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Ante los triunfos de Dodgers y Lakers, el coronavirus se propaga en las celebraciones, alarmando a las autoridades de salud

Los Angeles Lakers fans gather near Staples Center in L.A. to celebrate the Lakers NBA Finals win over the Miami Heat.
Los fanáticos de Los Angeles Lakers se reúnen cerca del Staples Center en el centro de L.A. para celebrar la victoria de las Finales de la NBA de los Lakers sobre el Miami Heat.
(Jason Armond / Los Angeles Times)
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Los condados del sur de California están reabriendo sus economías a un ritmo más lento que en otras partes del estado, y los funcionarios culpan a las celebraciones.

Los eventos públicos para ver partidos de Lakers y Dodgers mantienen las infecciones por coronavirus lo suficientemente altas como para frenar a la región, advierten los funcionarios.

California ha evitado el aumento sustancial en casos de coronavirus visto en todo el país este otoño, pero algunos de los condados más poblados del estado — Los Ángeles, Riverside y San Bernardino — permanecen en el nivel de reapertura más restrictivo.

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Eso significa que los comedores interiores están cerrados, al igual que las operaciones interiores de los gimnasios y los centros religiosos. El condado de San Diego, ahora en el nivel rojo, se tambalea y se inclina hacia la categoría más restrictiva.

Los funcionarios de salud pública han identificado las reuniones como una fuente importante de transmisión del virus en el sur de California, donde los adultos jóvenes están impulsando la propagación de la enfermedad altamente contagiosa.

También hay señales preocupantes de un posible aumento de casos de coronavirus. Incluso después de tener en cuenta el retraso de información, el condado de Los Ángeles ha pasado de aproximadamente 940 casos nuevos diarios a principios de octubre, a casi 1.200 nuevos casos por día a partir de la semana pasada, según la fecha de una prueba positiva o la primera aparición de síntomas, señaló Bárbara Ferrer, directora de salud pública del Condado.

A los funcionarios les preocupa que el éxito de postemporada de los Lakers y los Dodgers, pueda estar influyendo en el aumento de casos de coronavirus.

“Reuniones en grandes multitudes para ver partidos en el interior, donde la gente no se cubre la cara y grita mucho: eso no es sensato”, dijo Ferrer.

Incluso congregarse en restaurantes al aire libre, mientras se grita, anima y abraza a extraños sin usar cubrebocas, hace que sea “muy fácil propagar el virus”, señaló.

Aproximadamente el 55% de las personas que sabían que posiblemente han estado expuestas al virus, también asistieron a una reunión donde dos o más individuos estaban enfermos, señaló el Condado.

Otras partes del sur de California están experimentando tendencias similares.

“Estamos viendo más propagación en las reuniones de familiares y amigos”, señaló Corwin Porter, director de salud pública del condado de San Bernardino. “Parece ser más prominente en nuestra población más joven —en los menores de 40 años— principalmente”.

Entre las personas recién infectadas que dijeron haber asistido a algún tipo de reunión grande el mes anterior en el condado de San Bernardino, el 61% asistió a reuniones de amigos o familiares, según datos de la segunda semana completa de octubre.

En el condado de Riverside, el Dr. Cameron Kaiser, oficial de salud pública, expresó su consternación por una multitud de más de 1.000 personas que se presentaron en la Banning Street Drag Race en el Aeropuerto Municipal de Banning —una reunión masiva que tiene el potencial de convertirse en un evento superpropagador de la enfermedad. Las reuniones masivas generalmente están prohibidas por orden de salud pública del estado.

“Cuanta más gente ingrese a un lugar, mayor será el riesgo de que alguien esté allí con una gran carga de virus”, expuso Kaiser. “Paradójicamente, probablemente sea alguien más saludable porque puede tolerarlo. Y luego esas personas resultan ser muy eficientes en propagarlo a otros”.

Las reuniones adquieren una importancia enorme, dijo Kaiser, y las investigaciones muestran que los eventos superpropagadores son responsables de la mayoría de las nuevas infecciones. Algunas personas pueden infectar a otras sin siquiera sentirse enfermos; otros pueden ser contagiosos durante 48 horas antes de mostrar síntomas.

“Nos encargamos de fiestas clandestinas y reuniones en casas de forma regular”, dijo Kaiser. “A veces no escuchas sobre esto en las redes sociales hasta que es demasiado tarde”.

Los casos reportados semanalmente han aumentado en la región de cinco condados del sur de California, que incluye a Los Ángeles, Orange, Riverside, San Bernardino y Ventura.

Los vecindarios alrededor de las universidades siguen siendo un problema persistente. Se ha identificado un brote entre los residentes de viviendas para estudiantes en la Universidad Chapman del condado de Orange. Desde finales de agosto, más de 1.200 alumnos de la Universidad Estatal de San Diego han dado positivo por coronavirus.

Las fiestas grandes entre familias y amigos en casas privadas también son un problema, y los anfitriones incluso alquilan brincolines.

“Estamos hablando de varias familias que se reúnen en residencias, hasta rentan castillos inflables en el patio delantero o en el patio trasero y varias hileras de autos en la calle. Incluso hemos tenido informes de bandas musicales en vivo en residencias”, dijo Rigoberto Vargas, director de salud pública del condado de Ventura.

Los funcionarios han recurrido a suplicar al público que se tome más en serio la peor pandemia mundial en un siglo.

“La gente está bajando la guardia, volviendo a cómo funcionaban antes del COVID-19, yendo a reuniones”, dijo la Dra. Wilma Wooten, oficial de salud pública del condado de San Diego.

Dicho condado corre el riesgo, por lineamientos del estado, de verse obligado a cerrar los comedores interiores, los gimnasios y los centros religiosos si aumenta la tasa de transmisión.

Las reuniones son una de las varias razones por las que el sur de California permanece estancado en el limbo del coronavirus, dicen los expertos.

Es probable que la transmisión ocurra en lugares de trabajo donde los empleados están más cerca entre sí. Y la transmisión puede ser mayor en las comunidades agrícolas rurales donde los trabajadores migrantes habitan en viviendas hacinadas, así como en las áreas urbanas donde los empleados de bajos ingresos viven en hogares abarrotados y hay menor posibilidad de que puedan trabajar a distancia, dijo Dr. Robert Kim-Farley, epidemiólogo médico y experto en enfermedades infecciosas de la Facultad de Salud Pública de UCLA.

Mucho antes de la pandemia, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades identificaron a los condados de Los Ángeles, Riverside y San Bernardino, así como a muchos condados del Valle Central, el Valle de Salinas y el Valle Imperial, como los peor clasificados en un índice de vulnerabilidad social. Eso significa que factores como la pobreza, la falta de acceso al transporte y las viviendas abarrotadas, pueden debilitar la capacidad de una comunidad para prevenir el sufrimiento humano y la pérdida financiera en un desastre.

Los Ángeles enfrenta desafíos especiales como un condado diverso y poblado, con algunas de las secciones censales más pobladas de la nación y con una magnitud de más de 10 millones de residentes, dijo Ferrer. Esas cuestiones pueden dificultar la gestión de una estrategia de reapertura complicada.

El Condado también tiene una tasa de pobreza bastante alta y una gran cantidad de residentes latinos, comunidades que se han visto afectadas de manera desproporcionada por el virus.

Existen además factores políticos. En algunas partes del sur de California ha habido un rechazo explícito al uso de cubrebocas, dijo Kim-Farley. En Huntington Beach, los trabajadores dicen que han tenido una buena cantidad de clientes que se niegan a usar mascarilla, y varios incluso derriban carteles que promueven su uso.

To contain the spread of COVID-19, parks, restaurants and stores are slowly reopening.

A diferencia del sur de California, el Área de la Bahía ha logrado resultados muy diferentes. Algunos factores pueden ser la respuesta diferente de los líderes locales y el sentir público.

Ciertos políticos del sur de California han estado presionando al gobierno estatal para que relaje más rápidamente las restricciones a las empresas. Por el contrario, muchos funcionarios de salud en el Área de la Bahía han adoptado un enfoque decididamente más lento, a menudo manteniendo reglas más restrictivas, incluso después de que los funcionarios del estado las relajan.

En San Francisco, la alcaldesa London Breed reconoció a los residentes por reducir la propagación de la enfermedad.

“Sé que estaban cansados de mí, diciéndoles una y otra vez, casi gritando a todo el mundo y pidiéndole a la gente que usaran su cubrebocas, se distanciaran socialmente, cancelaran sus eventos, que no se reunieran”, dijo Breed a una estación de televisión local. “El hecho es que la gente realmente escuchó”.

San Francisco se encuentra ahora en el nivel amarillo del estado, gracias en parte a la disminución del impacto desproporcionado del virus en los vecindarios más desfavorecidos de la ciudad, dijeron funcionarios estatales. El nivel amarillo es el menos restrictivo del estado en su plan de reapertura codificado por colores de cuatro partes, lo que permite que amplias franjas de empresas reanuden sus operaciones.

Algunos expertos también han especulado que las personas en el Área de la Bahía tienden a adherirse a las reglas de salud más que en otros lugares.

Los equipos deportivos de bajo rendimiento de la zona también pueden haber ayudado a principios de este año cuando la pandemia azotó la región por primera vez. Los epidemiólogos atribuyeron la derrota de los 49ers de San Francisco en el Super Bowl, y el consecuente fracaso de tener un desfile de la victoria, como una de las principales razones por las que el Área de la Bahía pudo escapar de una peor primera ola de la pandemia en la primavera.

Los funcionarios estatales anunciaron la semana pasada que dedicarán más recursos a los condados de Los Ángeles, Riverside y San Bernardino, lo que incluye aumentar las pruebas móviles y ayudar a los infectados a aislarse mientras se recuperan. Señalaron que estrategias similares ayudaron a frenar un aumento en el Valle Central a principios de este año.

Los funcionarios de salud están preocupados de que el Día de Acción de Gracias y la Navidad puedan transformarse en eventos de superpropagación del coronavirus si las personas no cancelan grandes reuniones o, como mínimo, toman precauciones. Los nuevos requisitos mínimos estatales permiten solo pequeñas reuniones al aire libre de no más de tres hogares, manteniendo a los invitados a seis pies de distancia, usando mascarillas cuando no comen o beben, sirviendo comida en recipientes desechables de una sola porción y limitando los eventos a no más de dos horas.

Contribuyeron a este artículo Luke Money, Maura Dolan y Stephanie Lai.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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