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Sequía y riesgo de terremotos: el problema que Silicon Valley no puede resolver

A "no swimming" sign is posted at Anderson Reservoir in Morgan Hill, Calif.
El 25 de febrero de 2020, en Morgan Hill, California, se colocó un letrero de “prohibido nadar” en el embalse Anderson. El distrito de agua del condado de Santa Clara se vio obligado a drenar el embalse el año pasado porque su presa se consideró vulnerable a un terremoto. La falta de agua resultante ahora afecta a Silicon Valley.
(Justin Sullivan / Getty Images)
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California es conocida por su historia de desastres naturales, y en Silicon Valley, dos calamidades potenciales, la sequía y el riesgo de terremotos, convergen actualmente para secar los suministros de agua en el epicentro de la economía tecnológica del estado.

En una reunión del pasado miércoles, los miembros de la junta del Distrito de Agua del Valle de Santa Clara votaron por unanimidad para declarar una emergencia por escasez de agua, en parte porque fue necesario drenar un embalse clave del condado para reducir los riesgos de terremotos señalados por los reguladores federales.

Los funcionarios del condado advirtieron el año pasado que el drenaje del embalse Anderson pondría a la región en una posición peligrosa, pero se vieron obligados a hacerlo de todos modos, ya que el embalse y la presa se encuentran sobre la falla de Calaveras, lo cual podría desencadenar un terremoto de gran magnitud.

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Para preservar los suministros, el distrito solicitó una reducción obligatoria del 33% en el uso de agua en comparación con 2013 y planea depender casi por completo del agua subterránea, afirmó Tony Estremera, presidente de la junta del distrito de agua del valle. Pero si se extrae demasiada agua subterránea, es probable que el suelo se hunda, indicó, desafiando la integridad estructural de carreteras, puentes y edificios. “Eso realmente no es aceptable en un lugar donde tenemos algunas de las empresas más grandes del mundo”, expuso Estremera, refiriéndose a los gigantes tecnológicos Apple y Google, cuyos campus se encuentran en Silicon Valley.

Para evitar que la tierra se hunda, el distrito de agua quiere que los gobiernos locales implementen restricciones, incluida la reducción del riego del césped a tres días a la semana, la prohibición del llenado de piscinas y el fin del uso de agua potable para el lavado de edificios.

Eso perjudicará a algunos propietarios de viviendas y negocios, pero David Gurrola, un paisajista en East Palo Alto, cree que podría ayudar a su empresa. Algunos clientes comenzarían a sacar césped para reemplazarlo con cactus, suculentas, corteza y grava, y agregar sistemas de riego por goteo de alta eficiencia, sostiene. “Eso es lo que hicieron durante la última sequía”, dijo el propietario de E&D Landscaping, refiriéndose a los años secos entre 2012 y 2016. “No hay razón para renunciar a tener un patio o jardín”.

Si bien el sur de California hasta ahora ha evitado las restricciones de emergencia por sequía, el condado de Santa Clara, que incluye a San José, la tercera ciudad más grande del estado, está en dificultades, y el resto del Área de la Bahía no se queda atrás.

El Monitor de Sequía de EE.UU informó el jueves que cuatro de los seis condados del Área de la Bahía de San Francisco habían pasado a una sequía “excepcional”, la categoría más grave, que refleja la probable pérdida generalizada de cultivos y pasturas, así como el potencial de emergencias hídricas.

Los condados de San Mateo y Santa Clara permanecen en sequía “extrema”.

Las condiciones secas son el resultado de dos años de escasas precipitaciones y temperaturas anormalmente altas en toda la región, incluso en la región vinícola y el condado de Marín, que declaró una emergencia por sequía en mayo. Si bien East Bay y San Francisco administran reservorios en la Sierra alta que pueden ayudarlos a pasar el verano, no podrán contar con esos suministros si los próximos inviernos son igualmente secos.

Los expertos en el tema señalan que el Área de la Bahía tiene experiencia con escasez de agua, lo cual la ayudará a adaptarse a su desafío actual.

“La sequía no es inusual”, destacó Ellen Hanak, vicepresidenta y directora del centro de políticas de agua del Public Policy Institute of California. “Los distritos de agua saben cómo prepararse”.

Jonas Minton, asesor principal de políticas de agua de la Liga de Planificación y Conservación, coincidió y señaló que solo dos de los seis condados impusieron restricciones.

Sin embargo, tanto Hanak como Minton resaltaron que los administradores del tema enfrentan los cambios que dejaron al estado con más precipitaciones en forma de lluvia en lugar de nieve. Además, el aumento de las temperaturas está evaporando gran parte de las nevadas y escorrentías restantes, dejando menos agua para los embalses abajo.

“California se ha basado en un sistema de almacenamiento de agua que está desapareciendo rápidamente”, precisó Hanak. “El deshielo”.

A diferencia del sur de California, el Área de la Bahía no tiene una agencia de agua dominante que distribuya suministros en varios condados. En Santa Clara, el distrito de agua del valle sirve a 15 ciudades y alrededor de dos millones de residentes, y depende de una “sólida cartera de agua” de embalses, suministros subterráneos, contratos con proyectos de agua estatales y federales, indicó Minton, ex subdirector del Departamento de Recursos hídricos.

Sin embargo, desde el año pasado, el distrito perdió una gran parte de esa cartera.

En febrero de 2020, la Comisión Federal de Regulación de Energía ordenó una modernización sísmica inmediata de la presa, que fue construida sobre arena y grava en 1950, haciéndola vulnerable a grandes temblores. Si la presa colapsara en un terremoto, los científicos creen que las inundaciones podrían destruir partes de la ciudad de Morgan Hill e incluso San José con la corriente.

Eso obligó al distrito a drenar su embalse más grande -que cuando está lleno contiene un poco más de 91.000 acres-pies de agua- y emprender un programa de reconstrucción que probablemente demore al menos hasta 2034 en terminar, señaló Estremera.

Stevens Creek Reservoir in Cupertino, Calif.
Una vista aérea muestra el embalse Stevens Creek afectado por la sequía, al 18% de su capacidad, en Cupertino, California, el 20 de mayo.
(Josh Edelson / Associated Press)

Algunas de las otras cuencas de agua del distrito también son bajas, incluido el embalse de Stevens Creek, que había caído al 18% de su capacidad en mayo pasado.

Para aumentar el dolor ese mes, el gobierno federal anunció que estaba reduciendo a la mitad las asignaciones de agua urbana del Proyecto del Valle Central. Aproximadamente una cuarta parte del suministro del Distrito de Agua del Valle de Santa Clara proviene del proyecto federal de agua, que se alimenta principalmente de la escorrentía de la capa de nieve de la Sierra. Hasta el 1º de abril, esa capa de nieve estaba al 59% de lo normal.

Según Estremera, el distrito está invirtiendo fuertemente en el reciclaje y la conservación del agua, así como en la planificación de nuevos reservorios, como el potencial Pacheco, valuado en $2.500 millones, que albergaría 140.000 acres-pies de agua, superando en la mitad el volumen del reservorio Anderson. Mientras que el alcalde de San José, Sam Liccardo, anunció su oposición al embalse, diciendo que era demasiado caro, Estremera destacó que la región necesita de todas las opciones. “No se puede crear más agua”, dijo. “Necesitamos conservar, preservar y reciclar”.

Las lecciones aprendidas de la sequía de 2012-2016 también deberían ayudar a la región a superar la emergencia actual, añadió Adrián Covent, vicepresidente de políticas públicas del Bay Area Council, un grupo industrial regional. “En ese momento, las empresas comenzaron a hacer cosas como cambiar el césped por plantas resistentes a la sequía y mejorar la eficiencia del agua”, señaló, y llamó al Área de la Bahía “la región más eficiente en el uso de agua en California”.

La mayor preocupación de su grupo es el condado de Marín, el único otro del Área de la Bahía que impone restricciones en el tema. A diferencia de otros condados, Marín depende en un 75% de los suministros de las cuencas hidrográficas locales, que no se han reabastecido adecuadamente en más de dos años, y el 25% de la Agencia de Agua del Condado de Sonoma, que fue declarada en emergencia por sequía por el gobernador Gavin Newsom en abril.

“La falta de suministros resistentes a la sequía podría causar una moratoria sobre nuevas conexiones y construcción de viviendas”, afirmó, y señaló la escasez de viviendas en el Área de la Bahía y la necesidad de hogares nuevos y asequibles.

Los planificadores e ingenieros hídricos estatales deberán diseñar y construir nueva infraestructura para adaptarse al cambio climático, mientras también se preparan para lo impredecible, dijo Hanak. Los incendios forestales, consideró, pueden causar estragos en los sistemas de agua, reduciendo la calidad del agua en los embalses superficiales, destruyendo la infraestructura y contaminando los suministros de agua potable. Eso es especialmente cierto en el Área de la Bahía, con su compleja red de agencias de agua. “California es un estado de extremos”, destacó Hanak. “Nunca lograremos que estos problemas desaparezcan. Lo que tenemos que hacer es encontrar estrategias de resiliencia y darnos cuenta de que no hay una que funcione bien para todos los casos”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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