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El aumento de casos coronavirus derivados de las celebraciones ha comenzado en el condado de Los Ángeles

Nurses in  protective gear work on a COVID-19 patient in an ICU unit at MLK hospital
Los enfermeros de las UCI Fernando Fernández, izquierda, Amanda Hamilton y Luz Escobar trabajan en un paciente de COVID-19 en el Hospital Comunitario Martin Luther King Jr.
(Francine Orr / Los Angeles Times)
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El temido aumento de los casos de coronavirus después de Navidad parece estar materializándose en el condado de Los Ángeles, con un nuevo incremento de contagios, que de por sí ya se encontraban en un punto muy elevado después del Día de Acción de Gracias.

El condado reportó 19.063 casos el día de Año Nuevo, su tercer mayor total de un solo día, y 16.603 el sábado, su quinto mayor total, según un recuento independiente del Times de las jurisdicciones locales de salud. Eso significa que, en los últimos tres días, se ha reportado un promedio de más de 16.000 casos nuevos al día en el Condado, una de las cifras más altas registradas.

El recuento del sábado llevó el número acumulado de casos del Condado a más de 800.000. Como muestra de la rapidez con la que se está propagando el coronavirus, más de 400.000 de esas infecciones fueron reportadas desde el 1 de diciembre.

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“Esta es la aceleración más rápida de nuevos casos que en cualquier otro momento de la pandemia”, dijo el Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles.

Más residentes del condado de Los Ángeles fallecen diariamente de COVID-19 que en cualquier otro punto de la pandemia - un promedio de 178 decesos al día durante la última semana, el equivalente a una muerte cada ocho minutos, según el análisis del Times. De la cantidad acumulada de defunciones en el condado de L.A. de más de 10.600, más de 3.000 han sido reportadas desde el 1 de diciembre, incluyendo 136 el sábado.

Con los hospitales ya desbordados, las autoridades de salud han estado temiendo otro pico en los casos, que según los expertos empeoraría las condiciones hasta enero.

Hace una semana, hubo algunas señales alentadoras de que los nuevos casos en el Condado se estaban estabilizando lentamente - nivelándose en alrededor de 13.000 a 14.000 al día - a medida que la orden de permanencia en el hogar comenzó a mostrar resultados. Pero ese optimismo no duró mucho, porque esas cifras seguían siendo tan altas que continuaban abrumando a los hospitales y porque los funcionarios de salud estaban convencidos de que las reuniones durante las vacaciones de Navidad borrarían rápidamente esos logros.

El Dr. Robert Kim-Farley, médico epidemiólogo y experto en enfermedades infecciosas de la Escuela de Salud Pública de UCLA Fielding, dijo el sábado que espera que los casos aumenten en las próximas dos semanas a medida que las personas expuestas al virus en Navidad y Año Nuevo se enfermen y se hagan las pruebas. Esto sería similar a las tendencias del Día de Acción de Gracias.

Si esas tendencias se mantienen, se espera que los hospitales estén en su crisis máxima a finales de enero y las muertes por COVID-19 alcanzarían su punto más alto a mediados de febrero, expuso.

“Dado que se espera que las personas viajen menos y tengan menor número de reuniones en sus hogares después de estas recientes celebraciones vacacionales consecutivas... deberíamos comenzar a ver algunos descensos en los índices de enfermedad para finales de enero”, manifestó Kim-Farley.

El número de casos diarios a finales de invierno también debería comenzar a disminuir porque muchas personas desarrollarán inmunidad, consideró Kim-Farley.

Este nivel de protección no resultará en una “inmunidad completa” que proteja a toda la población, pero “debería resultar en una disminución del número de casos nuevos en aquellos que no siguen las directrices de salud pública sobre el uso de mascarillas y el distanciamiento físico”, dijo Kim-Farley.

Solo cuando entre el 70 y el 85% de los habitantes haya recibido la vacuna, lo que Kim-Farley estima que ocurrirá a principios del verano, “la verdadera inmunidad de grupo comenzará a reflejarse en un descenso más rápido en el número de nuevos casos en la población”, expuso Kim-Farley. “Para finales del verano o principios del otoño, deberíamos ser capaces de volver a una apariencia de normalidad en nuestras vidas similar a la era pre-COVID, con restricciones muy reducidas en nuestras actividades, negocios y escuelas”.

Y a medida que más ancianos y personas en hogares de ancianos sean vacunados, “deberíamos ver algunas disminuciones en las hospitalizaciones y muertes porque los residentes en hogares de ancianos constituyen un porcentaje mayor... de todas las defunciones debidas a COVID”, dijo Kim-Farley. Pero podría haber un retraso en la reducción de los nuevos casos diarios, “ya que mucha gente más joven ahora está contrayendo la enfermedad”.

Las autoridades instaron más a la población a quedarse en casa durante las vacaciones de invierno que durante el Día de Acción de Gracias, y había cierta esperanza de que una mayor cantidad de personas pudieran haber cumplido. El Desfile de las Rosas fue cancelado por primera vez desde 1945 y Pasadena vivió una calma fuera de lo común.

Pero el mismo tipo de fatiga pandémica que se vio en el Día de Acción de Gracias llevó a mucha gente a desafiar las súplicas de las autoridades de quedarse en casa durante las vacaciones de invierno. Numerosos aeropuertos vieron un tráfico constante de vacacionistas. Y miles de personas celebrando el Año Nuevo fueron dispersados, detenidos o arrestados el fin de semana en el sur de California mientras grandes celebraciones y fiestas ocurrían en toda la región.

Las autoridades del Departamento de Policía de Los Ángeles dijeron que clausuraron al menos ocho reuniones de Año Nuevo que involucraban a más de 2.000 personas en el centro y en los alrededores, incluyendo una fiesta en un almacén donde se dispersó a más de 1.000 individuos. Los agentes del sheriff dijeron que cerraron al menos cinco fiestas donde había más de 900 personas - incluyendo una casa alquilada, un almacén vacío, un hotel y un negocio cerrado.

El teniente Raúl Jovel, portavoz del LAPD, dijo que el LAPD estuvo “monitoreando las redes sociales” esta semana para identificar las fiestas. El trabajo no fue fácil, en parte porque los anfitriones de las fiestas “se están volviendo más inteligentes”, subrayó. Los promotores a menudo anuncian una fiesta en un área general, como el centro de la ciudad, pero no publican la dirección hasta el último minuto o no lo hacen, confiando en que se difunda de boca en boca.

Los “influenciadores” de los medios sociales y otros jóvenes publicaron en las redes imágenes de personas celebrando el Año Nuevo a la antigua usanza - gritando, bailando y cantando juntos en espacios cerrados sin mascarillas.

En la víspera de Año Nuevo, el activista cristiano Sean Feucht atrajo a unos 2.500 asistentes, en su mayoría sin mascarillas, al estacionamiento de una iglesia en Valencia.

El actor Kirk Cameron y otros se reunieron en la playa de Point Mugu. “Necesitamos estar escuchando la voz de Dios, en lugar de distraernos con el ruido de los hombres”, dijo Cameron en un video publicado en su página de Instagram, que mostraba a una multitud gritando y aplaudiendo en respuesta a su sermón. La mayoría de la gente no llevaba mascarillas.

Con los hospitales soportando una crisis que no se ha visto en la historia moderna, se espera que la orden de quedarse en casa siga en vigor en la mayor parte del estado en el futuro inmediato. Los funcionarios estatales dicen que la orden permanecerá vigente hasta que la capacidad disponible prevista de las unidades de cuidados intensivos se eleve al 15% en una región. Actualmente se mantiene en el 0% en el sur de California y en el valle de San Joaquín.

Algunos estudios de Hollywood, como los de CBS, Universal Television, ABC Signature, 20th Television, Warner Bros. Television y Sony Pictures Television también han retrasado la reanudación de la producción de algunos programas de televisión de la pausa de invierno por lo menos una semana. Las decisiones llegaron cuando el Departamento de Salud Pública del Condado de L.A. el 24 de diciembre pidió a la industria cinematográfica detener la producción por unas semanas a la luz del pico de muertes de COVID-19.

A pesar de las sombrías perspectivas para las próximas semanas, Kim-Farley dijo, “no tengo duda de que si no hubiéramos estado bajo la orden de quedarse en casa, la situación sería mucho más grave de lo que es ahora. Sin embargo, creo que la magnitud de las cifras muestra que ante la ordenanza de permanecer en el hogar, muchas personas están eligiendo ignorarla, y sin una fuerte aplicación de la orden, esta mezcla de reuniones en hogares y fiestas seguirá ocurriendo”.

Los hospitales del condado de Los Ángeles están siendo golpeados por la pandemia, y la mayoría se ve obligada a rechazar ambulancias durante gran parte del día mientras las instituciones médicas soportan el peso de una demanda sin precedentes de cuidados intensivos. Las morgues de los hospitales y las funerarias privadas están tan llenas de cadáveres que se ha pedido a la Guardia Nacional que ayude a almacenar los cuerpos temporalmente en la oficina del médico forense del Condado. Y los trabajadores de la salud están muriendo de COVID-19 en un ritmo más rápido.

Como una de las metrópolis más grandes de la nación con algunos de los vecindarios más densamente poblados del país, el condado de L.A. se considera particularmente vulnerable en una pandemia. El Condado, donde viven más de 10 millones de personas, enfrenta problemas por la falta de acceso a viviendas y precios muy elevados, lo que desemboca en barrios apiñados de gente. El sur de California también tiene un gran número de trabajadores esenciales que deben abandonar sus hogares para trabajar, muchos de ellos empleados en fábricas de alimentos y almacenes, donde el virus también puede propagarse fácilmente.

Algunos pacientes pasan hasta nueve horas en salas de espera de hospitales con baja presión sanguínea y bajos niveles de oxígeno. Varios establecimientos informan que se están quedando peligrosamente cortos de oxígeno. Los pacientes que son transportados por ambulancias están esperando hasta ocho horas para ser llevados a las salas de emergencia. Se teme que las personas que sufren derrames cerebrales, ataques cardíacos y convulsiones no estén recibiendo la atención rápida que necesitan, y al menos un individuo que espera un transplante de riñón ha visto retrasado su procedimiento porque las UCI están demasiado llenas.

Con tantos pacientes de COVID-19 sufriendo de pulmones inflamados que les hacen jadear por aire, algunos sistemas hospitalarios envejecidos han sido incapaces de mantener la demanda de altos flujos de oxígeno. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU está planeando enviar equipos a la región para actualizar los sistemas de suministro de oxígeno en un puñado de hospitales.

Los escritores del Times Cindy Carcamo, Marisa Gerber, Wendy Lee y Matt Hamilton contribuyeron a este informe.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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