La mayor ola de calor del año en California aumenta los temores a la sequía y los incendios

Con una sequía que se agrava en el oeste y una temporada de incendios forestales que se avecina, California se está preparando para la ola de calor más severa del año, una que promete gravar los suministros de energía del estado y al mismo tiempo ofrecer una sombría vista previa de los desafiantes meses por venir.

La ola de calor traerá temperaturas de tres dígitos a los valles y las regiones del interior del sur de la entidad, así como a muchas partes del resto del estado, aumentando los riesgos de incendio. Asimismo, esto sucede cuando partes del norte y centro de California están recurriendo a restricciones de agua a medida que la sequía altera rápidamente el paisaje.

En el lago Oroville, durante el fin de semana del Día de los Caídos, decenas de casas flotantes se posaron sobre bloques de cemento porque no había suficiente agua para contenerlas. En el lago Mead, el embalse más grande de Estados Unidos, el nivel del agua bajó a unos 1.072 pies el miércoles por la noche, un mínimo que no se había visto desde que se llenó en la década de 1930.

El río Colorado, donde se encuentra el embalse, abastece de agua a 40 millones de personas en Arizona, California, Colorado, Nevada, Nuevo México, Utah y Wyoming. Las autoridades indicaron que su nivel de agua podría caer aún más.

La ola de calor entrante puede exacerbar esa falta de humedad, señalaron los expertos.

“Con altas temperaturas, obtendremos más evaporación y menos agua para usar más adelante. Obviamente, no va a llover mucho en el corto plazo”, explicó Mike Wofford, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional en Oxnard. “No estoy seguro de cuánto empeorarán las cosas. Ya están bastante mal”.

Las temperaturas extremas son atípicas en Los Ángeles en junio, que generalmente todavía está dentro de una capa marina con nubes y niebla, indicó Woffard.

El calor será temporal, pero la combinación de temperaturas intensamente altas y una sequía prolongada empeorará la condición climática crítica de California.

“Las primeras olas de calor, así como las que surjan en este verano, exacerbarán una situación que ya es grave”, señaló el climatólogo Bill Patzert, subrayando que es “demasiado temprano” en el año para tal evento.

“Cruza muchos límites y realmente impacta a todos”, explicó.

El oeste siempre ha estado seco, pero los últimos años han sido algunos de los peores.

Según el Almanaque de Los Ángeles, seis de los últimos 10 años han tenido precipitaciones por debajo del promedio. El período reseco de 2011 a 2016 fueron los cinco años continuos más secos jamás registrados en el centro de Los Ángeles.

Desde el 1 de octubre, el centro del condado ha recibido unas escasas 5.8 pulgadas de precipitación, alrededor del 41% de lo normal, lo que lo convierte en el octavo año más seco en los últimos 144, desde que se mantuvieron los registros.

Los efectos de la última sequía ya se están manifestando en toda la región.

En el Área de la Bahía esta semana, los funcionarios de Santa Clara declararon una emergencia por escasez de agua, lo que podría llevar a restricciones obligatorias de agua para los 2 millones de residentes de la zona. En mayo, el condado de Marin declaró una emergencia por sequía, poco después de que el gobernador Gavin Newsom expandiera su emergencia por sequía del 21 de abril en una vasta franja del estado.

Más de 40 de los 58 condados de California se encuentran ahora bajo un estado de emergencia por sequía.

Y aunque la disminución de los suministros de agua puede afectar a las personas a nivel local, los resultados pueden resonar en todo el país, particularmente porque la entidad produce gran parte de la agricultura de la nación.

Muchos agricultores del Valle Central ya han declarado que las proyecciones para el año son sombrías debido a la sequía y algunos cuestionan abiertamente su futuro en el estado.

Hasta ahora, el suministro de agua del sur de California no se ha visto tan afectado por la sequía, pero eso puede ser temporal.

Jeffrey Kightlinger, gerente general del Distrito Metropolitano de Agua del Sur de California, señaló que el suministro de agua de la región proviene principalmente del río Colorado y la cordillera de Sierra Nevada del norte del estado. El cambio climático está reduciendo la capa de nieve que alimenta a ambos.

“Sabemos que vamos a tener más sequías, serán más profundas y calientes, con menos oferta”, indicó Kightlinger. “Estamos bastante bien preparados para el mundo de 2020 y 2021, pero eso no significa que estemos preparados para el 2030”.

La inminente ola de calor también afectará a la red de energía a medida que millones de residentes enciendan sus aires acondicionados.

Durante una ola de calor similar en agosto, el Operador del Sistema Independiente de California, el organismo que administra la red eléctrica en la mayor parte del estado, declaró una emergencia de Etapa 3 en toda la entidad por primera vez desde 2001.

La agencia emitió el viernes un boletín de calor que pronosticaba una alta demanda eléctrica.

“Todavía es demasiado pronto para saber el impacto preciso que tendrán las altas temperaturas de la próxima semana en la red eléctrica”, señaló la portavoz Anne Gonzales. Se podrían administrar alertas flexibles para la conservación de energía para evitar apagones continuos.

Los expertos en clima también han hecho sonar la alarma sobre cómo la combinación de calor extremo y sequía puede crear una vegetación completamente seca que actúa como combustible para los incendios forestales. El año pasado fue la peor temporada de incendios forestales registrada en el estado, y el 2021 ya está en dirección hacia otra temporada severa.

Además, el calor puede hacer que la lucha contra los incendios sea mucho más difícil, por lo que, si las llamas se encienden, los equipos de bomberos tendrán que lidiar con condiciones peligrosas.

Para ayudar a evitar que se produzcan incendios forestales durante las olas de calor anteriores, los servicios públicos del estado implementaron cortes de energía preventivos conocidos como cortes de energía de seguridad pública o PSPS, por sus siglas en inglés.

Es demasiado pronto para saber si será necesario hacer eso la próxima semana, comentó el portavoz de Southern California Edison, David Song, y señaló que los apagones suelen ser impulsados por eventos de vientos extremos, no solo por calor.

Aproximadamente el 25% del área de cobertura de 50.000 millas cuadradas de la empresa de servicios públicos se encuentra en una zona de alto riesgo de incendio, y los residentes de esas áreas serán notificados de 48 a 72 horas antes de cualquier interrupción, puntualizó Song.

Incluso las playas icónicas de California están amenazadas por la desecación en todo el estado, indicó el científico investigador de la USC, Essam Heggy.

Las playas de arena se alimentan de sedimentos arrastrados por las montañas. Sin lluvia, las costas comienzan a retroceder, algo que está sucediendo, informó Heggy, quien ha pasado los últimos 20 años investigando los desiertos de la Tierra y otros planetas.

La costa de California ha saltado unos 60 pies tierra adentro en algunos lugares en los últimos 10 años, señaló.

“Toda la costa, desde San Diego hasta Los Ángeles, está sufriendo enormemente la erosión costera debido a la sequía”, indicó Heggy, y agregó que las costosas casas frente al mar también impiden que los sedimentos lleguen a la costa.

Newport Beach y otras comunidades costeras ricas han tenido que acarrear arena de otros lugares para reponer la erosión, indicó Heggy.

Las olas de calor se encuentran entre los riesgos naturales más peligrosos, según la Organización Mundial de la Salud. Durante un período sin precedentes en septiembre pasado, la muerte de al menos tres personas en Los Ángeles estuvo relacionada con la exposición al calor, determinó la oficina forense del condado.

Los niños, los residentes de edad avanzada y las personas sin hogar se encuentran entre los más vulnerables cuando las temperaturas se disparan. Los Ángeles aún no ha anunciado si abrirá centros de enfriamiento la próxima semana.

Pero se aconseja a los residentes que planifiquen formas de mantenerse frescos. Las actividades al aire libre deben ser limitadas, especialmente por las tardes, y las mascotas y las personas nunca deben quedarse solas en autos cerrados, enfatizó el Servicio Meteorológico Nacional.

Song señaló que las horas pico de electricidad son de 4 a 9 p.m. y recomendó que los residentes enfríen previamente sus hogares y eviten el uso de electrodomésticos de alta energía durante ese tiempo.

Según Wofford, la ola de calor entrante está siendo impulsada tanto por una cresta de alta presión del sureste como por un flujo debilitado de aire en tierra, que es lo que trae la brisa marina refrescante más típica de junio.

Pero, según Patzert, todo es parte de la misma tendencia humana hacia el calentamiento global.

“Es inusualmente temprano, grande y prolongado”, indicó sobre el calor extenso, “pero es consistente con lo que vemos, en las últimas dos décadas, que nos relacionamos con el cambio climático”.

Ha habido períodos significativos de calor y sequía en el pasado, comentó, incluido un largo lapso de 1945 a 1978, pero la diferencia fundamental entre entonces y ahora es el tamaño del estado: la población de California se ha cuadriplicado desde la década de 1950, lo que ejerce más presión sobre su red eléctrica, producción agrícola y suministro limitado de agua.

Las olas de calor son cada vez más largas, más intensas y más frecuentes, indicó Patzert, y no hay señales de que vayan a mejorar.

“Vivimos en una California más cálida y más seca”, señaló.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.