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La tasa de mortalidad entre los latinos por el coronavirus parece baja, pero los expertos dicen que los datos son escasos

Barbara Ferrer, director of the Los Angeles County Department of Public Health
Bárbara Ferrer, directora del Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles, advirtió que no se deben sacar conclusiones de los datos raciales y étnicos preliminares del Condado sobre las muertes por coronavirus.
(Myung J. Chun / Los Angeles Times)
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Los datos preliminares publicados esta semana por el condado de Los Ángeles parecen ofrecer un rayo de esperanza para el grupo étnico más grande del Condado: los latinos, que representan casi la mitad de la población del Condado y poco más de una cuarta parte de sus muertes por coronavirus.

Pero los expertos advierten que la información temprana e incompleta puede pintar una imagen más oscura.

Los latinos son típicamente más jóvenes que otros grupos demográficos, una ventaja contra un virus que asola a los pacientes mayores. Pero también tienden a vivir en hogares más grandes, tienen un acceso deficiente a la atención médica y trabajan en campos de “servicios esenciales” que requieren que estén fuera de la casa, todos factores que mantienen a algunos investigadores prediciendo un aumento repentino en las muertes por coronavirus entre los latinos.

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Los hallazgos iniciales contrastaron con el efecto que el coronavirus ha tenido en la población negra del Condado, que ha experimentado una tasa de mortalidad ligeramente mayor en comparación con otras razas. Las muertes entre los residentes blancos y asiáticoamericanos estuvieron relativamente en línea con la suma de esos grupos en la población del Condado.

El miércoles, Bárbara Ferrer, la principal funcionaria de salud pública del Condado, advirtió en contra de sacar conclusiones basadas en las cifras publicadas por su departamento, que encontraron que los latinos representaron el 28% de las muertes por COVID-19. Los datos se basaron en el 57% de los decesos reportados; el Condado aún no ha recibido datos de raza y etnia para el resto.

“Debido a que es tan preliminar, probablemente no sea una buena idea para nosotros mantener ese número como... una cifra exacta o realmente tratar de descubrir qué puede estar sucediendo de manera diferente en la comunidad Latinx en comparación con algunas otras comunidades”, Dijo Ferrer.

Las cifras coinciden con la nueva información publicada el miércoles por la administración del gobernador Gavin Newsom que muestra que los latinos representaron el 29% de las muertes por coronavirus en todo el estado, aunque representan el 39% de la población de California.

Los nuevos hallazgos fueron contrarios a los supuestos de los expertos en salud pública que se centran en la comunidad latina.

“La primera vez que leí estos resultados, me sorprendió bastante”, dijo Arturo Vargas Bustamante, profesor de política de salud en UCLA, y agregó que suponía “que a los latinos les iría peor en comparación con la población blanca, y realmente relativamente cerca de los resultados de los afroamericanos”.

La predicción proviene de una serie de factores. Los latinos tienen menos probabilidades de contar con acceso a la atención médica y tienen altas tasas de ciertas afecciones médicas subyacentes que exacerban el riesgo de COVID-19.

“Los latinos en particular tienen más probabilidades de padecer múltiples enfermedades crónicas como asma y diabetes”, señaló Jeffrey Reynoso, director ejecutivo de la Coalición Latina para una California Saludable. “Entonces, en el condado de Los Ángeles, por ejemplo, las comunidades latinas y otras comunidades inmigrantes están en riesgo de la contaminación del aire a lo largo de las autopistas, lo que aumenta las tasas de asma”.

Una ventaja para la población latina es su sesgo juvenil. Aproximadamente un tercio de la población en todo el estado es menor de 20 años, en comparación con alrededor del 20% para otros grupos demográficos. Eso significa que un porcentaje menor de la población latina está en riesgo de enfermarse gravemente con COVID-19.

Más información sobre las muertes desglosadas por edad y género ayudará a profundizar nuestra comprensión del efecto del virus en los angelinos, indicó la Dra. Wendy Cozen, profesora de medicina preventiva y patología en la Escuela de Medicina Keck de USC.

“En este momento, la edad es el determinante más fuerte”, señaló Cozen. “Nuestra población latina es joven. Probablemente haya más personas mayores en la población afroamericana. Cuando estos datos estén disponibles, será más fácil de interpretar”.

Hay algunos indicios de que los latinos han aumentado las precauciones sobre la pandemia de COVID-19 en relación con la población en general. Una encuesta de Pew Research el mes pasado descubrió que aproximadamente dos tercios de los adultos latinos consideraban que el brote de coronavirus era una amenaza importante para la salud de la población de EE.UU en general, en comparación con aproximadamente la mitad del público en su totalidad.

“Las personas que están más conscientes desde el comienzo de la epidemia probablemente tomarían más precauciones contra el potencial de exponerse a alguien con la enfermedad, lavarse las manos o usar una mascarilla”, consideró Vargas Bustamante.

Esa alerta se ha ampliado en los medios de comunicación dirigidos a los latinos, señaló David Hayes-Bautista, director del Centro para el Estudio de la Salud y Cultura Latina en la Facultad de Medicina de UCLA. Agregó que esta semana había hecho dos entrevistas con Univision sobre el coronavirus.

“Claramente en los medios de comunicación en español, tanto impresos como electrónicos, ha habido una gran conciencia”, apuntó.

Las precauciones sobre el COVID-19 es un asunto gravemente mortal para Sam Covarrubias, residente de Pasadena de 70 años.

El jubilado, que estuvo al frente de varias batallas de atención médica durante una carrera de 45 años como enfermero registrado, cae en la categoría más vulnerable para la contracción a causa de COVID-19.

“Si me contagio, sé que estoy jodido”, expuso Covarrubias. “Tengo problemas cardíacos y pulmonares y me han operado el corazón. Además, tengo 70 años y eso me coloca en el grupo más susceptible, así que me estoy tomando esto muy en serio”.

Durante las últimas dos semanas y media, Covarrubias eliminó los viajes a supermercados locales y optó por servicios en línea como Amazon e Instacart. También se ha preocupado de que los miembros de la familia le llamen regularmente para ver si necesita algo.

“Uso guantes, mascarillas, desinfectantes para manos y me lavo las manos con frecuencia”, dijo. “No me arriesgaré”.

Covarrubias se sorprendió al escuchar que la tasa de mortalidad relacionada con el coronavirus para los latinos era relativamente baja. Por su experiencia, había asumido lo contrario.

“Para ser sincero, cuando salgo, diría que el 80% de los latinos no toman muchas precauciones, si es que toman alguna”, señaló. “Además, somos un poco escépticos sobre las cosas que escuchamos y seguimos nuestro propio camino”.

Jessica Rodríguez, una gerente de comercio electrónico de 36 años, quedó igualmente sorprendida por los hallazgos del Condado.

“En realidad me sorprendió escuchar eso porque siento que en muchas de nuestras comunidades todos vivimos con nuestros tíos y tías”, dijo Rodríguez. “Me preocupaba que eso tuviera un impacto en nosotros y las posibilidades de una mayor exposición”.

Rodríguez, oriunda de Highland Park, se ajusta a esa imagen al vivir en un apartamento de dos dormitorios y dos baños en Montebello con su esposo, dos hijos y un suegro de 73 años.

Hayes-Bautista destacó que esos patrones de vida, en los que los hogares latinos suelen tener al menos una persona más que otros grupos, podrían ser motivo de preocupación en el futuro.

Otro es el hecho de que muchos latinos laboran en trabajos que todavía se consideran esenciales, incluidos los empleos de servicio en supermercados, farmacias, atención médica, trabajo de limpieza y cosechas agrícolas, y pueden sentir presión financiera para seguir laborando, aumentando el riesgo de exposición.

Agregue sus tasas más bajas de seguro médico y la escasez de médicos latinos, y Hayes-Bautista predijo que la baja tasa de mortalidad de los latinos podría no mantenerse así por mucho más tiempo.

“Lo llamo una tormenta casi perfecta”, manifestó Hayes-Bautista.

Pero Rodríguez dijo que hay una gran ventaja que los latinos tienen en su batalla contra COVID-19: un fuerte sentido de comunidad.

Ella ve a amigos, vecinos y miembros de la familia comprando alimentos unos para otros y así reducen la exposición, niños ayudando a padres y ancianos con tareas y trabajo, y discusiones frecuentes sobre el COVID-19.

“Siempre nos estamos comunicando”, aseguró Rodríguez. “Todo el tiempo buscamos el ayudarnos unos a otros. Creemos en la comunidad. Eso es lo que hacemos mejor”.

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