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Un posible acuerdo sobre la vacunación para docentes podría hacer que los estudiantes de primaria regresen a clase

A student returns this week to reopened campus in Redondo Beach.
Alik Laddon llega con su hijo, Caden Andino, de primer grado, la semana pasada después de la reapertura de la primaria Alta Vista en Redondo Beach. Los estudiantes podrían ser bienvenidos a más escuelas bajo un plan que están negociando los funcionarios estatales en Sacramento.
(Al Seib / Los Angeles Times)
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Más estudiantes de primarias de California podrían comenzar a regresar a sus aulas en la primavera, si el gobernador Gavin Newsom y los legisladores resuelven sus diferencias sobre cuándo los docentes recibirán las vacunas para el COVID-19, un acuerdo que el gobernador sugirió el lunes podría alcanzarse en los próximos días.

Las medidas en Sacramento se producen ahora que los funcionarios escolares y los líderes políticos enfrentan una presión cada vez mayor para reabrir campus que han estado cerrados durante 11 meses, con enfrentamientos políticos relacionados que estallaron en los últimos días en Los Ángeles y San Francisco.

Sin embargo, se está volviendo claro que incluso una reapertura gradual estará directamente relacionada con un tema polémico: ¿Deberían los educadores obtener un lugar garantizado en la fila para las vacunas contra COVID-19 cuando no hay suficientes dosis para todos?

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El jefe escolar de Los Ángeles, Austin Beutner, lanzó su propio comentario político sobre el tema el lunes, diciendo que si recibía 25.000 dosis podría reabrir escuelas primarias para un cuarto de millón de niños, tan pronto como las condiciones generales de salud en el condado lo permitiesen.

Presionados por una escasez aguda del antígeno, los funcionarios de salud respondieron que no las proporcionarían, al menos no durante algunas semanas.

Newsom reconoció el lunes que su impulso para abrir campus rápidamente, así como reducir un desastre académico y emocional para los estudiantes, requerirá medidas adicionales. Dijo que esperaba que en unos días surgiera un acuerdo entre su oficina y la Legislatura.

“Esperamos llegar allí esta semana y poder anunciar parte de ese progreso”, comentó Newsom sobre un posible acuerdo con los legisladores. “Incluye un marco de priorización para inocular a nuestros docentes”.

Según las pautas estatales existentes, el personal escolar es elegible para recibir una inyección, pero depende de las dependencias de salud locales decidir cuándo pueden programar esas citas. Los funcionarios de Los Ángeles aún no permiten la vacunación de los docentes, a menos que califiquen en otra categoría, como la de 65 años o más. En contraste, Long Beach, que tiene su propio departamento de salud, permite inocular a los docentes, pero la mayoría de ellos han tenido dificultades para conseguir citas y los vacunados no son necesariamente los que más se necesitan para una reapertura rápida.

En cuanto a la opción local de inmunizar a los docentes, el gobernador insistió en que ya se les ha priorizado, pero “queremos aclarar eso con mayor detalle y será parte de lo que esperamos anunciar”.

Entrevistas con fuentes legislativas sugirieron que los representantes en el Capitolio quieren un acuerdo con el gobernador para darles a los docentes y al personal escolar la oportunidad de recibir la vacuna en fases, antes de que regresen al aula, bajo un modelo que permita una reapertura gradual, con los estudiantes más jóvenes posiblemente entre los primeros en regresar.

Si surge un acuerdo de este tipo, se ajustará estrechamente a lo que los sindicatos de docentes han estado pidiendo y también complacería a muchos líderes del distrito escolar.

Al mismo tiempo, al ofrecer inmunizaciones solo a un grupo limitado de profesores, los funcionarios estatales esperarían tranquilizar a los defensores de la educación externa que representan a otros grupos con un fuerte reclamo de estatus de prioridad.

Beutner reiteró su llamado a las vacunas fijando un número: 25.000 dosis.

“Hay aproximadamente un cuarto de millón de estudiantes en las escuelas preescolares y primarias en todo el Distrito Unificado de Los Ángeles”, señaló Beutner en su transmisión semanal. “Para inocular a todos los que trabajan en estos campus, que de otra manera no son elegibles, necesitaríamos inyectar a unas 25.000 personas. Lo escuchaste bien: vacunar a 25.000 individuos nos permitirá reabrir las aulas de primarias para 250.000 niños y ayudar a sus más de medio millón de miembros de la familia a comenzar el camino hacia la recuperación y permitir que muchos de ellos regresen a su empleo”.

Ese objetivo de 25.000 incluiría a directores, docentes, conductores de autobuses, conserjes y bibliotecarios; las enfermeras escolares ya tienen acceso a las vacunas.

Aunque los campus en otros estados y ciertas zonas de California se han abierto sin acceso al antígeno, su disponibilidad se ha convertido en un punto de conflicto. Y el tiempo es clave a medida que el año escolar pasa. Por un lado, las tasas de infección están cayendo rápidamente en el estado, aumentando la probabilidad de reaperturas más rápidas. Contra eso está el largo período necesario para lograr la inmunidad total después de la inoculación, alrededor de cinco a seis semanas después de la primera dosis.

Algunos expertos y funcionarios han dicho que un año escolar en persona podría convertirse en una causa perdida, si los docentes no tienen la primera dosis en sus brazos antes del 1 de marzo.

Para Newsom, el terreno ha cambiado incluso desde la semana pasada, cuando insistió en que las vacunas no eran esenciales para la reapertura. Como evidencia, señaló las declaraciones hechas ese mismo día por el presidente Biden y el nuevo líder de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

Pero Newsom ya remaba contra una poderosa corriente política en un estado donde los sindicatos de docentes se encuentran entre los grupos más influyentes. Su propuesta del 30 de diciembre de $2 mil millones en subvenciones para impulsar la apertura de los campus recibió una respuesta tibia de los legisladores el mes pasado.

Los defensores de la educación también han estado preocupados por los costos a largo plazo de las pruebas de coronavirus, que los funcionarios del presidente Biden señalan como esenciales. A pesar de que la ayuda federal y estatal para el coronavirus asciende a miles de millones de dólares, a los líderes del distrito escolar les preocupa que pueda quedar muy poco para lidiar con la pérdida de aprendizaje y los daños del aislamiento social.

Los miembros del Senado y la Asamblea del estado se reunieron, durante el fin de semana y los días consecutivos, en “conversaciones avanzadas” sobre la financiación para reabrir los campus, dijeron fuentes involucradas en las negociaciones.

Bajo un plan que se elabora actualmente en la Legislatura, los empleados recibirían vacunas antes de regresar al aprendizaje en persona. Los sindicatos de docentes también están presionando a los legisladores para que tengan acceso inmediato al antígeno para el personal educativo que ya trabaja en el campus. Las fuentes solicitaron el anonimato porque no estaban autorizadas a revelar detalles sobre las discusiones. Otro punto que se está considerando dejaría el criterio sobre la reapertura a los funcionarios del distrito escolar local.

Newsom ha apoyado una reapertura gradual desde el principio, pero no las inmunizaciones como condición previa. La administración también quiere que se reabra la flexibilidad para los distritos en los condados en el nivel morado, la clasificación para las áreas con la peor crisis de salud.

La mayoría de los distritos escolares en Los Ángeles detuvieron, desde diciembre y enero, los servicios en persona a partir de indicaciones de los funcionarios de salud del condado en medio del peligroso aumento de casos de coronavirus.

Pero a partir del 1 de febrero, con el apoyo de la ciudad, varios distritos escolares han reanudado la instrucción en persona, utilizando exenciones aprobadas previamente para atender a los estudiantes desde el jardín de infantes hasta el segundo grado. Estas y otras zonas también están aprovechando las reglas estatales que permiten reincorporar hasta el 25% del personal de una escuela en un momento dado para ayudar a los alumnos con necesidades especiales, como quienes están aprendiendo inglés o las personas con discapacidades.

El concejal de Los Ángeles, Joe Buscaino, dijo la semana pasada que le pedirá a la ciudad que demande al Distrito Unificado de Los Ángeles para forzar una reapertura más rápida, basando su estrategia en el litigio presentado la semana pasada por San Francisco contra su propio sistema escolar.

En esa ciudad, los docentes y los líderes del distrito escolar llegaron a un acuerdo tentativo durante el fin de semana que cubre los detalles clave del regreso a las aulas. El pacto establece escenarios para las condiciones de salud que aún no se han cumplido.

Para que los campus K-12 vuelvan a abrir, el acuerdo requeriría que San Francisco ingrese en el nivel rojo de las métricas de salud del coronavirus del estado, y también que los docentes que regresan sean inoculados, según la Federación de Docentes de California, que está afiliada al sindicato local. Bajo este nivel de alerta, el promedio de siete días de infecciones diarias sería de 4 a 7 casos por cada 100.000 residentes.

La tasa de casos en San Francisco, ajustada para permitir la comparación en toda la entidad, es de 12.5 por cada 100.000.

El acuerdo tentativo de esa ciudad es más estricto que las pautas estatales recientemente revisadas y se basa en una versión anterior de las normas de California. El estándar actual de la entidad para la reapertura de las primarias es de 25 contagios por cada 100.000 habitantes sin necesidad de vacunas, lo que significa que el Distrito Unificado de San Francisco es elegible para reabrir completamente sus escuelas primarias sin más demoras. No se ha logrado el estándar para los grados del séptimo al duodécimo (7 casos por cada 100.000).

El acuerdo de esa ciudad permitiría que las escuelas reabrieran sin las vacunas de los docentes si se alcanza el nivel naranja, que sería de 1 a 3.9 nuevos casos diarios por cada 100.000 residentes.

La tasa de casos en Los Ángeles es de 38.7 por cada 100.000.

Los líderes sindicales mantienen un estándar más estricto que el del estado, incluso cuando los profesores están vacunados, como una medida para proteger a las familias de los estudiantes, señaló Jeff Freitas, presidente de la Federación de Docentes de California.

Podrían pasar muchos meses antes de que las vacunas se aprueben y estén disponibles para niños menores de 16 años.

Los CDC se unieron a la administración de Biden la semana pasada, para reafirmar que los campus podrían reabrir sin las vacunas de los docentes, siempre que se siguieran estrictos protocolos de higiene. Las conclusiones con respecto a los datos sobre la seguridad escolar se han debatido fuertemente.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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