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Cómo el incendio de Bobcat se convirtió en una amenaza que evade a los bomberos

Los funcionarios dicen que el poder del fuego radica en dos factores: la ubicación y un suministro inadecuado de los bomberos. Pero los expertos en clima advierten que hay más en juego.

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Más de una semana después de que el incendio Bobcat se encendiera en el terreno accidentado del Bosque Nacional Ángeles, se ha convertido en una amenaza inusual que ha evadido a los bomberos y ha amenazado a las comunidades locales, a pesar de que no ha quemado casas ni causado heridos.

El incendio ha contribuido a días con terrible calidad del aire en Los Ángeles, donde los residentes reportaron olores “similares al mezquite” y una “capa de neblina polvorienta” en medio de avisos de alerta del Distrito de Administración de la Calidad del Aire de la Costa Sur.

También ha logrado burlar a los bomberos, incluso en ausencia de los fuertes vientos de Santa Ana que no se materializaron como se predijo la semana pasada. En cambio, dicen los funcionarios, el poder del incendio radica en dos factores: su ubicación y un suministro inadecuado de bomberos.

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Pero los expertos en clima advierten que hay factores más importantes en juego.

“Este incendio fue provocado por el hombre en muchos niveles”, expuso Bill Patzert, un climatólogo que pasó varias décadas en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en La Cañada Flintridge.

El calor récord, el crecimiento de la población, los combustibles fósiles y otros factores relacionados con el cambio climático han contribuido no solo a la temporada de incendios sin precedentes del estado, señaló Patzert, sino también a los desafíos particulares del incendio Bobcat.

“Se necesitaron décadas para construir este desastre”, manifestó Patzert. “Esto no salió de la nada”.

Para el lunes por la noche, el fuego había quemado más de 38.000 acres, según el Servicio Forestal de EE.UU, y el nivel de contención se redujo del 6% al 3%.

“Ha sido evasivo”, dijo el lunes el portavoz del Bosque Nacional Ángeles, Andrew Mitchell. “En donde estamos tratando de contenerlo, aún continúa saltando un poco”.

Las estimaciones de contención para el incendio se retrasaron dos semanas, hasta el 30 de octubre, para gran decepción de los residentes de las comunidades cercanas al pie de las colinas. Partes de Pasadena, Altadena, Monrovia, Bradbury y Duarte han estado lidiando con los avisos de evacuación durante más de una semana, mientras que a algunos vecindarios en Arcadia y Sierra Madre se les ordenó evacuar el domingo cuando cambiaron los vientos.

Mormon Lake Hotshot Squad leader Jessy Twin, looks over charred hillsides after clearing brush near Chantry Flat Rd.
Jessy Twin, líder de Mormon Lake Hotshot Squad, mira por encima de las laderas carbonizadas después de limpiar la maleza cerca de Chantry Flat Rd. a poca distancia de la presa Santa Anita mientras las cuadrillas continúan luchando contra el incendio Bobcat.
(Robert Gauthier/Los Angeles Times)

“En este punto, está completamente impulsado por el terreno”, dijo Mitchell. “El área donde se encuentra el incendio no se ha quemado en 60 o 70 años”.

Esa acumulación de vegetación seca durante décadas puede actuar como combustible para un fuego hambriento.

“Aquí está el fondo ecológico”, dijo Richard Minnich, un ecologista de incendios. “Cuantas más quemas haya en un área determinada, los incendios más pequeños y manejables serán el futuro”.

El incendio también ha cambiado de dirección varias veces. La semana pasada, parecía estar avanzando más hacia la parte noreste del bosque. El lunes, se arrastraba al sur y el oeste nuevamente, hacia el Mt. Wilson y el área de Chantry Flat en Santa Anita Canyon.

Un área de gran preocupación es el Mt. Wilson Observatory de 116 años.

“Si bien esperamos que el Observatorio salga relativamente ileso, la batalla podría ir en cualquier dirección”, escribió Sam Hale, presidente de la Junta de Fideicomisarios del Instituto Mount Wilson, el lunes. “Apreciamos los telescopios históricos en la montaña que revolucionaron la comprensión del Cosmos por parte de la humanidad y esperamos que estén a salvo”.

David Cendejas, superintendente del complejo que alberga 18 de las maravillas astronómicas del observatorio, observó cómo las ráfagas de ceniza caían como nieve el lunes por la tarde. Él y otros miembros del personal pasaron la mañana presentando a más de tres docenas de bomberos los sistemas de emergencia y los generadores eléctricos de respaldo ubicados estratégicamente en la propiedad, que se alza sobre una montaña de 5.710 pies a la sombra de pinos y bosques de robles.

Incluían un tanque de agua conectado a una bomba de alta presión construida en 1970 y que se usó por última vez cuando el observatorio fue rescatado de las rugientes llamas del incendio de Station en 2009 después de una batalla para extinguirlo que duró cinco días y cuatro noches.

A fire fighting helicopter refills in a reservoir on Grand View Ave. as crews continue to battle the Bobcat fire
Un helicóptero de extinción de incendios se recarga en un depósito en Grand View Ave. mientras los equipos continúan luchando contra el incendio Bobcat que arde en el cercano Bosque Nacional Ángeles.
(Robert Gauthier/Los Angeles Times)

Mientras las ondulantes columnas de humo volvían el cielo de color naranja y gris el lunes por la tarde, los bomberos se preparaban para la llegada de las llamas, que desencadenarían un estruendo en la cúpula blanca reluciente del observatorio.

“No iremos a ninguna parte”, dijo el capitán Keith Stires del Departamento de Bomberos del condado de Los Ángeles. “Estamos comprometidos aquí”.

Más allá de los vecindarios preocupados y los amados observatorios, el incendio de Bobcat amenaza la presa Cogswell, que junto con los embalses de San Gabriel en las montañas de San Gabriel sobre Azusa está proporcionando agua para los bomberos. El lunes por la tarde, las llamas también se acercaban a la presa de Santa Anita, a menos de una milla por encima de Arcadia.

“Nos acercamos a la temporada de tormentas de invierno y esa infraestructura es fundamental para proteger a las comunidades río abajo de posibles inundaciones”, expuso Kerjon Lee, portavoz de la agencia.

El incendio de Bobcat es uno de más de dos docenas de incendios que arden en California, y los recursos son escasos. Aunque casi 900 personas han sido asignadas al incendio en las montañas de San Gabriel, los funcionarios dicen que no es suficiente.

“La cantidad de personal que tenemos es muy bajo para el tamaño de este fuego”, señaló Mitchell. “Y estamos dispersos por todo el estado”.

Patzert dijo que, aunque el fuego siempre ha sido parte de la ecología natural de California, la migración masiva a la Costa Oeste llevó al desarrollo de áreas que de otra manera podrían haber sido menos pobladas. (La población del estado casi se ha cuadriplicado desde 1950, según el Instituto de Política Pública de California).

“Nos hemos mudado a áreas donde clásicamente nunca construimos, porque eran zonas de quema”, manifestó Patzert. “Cuando eriges esta gran megalópolis de 20 millones de personas [en el sur de California], creas tu propio calor”.

El mes pasado resultó ser el agosto más caluroso registrado en el estado, y las temperaturas se dispararon aún más en septiembre.

“Nos prepararon para estar listos en el estado”, dijo Patzert. “El Norte de California tuvo un invierno seco y estas olas de calor en agosto realmente propiciaron todo. Simplemente se secó por completo”.

Las condiciones estaban tan propicias para la ignición que seis de los incendios más grandes registrados en California están ardiendo en este momento.

Y aunque el incendio de Bobcat aún no ha destruido estructuras ni cobrado vidas, muchos angelinos, enfrentados a otro día de aire peligroso, comienzan a desesperarse.

“Es una sensación como de estar encajonados”, dijo Carole J. McCoy, una artista que vive en North Hollywood. “No poder salir, porque tengo asma y alergias, me quita mi sensación de libertad y paz”.

McCoy fue una de los muchos residentes de Los Ángeles que confiaron en el tiempo al aire libre como un respiro de las órdenes de quedarse en casa emitidas en medio de la pandemia de COVID-19. Pero el coronavirus tampoco ha demostrado ser rival para el incendio: el humo era tan fuerte en partes del este de Los Ángeles que tres sitios de prueba de coronavirus, Pomona Fairplex, el aeropuerto del Valle de San Gabriel y Panorama City, estarán cerrados el martes debido al aire no saludable.

“Se podría hacer una lista de factores que se unieron en esto”, dijo Patzert sobre la miríada de explicaciones para el incendio de Bobcat. “Algunos lo llaman una tormenta perfecta, pero yo lo llamo un desastre perfecto”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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