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Llovieron las donaciones para un hombre varado en LAX por el coronavirus, pero no ha recibido el dinero

Seth Tom Davis, de 30 años de edad, sentado a la izquierda con su perro, Poppy, el 23 de marzo en LAX.
(Francine Orr / Los Angeles Times)
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Esto fue lo que ocurrió cuando los lectores de gran corazón donaron más de $7.000 a través de PayPal para ayudar a Seth Tom Davis y su perra de asistencia, Poppy: nada.

Davis fue diagnosticado con síndrome de Asperger, epilepsia y dislexia. Está sin hogar desde la víspera de Navidad, cuando le robaron la billetera durante una larga escala en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX). Él y Poppy vivieron en la Terminal 6 durante tres meses y fueron testigos de cómo el coronavirus cancelaba vuelos.

Después de que Los Angeles Times escribió sobre sus circunstancias, los lectores se apresuraron a ayudar a Davis y Poppy. Más de $11.500 ingresaron a su cuenta de PayPal y a una cuenta GoFundMe separada, creada por una generosa pareja del condado de Orange.

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Pero Davis intenta acceder a su cuenta de PayPal desde el 31 de marzo, infructuosamente. No importa cuántas llamadas haya hecho, cuántos chats en línea haya realizado con la compañía -que registró ingresos por $17.770 millones en 2019-. Él aún no tiene el dinero que tanto necesita.

“Pedimos disculpas por la frustración que esto ha causado al Sr. Davis”, afirmó Bernadette Guastini, vocera de PayPal, mediante un correo electrónico. “Nuestro dedicado equipo de servicio al cliente está profundamente comprometido a hacer todo lo posible para resolver este problema”.

Parte del inconveniente ha sido el virus en sí. PayPal advierte a los usuarios que necesitan resolver problemas en línea que la pandemia ha prolongado los tiempos de espera. Y ni siquiera se moleste en llamar a la línea de servicio al cliente. Esto es lo que Davis escuchó cuando lo intentó: “Debido a las precauciones de seguridad por el coronavirus, nuestra línea de servicio al cliente está actualmente cerrada”.

El domingo, cinco días después de que Davis intentó por primera vez acceder a su cuenta, lo llamó alguien de PayPal. La mujer le dijo que eliminaron todas las retenciones del dinero que le habían donado y que transfirieron $2.000 a su cuenta bancaria.

El lunes por la mañana, recibió un correo electrónico: “Nuestra revisión está completa y hemos devuelto su cuenta a su estado normal”. Sin embargo, la retención seguía en pie y el dinero no aparecía en ninguna parte.

Más tarde, la empresa confirmó que la transferencia de $2.000 demoraría entre tres y cinco días hábiles en llegar a la cuenta bancaria de Davis. ¿Y los otros $5.000? Para eso hay una retención de 72 horas. Él no tendría acceso a esa suma hasta el jueves. Es un “control de riesgos”, según la explicación de PayPal.

Todo ello estaría bien, excepto que el lunes Davis tenía $18 en su tarjeta de débito, $19 en su bolsillo y alojamiento por una noche. Y Poppy se había enfermado.

Davis y Poppy pasaron más de tres meses en LAX después de que al hombre le robaron su billetera durante una escala de su avión.
(Francine Orr / Los Angeles Times)

“No tengo a dónde ir”, afirmó el lunes por la mañana. “Estoy atascado. Necesito pagar un lugar para quedarme... [Poppy] estornuda como loca. Tose mucho; le doy té de hierbas mezclado con su agua y miel. Pero ella no quiere nada, está enferma”.

La cuenta GoFundMe recaudó más de $4.600. Davis obtendrá ese dinero, pero éste llega a su cuenta bancaria lentamente, en pequeñas cantidades, ya que cada donación es autorizada por la compañía de tarjeta de crédito del donante. Un día, por ejemplo, recibió $23; otro, $62.

Davis agradece a los generosos lectores. También está asustado y frustrado, deprimido por la incertidumbre, aterrorizado de terminar en las calles. Ha pasado la mayor parte de sus 30 años de vida en cuidados de crianza o en servicios de protección para adultos. Ha sobrevivido con la Seguridad Social y los cupones de alimentos. En la víspera de Navidad, volaba de Seattle a su hogar, en Dakota del Norte, con una escala en LAX. Se quedó dormido mientras esperaba su vuelo de conexión, y fue entonces cuando le robaron la billetera.

Así, perdió $450 en efectivo, junto con su tarjeta de identificación. El ladrón tomó todo de su cuenta bancaria y derivó sus pagos del Seguro Social. Como había estado lejos de Dakota del Norte durante tanto tiempo, el contrato de arrendamiento de su casa en Jamestown, que había sido subsidiada por el programa federal de la Sección 8, llegó a su fin. Sus pertenencias fueron confiscadas; no tenía nada a lo cual regresar.

Davis y Poppy abandonaron LAX el 26 de marzo. Desde entonces han ido de aquí para allá, tratando de encontrar estabilidad y de subsistir. Aunque se han estrellado contra un obstáculo tras otro, la amabilidad de los lectores les da fuerzas.

Sin embargo, su suerte no ha cambiado radicalmente. Primero volaron a Denver, porque un amigo -a quien Davis conoció cuando ambos estuvieron bajo cuidado para adultos- le abrió las puertas de su casa. En esta era de coronavirus, cuando gran parte del país tiene la orden de quedarse en el hogar, el boleto cuesta sólo $73. Pero ese esperado alivio se vino abajo poco después de que Davis aterrizara.

A pesar de las donaciones de los lectores del L.A. Times, Davis sigue sin hogar. Ha dejado LAX y ahora está en Albuquerque.
(Francine Orr / Los Angeles Times)

Su plan original era tomar un tren desde Los Ángeles a Albuquerque, donde había encontrado un motel de estadías prolongadas que podía pagar por un mes. En ese tiempo esperaba encontrar un nuevo departamento de la Sección 8.

Davis y Poppy llegaron a Albuquerque. Pero la ciudad, dijo, está totalmente cerrada. Los únicos lugares para un hombre sin hogar y su perro, comentó, son los parques o las calles.

PayPal le ha aconsejado que, una vez que aparezcan los $2.000 que se transfirieron, solicite una tarjeta PayPal que esté vinculada a su cuenta con la compañía. De esa manera, podrá acceder a su dinero más fácilmente. Le enviarán la tarjeta por correo, le anticiparon. Claro, cuando tenga una dirección.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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