más drogado de la tierra”. “Algunos todavía piensan en nosotros como un sitio excéntrico... como babosas amarillas, hippies y protestas”, dijo. “También somos una universidad seria”.

En Cabrillo College, Blumenthal se refirió al trabajo en el proyecto del genoma humano, así como a la investigación en ciencias marinas y astronomía y astrofísica. Los estudiantes tuvieron la oportunidad de conocer a un miembro de la facultad de Santa Cruz, cuyo equipo ganó elogios en todo el mundo este otoño por ser el primero en capturar la luz generada por una fusión cataclísmica de dos estrellas de neutrones. El otoño pasado, el Times Higher Education, con sede en Londres, ubicó a UC Santa Cruz en el tercer lugar del mundo en cuanto a influencia en la investigación, según el número de veces que los académicos citaron su trabajo.

Blumenthal relató ante los estudiantes de cuatro colegios comunitarios de la zona las oportunidades de investigación de pregrado de la universidad, el énfasis en la justicia social y el liderazgo en la sostenibilidad ambiental. Agregó también que una nueva academia de verano podría ayudarlos a realizar la transición.

Por su parte, Napolitano habló sobre la generosa ayuda financiera, la diversidad y el apoyo de la UC con los inmigrantes. “Las puertas de la Universidad de California están abiertas... ¡Justo al lado está UC Santa Cruz!”, dijo.

La geografía del campus, sin embargo, es una barrera. Una encuesta reciente de la UC encontró que nueve de cada 10 transferidos preferían elegir un campus cerca de su hogar. Pero muchos alumnos que viven en el Silicon Valley, densamente poblado, ven a Santa Cruz como “mundos diferentes” porque el viaje de 30 millas hasta allí incluye montañas y la sinuosa autopista 17, indicó Elizabeth González, que trabaja en UC Santa Cruz en apoyo y programas para estudiantes de transferencia y de reingreso.

Los latinos, que representan cuatro de cada 10 estudiantes de colegios comunitarios del estado, a menudo deben quedarse en el hogar para ayudar a los padres a cuidar a los niños, traducir y ganar dinero, indicó. Por ello, esa sensación de distancia es un problema.

Para ganarse a los padres, González ayudó a lanzar un “Día de la familia”, en el cual las familias latinas viajan en autobuses desde San José para realizar visitas y talleres, con traducción en español, sobre ayuda financiera, requisitos de admisión, políticas académicas, apoyo para alumnos inmigrantes y programas de transferencia especiales.

UC Santa Cruz utiliza $10 millones en subvenciones federales para apoyar a los jóvenes latinos en matemáticas y escritura, investigación de pregrado y carreras STEM. González enseña estudios latinos en San Jose City College para intentar establecer conexiones y mostrarles a los alumnos que pueden manejar el trabajo de la UC. “Algunos estudiantes piensan que no son aptos para la UC”, dijo. “Se trata de una gran percepción errónea”.

El otoño pasado, 23 alumnos se transfirieron desde San José, casi tres veces más que los ocho estudiantes registrados dos años antes.

Santa Cruz recluta ahora en colegios comunitarios en todo el estado y ha casi duplicado sus visitas en los últimos dos años. Ahora llegan al 80% de los 114 campus del estado, indicó Michelle Whittingham, vicerrectora asociada de gestión de inscripción.

Para ampliar el acceso, Santa Cruz bajó su GPA (promedio académico) requerido para transferidos de 2.6 al mínimo de la UC de 2.4 luego de que los datos mostraron que ello no afectaría el éxito estudiantil, informó Onuttom Narayan, un profesor de física que ayudó a revisar la modificación para el Senado Académico. El profesorado también está evaluando los requisitos para especialidades individuales, dijo, para asegurarse de que no haya barreras de ingreso innecesarias. “En este momento, básicamente aceptamos a todos los solicitantes que cumplen con los requisitos”, señaló por su parte Blumenthal.

Whittingham agregó que el campus va en camino a mejorar la tasa de transferencia este año. Las solicitudes de transferencias aumentaron casi un 13% para el otoño de 2018, la mayor mejora de la UC después de Riverside.

Pero incluso después de que los estudiantes de transferencia son aceptados, deben ser persuadidos a asistir. Sólo una quinta parte de los alumnos de transferencia admitidos terminaron inscribiéndose en 2016-17. Muchos optaron, en cambio, por UC Davis.

Emma Stewart y Sylvane Vaccarino eligieron Santa Cruz y les encanta. Stewart, quien se transfirió desde Long Beach City College, encontró una cariñosa comunidad LGBTQ+ y un amplio espacio para perseguir la escritura creativa y poesía.

Vaccarino llegó de San Diego City College, atraído por la investigación del profesorado de UC Santa Cruz y el registro de justicia social. El joven señaló que la escuela le hizo el camino más fácil al colocarlo en un piso de dormitorios para transferidos y ofrecerle ayuda adicional en un centro de apoyo especializado. “Llegar a esta gran universidad, donde puedes sentirte como un número de identificación, y tener un lugar donde alguien supiera mi nombre y mi historia fue realmente agradable”, remarcó. Vaccarino se graduó con honores la primavera pasada y ahora está cursando un doctorado en psicología social. Los únicos inconvenientes son estar lejos de la familia y de la buena comida mexicana.

Recientemente, David Shaw, un conferencista de UC Santa Cruz que luce una coleta y barba, les mostró a los estudiantes el Common Ground Center, un espacio recientemente inaugurado y enfocado en el cambio social y ambiental. Los carteles en la pared mostraban a un nativo americano en profunda comunión con la naturaleza e instaban a las personas a aprovechar el poder de generaciones de “sabiduría colectiva y creatividad conjunta”. “[Aquí] Puedes sentarte, tomar té y tener conversaciones realmente buenas, con comidas cultivadas en gran medida en nuestro jardín orgánico”, afirmó Shaw.

Santa Cruz, después de todo, sigue siendo Santa Cruz.

Traducción: Diana Cervantes

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí:

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