¿Habrá suerte en el Oscar para ‘Dolor y gloria’?

Falta solo una semana para la realización de la ceremonia número 92 de los Premios de la Academia, y a estas alturas, las cartas están casi completamente puestas sobre la mesa, no solo porque el anuncio de los nominados finales se produjo el pasado 13 de enero, sino porque casi todos los sindicatos vinculados de algún modo a las decisiones que se toman en el Oscar han realizado ya sus propios eventos de premiación.

Todo esto permite tener una visión bastante clara de lo que sucederá el 9 de febrero en el Dolby Theatre, aunque nada está todavía definido, sobre todo porque los resultados de los citados gremios no coinciden siempre con las votaciones de la Academia. Y esa es la opción más realista que tiene la mayor apuesta hispana para llevarse uno de los premios en los que se encuentra nominada.

Me refiero a “Dolor y gloria”, el drama español de Pedro Almodóvar que compite en una de las categorías más populares (la de Mejor Actor Principal) y que es mencionada también en el rubro de Mejor Película Internacional. A simple vista, sus opciones son extremadamente limitadas debido al favoritismo de otros nombres y títulos incluidos en los mismos apartados; pero no hay que perder la esperanza, sobre todo porque una de estas categorías puede dar sorpresas.

Para ser claros, la de Mejor Actor ya está (casi) definida. Todo el mundo espera que Joaquin Phoenix se apodere de la estatuilla debido a su increíble papel en “Joker”, y en el caso de que no gane (no va a suceder), tiene detrás a Adam Driver, quien ha sido celebrado a diestra y siniestra debido a su participación en “Marriage Story” (también figura aquí Leo, OK, pero la verdad es que los devotos absolutos de su interpretación en “Once Upon a Time in Hollywood” no son demasiados).

Eso no le quita méritos a lo que logró Banderas al ponerse en la piel de Salvador Mallo, el alter ego de Almodóvar (con varias excepciones, claro, a menos que el cineasta manchego nos haya mentido al asegurarnos que nunca ha probado la heroína durante una entrevista que le hicimos). Algunos entusiastas han descrito incluso el trabajo como la mejor actuación de su carrera, lo que no se encuentra lejos de la verdad.

El “problema” es que lo hizo apelando a una mesura y a una contención que no han sido necesariamente su rasgos más distintivos (recuerden que hizo de El Zorro hasta en dos ocasiones), es decir, ese estilo que algunos incautos confunden con la falta de talento interpretativo (como lo prueba el hecho de que Robert DeNiro no terminara siendo nominado en ninguna de estas ceremonias pese al gran papel que desempeñó en “The Irishman”) y que, evidentemente, se opone radicalmente a la grandilocuencia (justificada, eso sí) de Phoenix en “Joker”, quien cuenta además con el aval completo de las masas.

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“Dolor y gloria” tiene una luz de esperanza en el rubro extranjero (ahora ‘internacional’), porque si bien se enfrenta a la todopoderosa -e indiscutiblemente favorita- “Parasite”, se encontraría en una muy buena posición si es que la cinta coreana recibiera el galardón principal de Mejor Película en el que también compite, abriendo con ello la posibilidad de que los votantes se animaran a coronar otro trabajo.

Siento que “Dolor y gloria” es la segunda apuesta en este rubro, lo que está siendo ignorado por quienes afirman ya con convicción que “Parasite” triunfará también en este. Pero mi comentario perdería validez si es que la Academia decidiera mantener la resolución del Sindicato de Productores (PGA), que es realmente influyente, y darle de ese modo la estatuilla central al excelente trabajo asiático sobre dos familias de diferente extracción social que se involucran en una pugna de consecuencias impredecibles.

En ese sentido, “Dolor y gloria” podría irse a casa con las manos vacías, sin importar que acabe de ser la máxima ganadora en los Premios Goya, que celebran lo mejor del cine español y que le dieron hasta siete victorias (incluyendo una para Banderas y dos para Almodóvar como director y como guionista), pero que no tienen absolutamente nada que ver con el Oscar (por si lo ignoraban). Sin embargo, pase lo que pase, debe quedar claro que se trata de una gran película.

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