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Columna: El lento crecimiento poblacional le hizo perder a California una banca en el Congreso, y eso debería preocuparnos

America Barrera, a youth volunteer with CHIRLA, helps Mercedes N. Martinez sign up for the census
América Barrera, una joven voluntaria de CHIRLA, ayuda a Mercedes N. Martínez a inscribirse en el censo, en MacArthur Park, Los Ángeles, el 23 de julio de 2019.
(Liz Moughon/Los Angeles Times)
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California se unió a los estados del Cinturón Industrial (Rust Belt) en la pérdida de influencia política nacional debido al lento crecimiento de la población.

¿Deberíamos preocuparnos por eso? ¡Claro que sí!

Es cierto que la influencia perdida es minúscula: un escaño en la Cámara de Representantes de Estados Unidos y un voto electoral en las elecciones presidenciales. Aún tendremos mucho más que cualquier otro estado. La pérdida apenas se notará, esta vez.

Pero, ¿se trata de una tendencia? ¿Es un síntoma de deterioro interno? ¿Se está oxidando el Estado Dorado?

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Nadie lo sabe realmente, aunque debería preocuparnos seriamente y ser confrontado con honestidad.

“Sentarse y no hacer nada no es la solución, ya sea en la vivienda, la economía o la equidad”, le dijo al San Francisco Chronicle Jeff Bellisario, director ejecutivo del Bay Area Council Economic Institute. “Es una señal para los legisladores de que no vamos en la dirección correcta”.

Un poco de historia: en la década de 1940, Nueva York tenía 45 escaños en la Cámara, el bloque más grande de la nación. Después de perder otra banca con el censo decenal del año pasado, Nueva York bajará a 26, un debilitamiento sustancial de la fuerza política a lo largo de las décadas.

Es innegable; los resultados del recuento de personas a nivel nacional, publicados el lunes por la Oficina del Censo de EE.UU, mostraron que, por primera vez en nuestros 170 años de historia, California perderá un escaño en el Congreso. Nuestra población creció por debajo del promedio de Estados Unidos después de 2010, a una tasa del 6.1%, en comparación con el 7.4% de la nación.

El recuento marcó 39.5 millones de californianos, dos millones más que el censo de 2010.

Eso significa que California perderá un escaño en la Cámara mientras que Texas ganará dos. Florida y otros cuatro estados sumarán uno cada uno. Siete estados perderán uno.

Pero California seguirá contando con la delegación más grande de la Cámara: 52 miembros, en comparación con los 38 de Texas.

La situación podría haber sido peor si los demócratas de Sacramento -que temían la pérdida de dos escaños, principalmente debido a las políticas antiinmigrantes del presidente Trump- no hubieran actuado para minimizar los daños.

Trump intentó sumar al censo la pregunta sobre la ciudadanía. Eso habría disuadido de responder a quienes viven aquí sin autorización. El exmandatario tampoco quería contar a los inmigrantes indocumentados al redistribuir los distritos del Congreso. California demandó a su administración y ganó.

El gobernador Gavin Newsom y la Legislatura gastaron $182 millones en un programa de divulgación que alentaba a los “más difíciles de contar”, principalmente a los inmigrantes, a participar en el censo. Como resultado, el 70% de los hogares participaron en línea, por correo o por teléfono, superando las tasas de Texas y Florida.

“California hizo un buen trabajo para que mucha gente fuera contada y mantuvo así la derrota en un escaño”, señaló Tony Quinn, ex asesor republicano sobre redistribución de distritos y editor del Target Book, que monitorea las contiendas legislativas y del Congreso. “Está bastante claro que Texas y Florida no pusieron los recursos para aumentar su conteo del censo. Y no consiguieron tantas bancas como deberían. Anticiparon tener tres en Texas y dos en Florida. Si hubieran hecho un esfuerzo real, lo habrían logrado”.

“En los estados republicanos”, agrega Quinn, “no entendían que les iba a ir mejor si contaban a más personas. No se molestaron en censar a los indocumentados y salieron perjudicados”.

Pero la redistribución de distritos en Texas y Florida estará estrictamente controlada por los republicanos. Por lo tanto, los distritos serán manipulados para favorecer en gran medida a los candidatos de ese partido.

Los legisladores demócratas solían hacer lo mismo en California. Sin embargo, los votantes con mentalidad reformista terminaron con la manipulación al entregar la tarea a una comisión bipartidista independiente.

Se espera que el escaño perdido en el Congreso de California sea tomado del condado de Los Ángeles.

“LA. va a salir perdiendo”, comentó Eric McGhee, analista de población y redistribución de distritos en el Public Policy Institute of California, una institución no partidista. “L.A. no ha crecido lo suficientemente rápido para mantenerse al día con otras partes del estado. Habrá una reorganización [del Congreso] allí”.

Ahora, ¿por qué el crecimiento de la población de California se redujo a un mínimo?

Claramente, muchas personas ya no pueden permitirse vivir aquí debido a los altos costos de la vivienda, la escasez de buenos trabajos de clase media y los largos desplazamientos. La tensión de esas largas distancias podría aliviarse a medida que más individuos trabajen desde sus casas, siguiendo el patrón de la pandemia.

Pero las regulaciones comerciales son difíciles de manejar. Y hay quejas perpetuas sobre los altos impuestos. Texas, Florida y Nevada no tienen tasas estatales sobre la renta. California conserva, por lejos, el nivel más alto del país.

La administración Newsom se defiende contra este tipo de comentarios negativos. “Sigue habiendo gente con la intención política de desalentar, que quieren sembrar odio en California”, señaló H.D. Palmer, portavoz del Departamento de Finanzas del estado. “No les gusta la política, no les gusta la cultura, no les gusta la gente. Intentan inflar cualquier dato”, continuó, “para alimentar la sensación de que hay un éxodo épico que está bloqueando las carreteras interestatales que salen de California”. Los datos no lo confirman.

“La razón por la que el crecimiento de la población se ha desacelerado, es que estamos experimentando el efecto de dos tendencias nacionales: una disminución en la tasa de natalidad y una reducción de la inmigración extranjera. Ambos han afectado a California en mayor medida que a otras regiones del país”, enfatizó Palmer.

Bien, pero aún así hay más personas de aquí que se mudan a otros estados en comparación de las que llegan para instalarse. En realidad, eso ha estado sucediendo durante 30 años, con gobernaciones republicanas y demócratas.

“No somos el estado de auge que supimos ser”, destacó McGhee. “Pero es demasiado pronto para decir si estamos en una espiral descendente”.

Sin embargo, no es demasiado pronto para corregir el rumbo y evitar que el brillo se oxide.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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