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Otro verano de apagones en California amenaza a Newsom en el intento de destitución

Gavin Newsom and Eric Garcetti lead a group walking past a burned tree and vehicle.
El gobernador Gavin Newsom, en el centro, observa la devastación del incendio en Brentwood con el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, a la derecha, y otros en 2019.
(Wally Skalij / Los Angeles Times)

A medida que la pandemia de COVID disminuye, los posibles apagones del verano y el otoño son una prueba para un gobernador cuyo primer mandato ha sido definido por emergencias que escapan a su control.

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Cada vez que se va la luz, los californianos frustrados buscan a quien culpar.

Eso podría significar problemas para el gobernador Gavin Newsom, quien aparecerá en una boleta de destitución durante la temporada de calor y sequía.

“Podría ser un problema importante”, dijo Dave Gilliard, uno de los estrategas republicanos que lideran el esfuerzo para destituir a Newsom. “La gente, en última instancia, le hará responsable si no pueden encender la luz en el momento en que votan. Van a pensar en eso”.

Las tres mayores empresas de servicios públicos propiedad de inversores del estado creen que tendrán que cortar la energía a cientos de miles de hogares y negocios este año para evitar que las líneas eléctricas desencadenen incendios forestales durante las condiciones climáticas de alto riesgo, y los funcionarios estatales también han advertido que las olas de calor podrían poner en problemas a las redes de electricidad en todo el oeste.

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Los problemas no son nuevos para California ni para Newsom, que se ha visto presionado para que su administración compense los posibles efectos a los consumidores y quien ha señalado al cambio climático y a la mala gestión de Pacific Gas & Electric Co. como las causas principales de los problemas eléctricos del estado.

Sin embargo, a medida que la pandemia del COVID-19 disminuye, la posibilidad de que se produzcan apagones en verano y otoño supone otra prueba para un gobernador cuyo primer mandato se ha visto definido por emergencias que escapan a su control y cuya supervivencia política probablemente dependerá de la opinión que tengan los votantes sobre su liderazgo en tiempos de crisis.

“A este gobernador actual le tocó una mano de cartas desastrosa que a ningún gobernador le ha tocado”, manifestó Daniel Zingale, ex asesor de Newsom y de los ex gobernadores Arnold Schwarzenegger y Gray Davis. “La gente lo sabe”.

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Zingale dijo que Newsom estaba animado por los grandes retos y que -después del COVID-19, la recesión económica, los incendios forestales y otros desastres que han afectado a California en los últimos dos años- el gobernador no sería juzgado exclusivamente por los apagones.

“A las personas no les gusta los cortes de energía”, señaló Zingale. “Dicho esto, la mayoría de la gente entiende que, cuando es necesario, es preferible un corte de luz que un incendio forestal. En este caso, sabemos que vamos a pasar un verano muy duro de sequía y malas condiciones”.

Los llamados cortes de energía de seguridad pública se han convertido en una práctica habitual en California para evitar desastres, ya que el cambio climático impulsa temporadas de incendios forestales que baten récords.

Las compañías eléctricas desconectan los circuitos de energía cuando las previsiones meteorológicas predicen que los fuertes vientos y las condiciones de sequedad podrían suponer una amenaza extrema de incendio. Las empresas tienen en cuenta el potencial de incendio, los patrones de movimiento del viento, el estado de sus líneas y otros factores para evaluar la necesidad de cortar la energía en zonas concretas.

El uso de los apagones intencionados ha sido un tema político espinoso para Newsom desde que asumió el cargo en 2019.

Los cortes son una herramienta clave para proteger a los californianos y sus hogares de la amenaza de incendios provocados por las empresas de servicios públicos. Pero la práctica crea otros riesgos para la seguridad pública y problemas a las personas que dependen de la electricidad para sus necesidades médicas. Los cortes prolongados también agravan la calidad de vida de los residentes, ya que les quitan servicios básicos y lujos sencillos, como una nevera fría y una casa con aire acondicionado en el sofocante calor del verano.

Newsom se refirió a los cortes en octubre de 2019 como la “nueva normalidad” y una alternativa necesaria a los incendios forestales catastróficos cuando PG&E comenzó a cortar la energía a más de un millón de californianos casi un año después de que los equipos de la compañía provocaran el incendio más mortífero de la historia del estado.

Pero a medida que se prolongaban los cortes y aumentaba el enfado de la población por la mala notificación y planificación de la empresa, el gobernador cambió rápidamente su tono y arremetió contra PG&E. Calificó de “inaceptables” las acciones de la empresa y se comprometió a “exigir a PG&E que cumpla con sus obligaciones de seguridad y de cortar los árboles que rodean las líneas eléctricas”.

La administración del gobernador ha presionado a las empresas de servicios públicos del estado para que reduzcan el alcance, la duración y la frecuencia de los cortes de electricidad para prevenir los incendios forestales, lo que dio lugar a cortes más breves el año pasado y a la esperanza de que se produzcan menos eventos de ese tipo este año.

Las empresas de servicios públicos han añadido más estaciones meteorológicas y cámaras para mejorar la vigilancia de las condiciones sobre el terreno, más dispositivos de seccionamiento que dividen las líneas para limitar los cortes a un menor número de clientes y un mejor acceso a las fuentes de energía de reserva, expuso Caroline Thomas Jacobs, directora de la División de Seguridad contra Incendios Forestales de la Comisión de Servicios Públicos de California.

“Siguen basándose en todo lo que hicieron el año pasado para continuar con ese esfuerzo de reducción” en los cortes de energía de seguridad pública, dijo Thomas Jacobs.

Southern California Edison reportó un aumento del 13% en el número de clientes que perdieron la energía, pero una reducción del 33% en la duración promedio de los cortes en 2020 en comparación con 2019, según un informe que la compañía presentó al estado. Edison prevé reducciones adicionales en la duración de los cortes este año.

Pacific Gas & Electric, que da servicio a dos tercios del norte de California, ha dicho a los reguladores estatales que está trabajando de manera similar para disminuir los efectos de los cortes en los clientes en 2021.

El senador estatal Mike McGuire (demócrata de Healdsburg) dijo que PG&E había hecho progresos en el despliegue de generadores diesel en las subestaciones de algunas de las comunidades más afectadas por los cortes, pero que todavía tenía un largo camino por recorrer con su programa de gestión de la vegetación.

La Comisión de Servicios Públicos reprendió y aumentó la supervisión de la empresa este año después de que una auditoría descubriera que PG&E priorizaba la limpieza de la vegetación alrededor de sus equipos en zonas de baja prioridad, dejando en gran medida sin tocar los árboles y arbustos aledaños a las líneas en sus distritos de alta amenaza de incendio en 2020.

“Gavin Newsom ha hecho responsable a PG&E más que cualquier otro gobernador que haya visto en mi vida”, dijo McGuire. “Se lo ha tomado como algo personal”.

El descontento no se limita a los clientes de PG&E, según Claudia Bill-de la Peña, alcaldesa de Thousand Oaks.

Southern California Edison cortó la electricidad a más de 110.000 clientes en su territorio de servicio en enero, cuando los fuertes vientos de Santa Ana y los bajos niveles de humedad plantearon una importante amenaza de incendio forestal. A casi 5.000 clientes de Edison les suspendieron la electricidad sin previo aviso durante los cortes, según un informe presentado al estado.

En Thousand Oaks, Bill-de la Peña dijo que los cortes inutilizaron un tercio de los semáforos y falló la energía de reserva. Agregó que decenas de miles de hogares en su ciudad se quedaron sin energía, y que los líderes locales -que se llevaron la peor parte de la ira pública- no pudieron obtener respuestas de Edison sobre cuándo la compañía volvería a suministrar energía.

“La gente estaba comprensiblemente frustrada, y yo me sentí impotente como alcaldesa de Thousand Oaks”, dijo Bill-de la Peña. “Estaban frustrados porque la ciudad no podía hacer nada. Intentamos explicarles que eso estaba completamente fuera de nuestras manos”.

Aunque el tiempo puede ser impredecible, los funcionarios esperan que los cortes continúen hasta el otoño, ya que las condiciones de sequía empeoran en el estado - coincidiendo con las elecciones de destitución, que la mayoría de los observadores políticos predicen que tendrá lugar a finales del verano o el otoño.

El gobernador declaró el mes pasado el estado de emergencia en 41 condados, que representan el 30% de la población del estado, debido a la sequía.

“Si la vegetación está seca, es más probable que una ignición por un evento de viento sea catastrófica”, dijo Michael Wara, director del Programa de Política Climática y Energética del Instituto Woods para el Medio Ambiente de la Universidad de Stanford. “La época más peligrosa desde el punto de vista de los incendios forestales es al final del verano y el otoño”.

Los reguladores también han advertido de la posibilidad de una escasez de electricidad.

El Operador del Sistema Independiente de California, que gestiona la red eléctrica de la mayor parte del estado, aplicó apagones continuos que afectaron a más de 800.000 hogares y empresas californianas durante dos días en medio de una ola de calor el pasado agosto. Las temperaturas se dispararon entre 10 y 20 grados por encima de lo normal en el Oeste, aumentando la demanda de electricidad.

La CAISO está obligada a contar con reservas de energía en virtud de la ley federal, y cuando esas reservas fueron insuficientes, se ordenaron apagones para conservar la electricidad y evitar cortes incontrolados de mayor envergadura, según las autoridades. Las investigaciones posteriores determinaron una serie de factores, como el clima inesperado, la insuficiente planificación y las prácticas de mercado.

En ese momento, Newsom rogó a los californianos que ahorraran electricidad, y su administración trabajó rápidamente para reducir la demanda de la red y limitar los apagones.

Los líderes de la Comisión de Servicios Públicos del Estado, la CAISO y la Comisión de Energía de California detallaron sus esfuerzos para obtener más energía y reducir la demanda a fin de evitar que se repitan los apagones del año pasado en una audiencia en el Capitolio del Estado la semana pasada. Pero Elliot Mainzer, presidente y director ejecutivo de la CAISO, dijo que eso no significaba que California estuviera a salvo.

“El factor de riesgo más importante para la responsabilidad de la red sigue siendo el calor extremo, en particular el que se extiende por todo el oeste de Estados Unidos y se hace más caluroso cada año”, dijo Mainzer, señalando que tiene un “optimismo cauteloso” de que el estado está en mejor posición que el verano pasado. “Estamos notando que las olas de calor extremas son cada vez más frecuentes e intensas. Como resultado, la red continuará siendo vulnerable a las altas demandas de energía y a la disminución de las importaciones durante una ola de calor en todo el Oeste como la que vimos el año pasado”.

Zingale cree que los californianos entienden que el cambio climático y las decisiones de las empresas de servicios públicos propiedad de inversores son responsables de los apagones del estado, sobre los que su gobernador tiene poco control. Pero la historia demuestra que la gente busca a quien culpar.

La lenta respuesta del entonces gobernador Davis a la crisis energética de 2000-2001, que desencadenó apagones en todo el estado, contribuyó a allanar el camino hacia los bajos índices de aprobación y, finalmente, a su destitución en 2003.

Para muchos votantes, Davis parecía incapaz de gestionar y prestar un servicio esencial para millones de residentes. Más tarde aparecieron pruebas de la manipulación ilegal del mercado por parte de Enron Corp., con sede en Houston, y otras empresas energéticas que se aprovecharon de la decisión de California -tomada antes de que Davis asumiera el cargo en 1999- de desregular el sector de los servicios públicos.

Aunque los apagones que llevaron a Davis a ser destituido, hace casi dos décadas, son muy diferentes de los apagones que Newsom está afrontando este año, la suerte política del gobernador podría estar igualmente ligada a decisiones que están prácticamente fuera de su control.

Los reguladores de California dijeron esta semana a los legisladores estatales que pedirían a los consumidores que conservaran la energía este verano para evitar los apagones.

La situación podría significar que Newsom tendrá que confiar en que los californianos limiten su uso de la electricidad y, si se producen apagones, que no le señalen con el dedo.

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