LAPD amplía el programa de vigilancia comunitaria y nombra a una negra como subjefa

Como parte de una reinvención de la aplicación de la ley después del asesinato de George Floyd, el Departamento de Policía de Los Ángeles está ampliando su programa de vigilancia comunitaria.

La Asociación de Seguridad Comunitaria (CSP, por sus siglas en inglés), que comenzó en 2011 en algunos de los complejos habitacionales más problemáticos de la ciudad, tiene el crédito de reducir la delincuencia violenta y mejorar las relaciones con los residentes a través de iniciativas como los equipos de fútbol juvenil.

La expansión de CSP se produce a medida que otras unidades de LAPD están siendo analizadas de cerca por posibles recortes. En respuesta a los días de protestas callejeras que pedían que los recursos se transfirieran de la policía a los programas que ayudan a los residentes negros y latinos, el Ayuntamiento recientemente recortó $150 millones del presupuesto de LAPD.

Los defensores de la CSP dicen que su expansión transformará la cultura de LAPD de 10.000 oficiales, donde el éxito se ha medido tradicionalmente mediante arrestos y estadísticas de delitos. Ahora, generar confianza con los residentes locales será primordial, dijo el jefe Michel Moore.

La CSP tendrá ahora su propia oficina dentro de LAPD, encabezada por Emada Tingirides, una nativa de Watts que fue parte de los oficiales fundadores del programa. Ella se convertirá en la segunda subdirectora negra de la policía de Los Ángeles.

Junto con otras reformas, como el endurecimiento de las políticas de uso de la fuerza, la expansión de CSP garantizará que la comunidad tenga una mayor voz sobre cómo se vigila, dijo el alcalde Eric Garcetti.

“Es un paso dramático... nos estamos moviendo directamente hacia el centro de nuestra filosofía policial, un modelo en el cual se trata de ser copropietarios de la seguridad pública”, expuso Garcetti, quien trabajó con Moore y otros para encabezar el cambio.

El programa eventualmente se expandirá más allá de los nueve vecindarios actuales y 100 oficiales. Por ahora, el enfoque estará en solidificar sus operaciones existentes. Probablemente se identificará un décimo sitio de CSP en el próximo año, dijo Moore.

La nueva oficina del CSP tendrá un complemento de personal de comando transferido de otras partes del departamento, así como un comandante civil. Pero inicialmente, no contará con su propio presupuesto. En los últimos años, los nuevos sitios CSP han sido financiados en gran medida por donaciones privadas.

El programa ahora tiene una estructura de comando fuerte que canalizará recursos de otras partes del departamento, detalló Garcetti.

La promoción de Tingirides fue muy inusual porque se saltó varios peldaños en la escala de mando. Los 11 jefes adjuntos del departamento están dos niveles por debajo del jefe de policía.

Moore dijo que promovió a Tingirides “para indicarle a la organización que no estaría sujeto a la tradición o los protocolos y creo que sería la persona óptima para el mejor puesto en un momento crítico, por la manera en que Estados Unidos y realmente toda la nación está observando a la policía y ciertamente aquí en Los Ángeles están mirando al LAPD”.

“¿Cuál es nuestro futuro? Creo que esta unidad define nuestro futuro”, agregó Moore.

Para aquellos que han pedido el desfinanciamiento del LAPD, el CSP coloca a los oficiales en la comunidad, trabajando con jóvenes y brindando servicios sociales.

“Este no es un programa que deba ser operado por policías armados y jurados”, dijo Paula Minor de Black Lives Matter LA Minor, quien también cuestionó el uso del programa de fondos privados, incluso del Grupo Ballmer, fundado por el propietario de Los Angeles Clippers, Steve Ballmer.

Connie Rice, una abogada de derechos civiles que cofundó CSP con el entonces jefe Charlie Beck, calificó al nuevo buró y estructura de comando como “un compromiso audaz para hacer un tipo diferente de vigilancia”.

Ahora, señaló Rice, un oficial ambicioso puede ascender en las filas por completo dentro de CSP, inmerso en la vigilancia de “guardian” en lugar de la mentalidad de guerrero tradicional.

“Es lo opuesto a la cultura central de LAPD”, dijo Rice. “Si eres un policía del CSP, estás allí para servir. ...Entiendes a qué se enfrentan las personas, los problemas, los miedos. ...Y le preguntas a la gente: ‘¿Cómo quieres que te mantengamos a salvo?’. No solo lo impones. ‘¿Qué deseas que arreglemos? ¿Cómo quieres que te ayudemos a solucionarlo?’”.

Cuando Rice y Beck lanzaron el CSP hace casi una década, se dieron cuenta del trabajo de Tingirides como sargento de relaciones comunitarias en Watts. Con su esposo, Phil Tingirides, entonces capitán de la División Sureste, ella estaba llevando policías a las escuelas locales para leerles a los niños, un concepto revolucionario en ese momento.

En el discurso del Estado de la Unión en 2015, el presidente Obama honró a los Tingirides por su trabajo policial comunitario.

“El planteamiento de CSP no es solo un concepto policial. Por eso el título es Community Safety Partnership”, dijo Emada Tingirides, una veterana del LAPD de 25 años. “No tiene la palabra ‘policía’, porque se necesita más que nosotros para hacer frente a la violencia sistémica en una comunidad, para abordar los prejuicios que tiene la gente sobre la aplicación de la ley y luego colectivamente buscar una manera de sanar el trauma en la sociedad y construir las relaciones con la comunidad y la policía”.

Los oficiales del CSP se comprometen con la asignación durante cinco años, para que puedan plantar raíces en el vecindario. Casi una cuarta parte de los 100 oficiales de CSP de LAPD son negros, y la mayoría del resto son latinos, según las estadísticas del departamento.

Un informe de los investigadores de UCLA publicado en mayo encontró que las tasas de criminalidad en dos complejos de viviendas de CSP, Jordan Downs y Nickerson Gardens, eran más bajas que en vecindarios demográficamente similares que no formaban parte del programa. La mayoría de los residentes encuestados por los investigadores tuvieron impresiones positivas de CSP y dijeron que los oficiales generalmente se llevaban bien con la gente.

Pero el informe señaló una falta de coherencia y recomendó una lista de reformas, incluida la creación de una burocracia separada.

“Crear una oficina en LAPD es un cambio sísmico”, dijo Jorja Leap, profesora de UCLA y coautora del informe. “Creo que indica la intención de este jefe no de reformar sino de transformar, y hay una diferencia radical”.

Harvard Park, que en 2017 se convirtió en el primer sitio de CSP fuera de un desarrollo de viviendas, pasó de ocho homicidios en 2016 a ninguno en 2019. Los oficiales de CSP han ayudado a dar inicio a un club de caminatas, a un club de alimentación saludable y participan en una liga de baloncesto con miembros de la comunidad.

“Estamos avanzando hacia un día en el que no será necesaria la intensidad que tiene ahora”, dijo Marqueece Harris-Dawson, un concejal de la ciudad que representa a Harvard Park y otras partes de South Los Ángeles. “No vamos de donde estaba Harvard Park a donde no es necesaria una presencia policial en un período de tres o cuatro años”.

Con Harris-Dawson, el concejal Joe Buscaino ha presentado una moción para pedir ahorros en otras partes del presupuesto de LAPD para ser redirigidos a CSP. También quiere ver al LAPD expandir su programa de policías líderes, que asigna oficiales a los vecindarios para resolver problemas de calidad de vida.

Buscaino, un ex oficial del LAPD cuyo distrito se extiende desde San Pedro a Watts, quiere que los nuevos agentes hagan una temporada en CSP, “para que tengan la mentalidad, la entiendan y la adopten”.

“Y eso para mí es una verdadera reforma cuando se trata de generar confianza”, concluyó.

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