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¿La nueva escasez? Perros y gatos. Cada vez más gente adopta mascotas como compañía durante la cuarentena

Fostering pets during coronavirus pandemic
Namiko Ishii-Danganan, centro, y sus hijas Ami Ishii, a la izquierda, y Miya Ishii cuidan de Sky, un pitbull de un año de edad, en su casa en Downey.
(Carolyn Cole / Los Angeles Times)
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Emily Bates necesitaba algún remedio para su creciente sensación de temor. Su solución: adoptar un terrier mestizo llamado Frankie.

Heidi Torres necesitaba una distracción del coronavirus para sus tres hijos, aburridos, preocupados y lejos de la escuela. ¿Qué hizo? Darle hogar a Benny, una mezcla de spaniel que acababa de ser atropellado por un automóvil.

Liz Bridges, lejos de su hogar en Pasadena, sólo necesitaba un amigo.

Entonces se llevó a casa una cachorra callejera de cuatro semanas de edad que los monjes mantenían apenas con vida en las calles de Talpe, una pequeña ciudad costera en el sur de Sri Lanka.

En Los Ángeles y en todo el mundo, en tiempos inquietos e inciertos, a veces parece que todos los gatos y perros callejeros son ahora un animal de terapia. “Los perros son tan sanadores”, remarcó Namiko Ishii-Danganan, quien acaba de dar casa de tránsito a una pitbull llamada Sky. “Ella es una gran distracción... el amor primaveral más grande de la historia”.

Las organizaciones de refugio y rescate en todo el país informan que hay un interés sin precedentes en dar hogar de tránsito y adoptar, a medida que las personas en aislamiento social recurren a perros y gatos -chicos y grandes- y hasta a algún conejo, para tener algo de alivio durante la crisis del coronavirus.

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En medio del bloqueo, una nación inquieta y obstinada ha descubierto que lo que realmente necesita en este momento es unos arrumacos con un ser de cuatro patas.

CatCafe
Kristi Labrenz Galván, fundadora de CatCafe Lounge, pasa tiempo con algunos de sus amigos peludos en el establecimiento del lado oeste. CatCafe ahora está cerrado al público debido al COVID-19, pero los gatos todavía están allí, y Galván y su personal se las arreglan para entregarlos a hogares.
(Genaro Molina / Los Angeles Times)

“Estamos inundados de ofertas de quienes quieren cuidar gatitos; también hay un gran interés en la adopción”, remarcó Ben Lehrer, presidente de Kitten Rescue, que trabaja con gatos callejeros en Los Ángeles desde hace 25 años.

Kristi Labrenz Galván, quien dirige CatCafe Lounge, una tienda donde hay café y muchos gatos disponibles (actualmente abierta sólo para los servicios de adopción) en el oeste de Los Ángeles, informó un aumento similar. “Hemos tenido tantas adopciones... Ha sido genial”.

Jack Hagerman, vicepresidente de la Sociedad Humana de Pasadena, reportó un “aumento masivo” de interés y agregó que en una semana, más o menos, desde que su grupo envió su primera petición a los voluntarios de crianza temporal, el 12 de marzo, “se presentaron 1.451 personas con el deseo de cuidar de una mascota del refugio, pero tenemos 124 animales disponibles actualmente. Guau. Simplemente… guau”.

¿Está pensando en visitar alguno de los lugares administrados por Los Angeles Animal Services, uno de los sistemas de refugios municipales más grandes del país? “Si la gente quiere un perro pequeño, sólo tenemos unos pocos en este momento”, informó Agnes Sibal-von Debschitz, representante de la agencia.

Una nueva adición a un hogar puede aliviar la ansiedad y permitir que las personas se concentren en algo que no sea la pandemia. Nikki Weingarten, terapeuta familiar y matrimonial de La Cañada Flintridge, sostiene que una nueva mascota “representa la esperanza”. Pueden ser especialmente útiles para las personas que viven solas y, cuando se trata de familias con niños, el mensaje es: “Adoptamos esta mascota porque la vida continúa, todo saldrá bien”.

Las casas de acogida ya estaban en aumento en todo el país, y los expertos consideran que aproximadamente la mitad de todas las mascotas en tránsito terminan como residentes permanentes de esos hogares. Pero la minuciosidad de algunos protocolos de crianza de animales (y los procedimientos de adopción también) inspiraron quejas ya conocidas entre los potenciales padres de mascotas, que sugieren que es más fácil calificar para una hipoteca que adoptar un gato o un perro.

Los empleados de los refugios y grupos de rescate insisten en que la burocracia se redujo en los últimos años. Y, en las semanas que acaban de pasar, con un interés vertiginoso, los procedimientos se han simplificado aún más a medida que las organizaciones se apresuran a colocar mascotas en los hogares, sabiendo que pronto tendrán que sobrevivir sólo con personal mínimo (los animales que necesitan cuidados especiales fueron una prioridad). Los grupos recurrieron cada vez más a solicitudes y confirmaciones en línea.

“Me sorprendió lo rápido que sucedió”, afirmó Bates sobre su adopción a través de Little Angels, un popular grupo de rescate. “Creo que fue un poco diferente porque todos trabajaban desde casa”.

“Hemos rescatado pero nunca hemos dado acogida”, agregó Torres, quien se llevó a Benny después de que un automóvil lo atropellara y sufriera una pelvis rota. “Recibimos la llamada, y en un par de horas estaba aquí”.

Al principio, tenían que llevar a Benny a todas partes, pero últimamente, se mueve solo mientras se cura. “Seguí diciéndoles a los niños que es un buen ejemplo”, dijo Torres, quien vive en La Cañada y es madre de Graysen, de 12 años, Jakob, de 16 y Maddie, de 19. “Siento que nos ha enseñado lecciones. Y es tan dulce”.

Las historias de hogares de acogida y rescate vienen de cerca y de lejos. Bridges adoptó a la perra que llamó Ruby de las calles de la pequeña Talpe, Sri Lanka, donde las reglas de quedarse dentro permiten que los residentes de la ciudad playera compren sólo cada tres días. Ella estaba en Talpe con su novio, mientras esperaban lanzar una empresa de mochileros. “No podría imaginar pasar por esto sin ella”, reconoció Bridges en un correo electrónico, agregando que Ruby estaba inicialmente cubierta de pulgas y garrapatas. “Me mantiene ocupada mental y físicamente en todo, y no podría estar más feliz de que la dejaran en nuestras manos”.

En Chicago, la estudiante de odontología Jenna Kirk aprovechó las vacaciones de primavera para traer a casa a Honey, una cría de caniche de cinco libras, con los ojos parecidos a un juguete navideño. “Ahora tengo todo el día para estar con ella”, afirmó Kirk, de 29 años. “Puedo adaptarme a su horario y ella puede adaptarse al mío”.

Para Sandra Sempowicz, quien recientemente perdió a quien fue su esposo durante 36 años, tener a su perro recientemente adoptado, Bob Dylan, para consolarla durante la cuarentena ha sido una salvación. “Un día, hicimos cinco caminatas”, reconoció Sempowicz, quien también vive en Chicago.

El creciente interés por los animales difícilmente podría llegar en un mejor momento; marzo es típicamente la temporada de gatitos y cachorros, cuando la tasa de nacimientos de animales callejeros explota. Los expertos reconocen que la temporada está llegando un poco tarde este año, aunque admiten que su capacidad de contar con exactitud se ha visto obstaculizada por la pandemia.

Cuanto más tarde comience la temporada, mayor será el auge, expuso Hagerman, lo cual podría preparar el escenario para un ciclo aún más robusto y problemático dentro de un año, en particular para los gatitos. Los sitios de rescate como Kitten Rescue también están preocupados por las implicaciones a largo plazo de la recesión económica, y cómo afectará las donaciones y las subvenciones que las sustentan.

Con tantas organizaciones involucradas, el procedimiento para trasladar un animal a un hogar varía, pero generalmente, se ejecuta de esta manera:

Los refugios, a menudo instalaciones públicas, aceptan perros callejeros y mascotas abandonadas. En algunos municipios, los animales pueden eventualmente ser sacrificados, pero la ciudad de Los Ángeles tiene una política de no matar.

Los animales que no son adoptados directamente de un refugio a veces son tomados por organizaciones de rescate, a menudo pequeñas entidades privadas sin fines de lucro, que los colocan en hogares de voluntarios o en aquellos que han sido autorizados como de acogida temporal.

Durante esos traslados, las organizaciones ahora están tomando medidas para limitar el contacto de persona a persona y permitir el distanciamiento social, utilizando cajas para perros y gatos y haciendo los intercambios fuera de las instalaciones cuando sea posible.

El proceso de acogimiento o adopción no siempre funciona sin problemas. Los refugios y los grupos de rescate trabajan para ayudar a los futuros propietarios a comprender que las mascotas requieren más que “sólo comida y una caja de arena para sus necesidades”.

“Mucha gente no lo sabe, piensan que es fácil”, remarcó Cristin Tamburo Coll, consultora de comportamiento felino que trabaja con CatCafe y Stray Cat Alliance. “Al igual que los humanos, los gatos son muy diferentes. Necesitan juguetes y algo para rascar. Créase o no, se aburren”.

Kitty Block, quien dirige la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos, insta a quienes estén considerando cuidar temporalmente una mascota a preguntar sobre la política de un centro de atención veterinaria. Muchos refugios y rescates lo proporcionan de forma gratuita, pero los detalles deben confirmarse antes de efectuar un compromiso. Varios también brindan alimentos, golosinas e incluso juguetes y cajas de préstamo a familias de acogida, consideró Block, pero eso varía y también debe discutirse con anticipación.

Los expertos quieren recordarle a cualquiera que esté pensando en una mascota que, aunque uno se quede en casa ahora, si las restricciones se alivian en el futuro y se vuelve al trabajo y la escuela, los animales seguirán necesitando atención y cuidado.

Por ahora, los nuevos padres de mascotas dicen que están agradecidos por la compañía y por todos los intangibles beneficios que un perro o gato trae a sus vidas. “Sólo pienso en esa frase: ‘Una casa no es un hogar sin un perro’”, afirmó Ishii-Danganan, quien encontró a Sky a través del Proyecto Watts, un grupo de rescate en el sur de Los Ángeles. “Me alegra cuidar y salvar una vida”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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