Anuncio

Científicos del Zoológico de San Diego revivieron células congeladas después de 40 años para clonar caballos en peligro de extinción

Share

Kurt luce y actúa como cualquier otro potrillo. Corre y camina sobre sus patas elásticas, midiendo su fuerza. Cuando llega el momento de recargar energías, acaricia con el hocico a su madre, en busca de su nutritiva leche.

Pero Kurt no es un potro cualquiera; Kurt es un clon.

El pequeño de dos meses de edad es un caballo de Przewalski, una especie nativa de Asia central que se extinguió en estado salvaje y que sigue en peligro crítico, con solo unos 2.000 ejemplares restantes.

Los investigadores del San Diego Zoo Global, la organización sin fines de lucro que maneja el Zoológico de San Diego, tienen grandes esperanzas de que Kurt pueda cambiar las cosas para su especie. El pequeño fue clonado a partir de células de piel extraídas de un semental en 1980, resguardadas en el Frozen Zoo (zoológico congelado), el depósito de 10.000 líneas celulares de más de 1.100 especies y subespecies con el que cuenta la entidad.

Anuncio

“Al ‘dar vida a las células’, es decir, al crear un animal a partir de una célula, podemos recuperar una parte del acervo genético que de otro modo se perdería”, expresó Oliver Ryder, director de genética del San Diego Zoo Global.

Es la primera vez que alguien clona con éxito un caballo de Przewalski, apenas la tercera especie que el San Diego Zoo Global ha clonado en su historia, después del gaur y el banteng, dos especies de ganado en peligro de extinción clonadas a principios de los años 2000.

A todo galope

Cada caballo de Przewalski vivo está relacionado con 12 ancestros salvajes. Ese acervo genético limitado no es un buen augurio para la especie, ya que se necesita diversidad genética para adaptarse a los cambios del hábitat y combatir nuevas enfermedades.

Así que los investigadores se emocionaron al encontrar un semental con fragmentos de ADN que, en gran parte, faltaban en el resto de su especie.

Piénselo de esta manera: cada uno de sus padres le transmitió la mitad de su material genético, lo cual significa que hay otra mitad que no obtuvo de cada uno. Si tiene un hermano, esa persona probablemente se quedó con al menos parte de la mitad que falta. Y cuantos más hermanos tenga, más ADN habrán transmitido sus padres a las generaciones futuras.

Los antepasados de este semental en particular no se habían reproducido tanto como otros caballos de Przewalski, por lo cual tenía fragmentos raros de ADN que iban a perderse para siempre si no se transmitían de alguna forma.

Ese descubrimiento dio inicio a una asociación entre el Zoológico de San Diego, el grupo de conservación Revive & Restore, del Área de la Bahía, y la compañía ViaGen Equine, con sede en Texas, que tiene experiencia en la clonación de caballos.

Durante 40 años, las células del semental permanecieron congeladas a -320 grados Fahrenheit —más frías que una noche en Mercurio—. Los investigadores las revivieron y fusionaron una con un huevo no fertilizado de un caballo doméstico. Como los científicos habían eliminado el núcleo del óvulo —la parte que contiene su ADN—, casi todo el material genético provenía del semental.

Luego, el equipo trasplantó el óvulo nuevamente dentro del caballo, que sirvió como vientre sustituto. Es el mismo método que se utilizó en 1996 para clonar a la oveja Dolly y desde entonces se ha empleado para clonar ganado, gatos, ciervos y caballos, entre otros animales.

Dr. Barbara Durrant uses tongs to pick up vials of frozen sperm, eggs, ovarian and testicular tissue, from various species.
La Dra. Bárbara Durrant, del San Diego Zoo Global, usa pinzas para recoger viales de esperma congelado, óvulos y tejido ovárico y testicular de varias especies de aves, mamíferos y reptiles.
(Hayne Palmour IV / San Diego Union-Tribune)

Primeros pasos

Kurt nació el 6 de agosto pasado, en un centro veterinario de Texas propiedad de uno de los socios de ViaGen Equine, y aún sigue allí. Fue bautizado en honor al fallecido Dr. Kurt Benirschke, un genetista de UC San Diego que resultó clave para la creación del Frozen Zoo.

El plan es, eventualmente, llevar a Kurt al Zoológico Safari Park de San Diego, donde se unirá a los 14 caballos de Przewalski del parque, como parte de un programa de conservación y cría.

Pero el centro veterinario no lo sacará de allí en el corto plazo, según Ryder, porque Kurt necesita de al menos otro año con su madre sustituta. En ese momento, deberá aprender a interactuar con otros caballos jóvenes. Solo después será llevado al Safari Park, donde, tal como esperan los investigadores, engendrará descendencia sana que quizá algún día pueda ser devuelta a la naturaleza.

Este tipo de esfuerzos lleva generaciones, reconoció Megan Owen, directora de ciencia de conservación de vida silvestre del San Diego Zoo Global, pero son importantísimas. “La diversidad genética, asociada con estos programas de reproducción, es de vital importancia para esas pequeñas poblaciones de la naturaleza”, enfatizó.

Wosen escribe para el San Diego Union-Tribune.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

Anuncio