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Coronavirus: California teme un desastre por los festejos del Cuatro de Julio y planea nuevas restricciones

Kids ride a wave together as they learn to surf on a summer day at the San Clemente Pier Tuesday.
Chicos aprenden a surfear en un cálido día de verano en el muelle de San Clemente, este pasado martes.
(Allen J. Schaben / Los Angeles Times)
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Los gobiernos estatales y locales planearon este martes más restricciones dado que los casos de coronavirus siguen en aumento y los funcionarios temen cada vez más que el fin de semana feriado, del Cuatro de Julio, genere una ola de nuevas infecciones que podría abrumar los hospitales.

El alza en la cantidad de casos y las hospitalizaciones se inició cerca del fin de semana del Día de los Caídos, cuando los residentes comenzaron a socializar, después de meses confinados mayormente en sus casas. Las autoridades señalan que una repetición de ese comportamiento durante este próximo fin de semana festivo, sumada al no uso de mascarillas y la posibilidad de mezclarse con muchas personas que no son del propio grupo familiar, sería desastroso.

“Creo que es un momento crítico para que se transmita fuerte y claro el mensaje de salud pública”, destacó el Dr. Robert Kim-Farley, epidemiólogo médico y experto en infectología de la Escuela de Salud Pública Fielding, de UCLA. “Tradicionalmente, el Cuatro de Julio es una ocasión para organizar grandes reuniones e ir a la playa. Si ocurriera eso mismo ahora, podríamos experimentar un aumento aún mayor [de casos] que el que estamos teniendo ahora”.

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En feriados anteriores donde hubo una interacción social intensa, como el Mardi Gras en Louisiana y la fiesta del Año Nuevo Lunar en Wuhan, China, dichas conductas se asociaron luego con grandes picos de COVID-19 que reverberaron en sus respectivas naciones.

Por segunda jornada consecutiva, California batió un récord de casos reportados en un solo día: 8.610, según el rastreador de coronavirus de The Times. Fue la segunda vez que el estado registra más de 8.000 casos en un solo día.

El Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, advirtió el martes que los nuevos casos a nivel nacional podrían aumentar a 100.000 por día si los comportamientos no cambian.

El país registra actualmente alrededor de 40.000 casos diarios. Se trata del doble de lo experimentado en la primera semana de junio, cuando había un promedio de 20.700 episodios reportados diariamente.

El porcentaje de pruebas de coronavirus que dieron positivo en California siguió también en alza y llegó al 5.95% el martes, según un análisis de Los Angeles Times, en comparación con el 5.28% de la semana anterior y el 4.45% de la previa a ella. La marca es un indicador de que la propagación de la enfermedad está empeorando.

El análisis de The Times descubrió que el número promedio de pacientes hospitalizados en California con COVID-19 confirmada o sospechosa aumentó un 36% la semana pasada, en comparación con lo que fue un mes antes.

El martes, el condado de Ventura se unió al de Los Ángeles en el cierre de playas durante el feriado, mientras que el condado de San Diego impuso un toque de queda a las 10 p.m. en todos los restaurantes y bares en un intento por limitar la vida nocturna y el consumo de alcohol que, según algunos temen, está ayudando a propagar el COVID-19.

“Simplemente no podemos seguir como si nada ocurriera mientras este virus continúa haciendo estragos en nuestra nación y comunidad”, remarcó el supervisor del condado de San Diego, Greg Cox.

El gobernador Gavin Newsom adelantó este miércoles que planea anunciar restricciones adicionales. “Haremos algunos anuncios extra sobre estas medidas de atenuación a las cuales nos hemos referido; comenzaremos a alternar nuestra orden de permanencia en el hogar y a ajustar las cosas”, advirtió. “El marco para nosotros es este: si la gente no va a quedarse en casa ni usar mascarillas en público, tendremos que hacerles cumplir [dichas medidas], y lo haremos”.

El gobernador advirtió que los cambios también incluirían restricciones en las reuniones en interiores, pero no proporcionó detalles. Los encuentros familiares han sido una de las “áreas de mayor preocupación”, según Newsom, ya que en ellos los parientes cercanos y personas de la familia extendida se mezclan.

Algunos, asustados por el aumento en los casos, señalaron que aceptarán las reglas más estrictas. “Para salvar a quienes podrían morir o infectarse ¿por qué abrir [la economía] cuando no estamos listos o no es seguro hacerlo?”, expresó Teshome Tekeste, de 23 años, mientras caminaba por Santa Mónica, el martes. El joven comentó que está siendo cauteloso: no va a comer a restaurantes, sólo ordena comida para llevar, y usa cubrebocas cuando hay amigos cerca. El inminente feriado lo asusta.

“Estoy preocupado y nervioso. Sé que estábamos realmente bien antes de volver a abrir bares, restaurantes y tiendas, pero una vez que abrimos esa puerta de entrada, eso causó todo lo demás”, señaló Tekeste. “Con el 4 de Julio próximo, este fin de semana, siento que mucha gente va a estar afuera, independientemente de las restricciones”.

Mientras se cierra el acceso a playas y bares, el joven no está seguro de qué hará el sábado. “Es difícil de decir. Cuando llegue el día, probablemente descubra algo para hacer”, comentó. “Me sentiré cómodo realizando cualquier cosa si sé que estoy protegido, no sólo yo sino también quienes me rodean. Pero no puedo controlar las acciones de otras personas, así que esa es la cuestión que me genera dudas”.

Mientras caminaba hacia la tienda de Apple en Santa Mónica, Terry Marie comentó que estuvo a punto de cancelar su cita al ver el pico de casos del lunes.

El virus ya le había hecho descartar sus planes del Cuatro de Julio, agregó. “Probablemente estaré en mi porche, contemplando el cielo para ver si capto los fuegos artificiales”, expresó Marie, una residente de Venice, de unos 50 años.

La mujer canceló una fiesta que tenía prevista el viernes por la noche para disfrutar con otros del lanzamiento digital de “Hamilton”, después de que un amigo le comentó que las órdenes locales y estatales prohíben las reuniones con personas que no sean del grupo familiar. “Tengo que ser honesta, esto ya es un hartazgo”, confesó.

Las autoridades afirmaron que hay varias causas probables para el aumento de casos: personas que visitan espacios concurridos sin mascarillas, así como el regreso de las reuniones privadas, como barbacoas familiares, fiestas de graduación y eventos del Día del Padre. Las protestas por el asesinato policial de George Floyd, que llevó a decenas de miles a las calles, también podrían haber propagado el patógeno, pero hay un debate acerca de cuánto.

En Inland Empire, los hospitales están al límite de su capacidad, y los funcionarios en Los Ángeles y en otros sitios advirtieron que se encuentran a sólo semanas de alcanzar ese punto, a menos que la propagación pueda reducirse. Es por ello que se está poniendo tanto énfasis en mantener controlado el fin de semana del Cuatro de Julio.

“Sé cuánto esperamos con ansias esta época del año”, declaró el alcalde de Los Ángeles Eric Garcetti el lunes por la noche. “Pero no esta vez. Este año debemos pensar en salvar vidas para proteger lo bueno que tenemos en este país”.

El estado está monitoreando 19 condados que no han cumplido con las pautas durante al menos tres días debido a un incremento en la propagación del virus, en internaciones crecientes o por falta de capacidad hospitalaria. Newsom prevé que se agregarán cuatro condados adicionales a la lista este miércoles.

California tiene 232.273 casos confirmados y más de 6.000 decesos por COVID-19, según el rastreador del brote de Los Angeles Times. El estado fue considerado por mucho tiempo como una historia de éxito durante la crisis del coronavirus.

“Doblamos la curva en el estado de California anteriormente. Lo haremos otra vez, recuerden lo que digo”, aseveró Newsom. “Aplastaremos esta pandemia. La aniquilaremos. Superaremos esto, pero vamos a tener que ser más duros y más inteligentes en términos de nuestro enfoque”.

Un número cada vez mayor de condados de California está siguiendo ahora las pautas de cierre y la orientación del gobernador. “La gente no toma mucha distancia después de un par de copas, y es uno de los entornos más difíciles para rastrear contactos”, comentó el martes el oficial de salud pública del condado de Riverside, Cameron Kaiser.

Pero algunos lugares se resisten. Michelle Steel, presidenta de la Junta de Supervisores del condado de Orange, señaló el martes que el funcionario de salud “está considerando emitir un decreto para cerrar bares en el condado de Orange si, en su opinión médica, es apropiado hacerlo”.

“A lo largo de nuestra respuesta pandémica y reapertura gradual, hemos declarado constantemente que monitorearíamos de cerca los datos para corregir el curso según fuese necesario”, agregó. “Junto con mis colegas de la Junta de Supervisores del condado de Orange seguimos abocados a proteger la salud y la seguridad de nuestros residentes”.

Los redactores de planta de The Times Colleen Shalby, Luke Money, Iris Lee, Andy Roberson, y Paul Sisson, del San Diego Union-Tribune, contribuyeron con este artículo.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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