Embarazadas y en la cárcel: El condado de LA busca reducir los números
Casi el cinco por ciento de las mujeres jóvenes que ingresaron a las cárceles de Los Ángeles o centros de detención de la región resultaron positivo en las pruebas de embarazo tan solo en el 2017.
Con estas cifras en mano, dos miembros de la Junta de Supervisores buscan obtener más recursos que puedan ser destinados a mejorar la atención de estas mujeres al mismo tiempo que logran reducir esos números.
Las 50 mujeres que obtuvieron resultados positivos tenían entre 14 y 19 años. Sus delitos iban desde el robo o delitos menores hasta el asesinato.
Para las supervisoras Hilda Solis y Janice Hahn, este sector necesita ayuda. Las que tienen delitos menores podrían someterse a programas para evitar la cárcel, mientras las que tienen delitos graves podrían obtener mejores servicios bajo custodia.
“Se ha hecho mucho para mejorar la atención y el tratamiento de las mujeres adultas encarcelados y embarazadas. Hoy, centramos nuestra atención en las jovencitas embarazadas, para mejorar la atención que reciben mientras están bajo nuestra custodia’’, dice Solí
“Siempre que sea posible, estas jóvenes deberían recibir las herramientas y habilidades que necesitan para ser exitosamente desviadas [de la cárcel] a la comunidad para que puedan convertirse en madres responsables y terminen su educación’’, agrega.
En 2017 se creó un Departamento de Salud de la Mujer para supervisar la atención ginecológica de mujeres encarceladas en Century Regional Detention. No obstante, sigue siendo difícil brindar atención, en parte por los horarios de visitas, las fechas de corte y los cierres de seguridad que en muchas ocasiones interfieren, según un informe de julio del Departamento de Servicios de Salud (DHS), para La Junta de Supervisores.
Las mejores prácticas incluyen la detección del embarazo, el inicio de retiro de cárcel o alternativas para las dependientes de opiáceos, atención de ginecología en el lugar, apoyo a la lactancia materna y eliminación de restricciones durante el parto y el nacimiento.
Además de abogar para que mujeres y las jóvenes reciban atención médica de calidad y entender sus derechos como madres, el informe del DHS destaca la necesidad de servicios especializados de salud mental.
“Vamos a poner más recursos para mantener a las jóvenes embarazadas fuera de nuestra custodia en primer lugar ‘’, dice Hahn. “Sin embargo, hasta que todos las niñas embarazadas sean desviadas de los centros de detención, necesitamos reconocer que las que están bajo nuestra custodia también están bajo nuestro cuidado y deben tener acceso a los servicios”.
Un informe con un borrador de estrategia para reducir el número de embarazadas así como la mejora de atención para estas debe presentarse en seis meses.
La moción también requiere que los departamentos del condado establezcan políticas y procedimientos culturalmente competentes que describan cómo las jóvenes encarceladas pueden acceder a servicios de salud mental únicos para las embarazadas.
Estas políticas escritas abordarán el parto y las visitas posparto, y las opciones para la lactancia materna. La moción también dirige a los departamentos a mejorar los procedimientos para presentar quejas que retienen la confidencialidad de las jóvenes encarceladas.
Los estudiantes de la Clínica de Justicia y Juventud de la Facultad de Derecho de UCLA colaboraron con la investigación para esta moción. El objetivo de la clínica es explorar los problemas dentro del sistema de justicia juvenil e identificar soluciones a través de la reforma del sistema, la ley y la política pública.
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