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La escasez de personal, el agotamiento y las vacaciones familiares mitigan las grandes esperanzas en la escuela de verano

A masked teacher leads children in a stretching exercise in a classroom.
Nelli Tergrigoryan dirige un ejercicio de estiramiento en la Escuela Primaria Washington, en Pasadena, como parte de un programa de verano.
(Christina House / Los Angeles Times)
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El mensaje de los altos mandos a las escuelas, incluido el gobernador Gavin Newsom y el secretario de Educación, Miguel Cardona, fue claro. Los programas de verano en 2021 deben ser sólidos. Tienen que llegar a tantos estudiantes como sea posible y sobre todo deben ser divertidos.

Con el próposito de que todo eso suceda, los distritos escolares de California recibieron un total de $4.6 mil millones del estado, a principios de marzo, para encarar las brechas de aprendizaje ampliadas por la pandemia así como para preparar a los estudiantes mental y emocionalmente para su regreso a los campus en el otoño.

Pero a pesar del aumento de recursos que ha permitido que la gran mayoría de los distritos escolares de California abran este verano, el tamaño y el alcance de muchos programas se han visto limitados por la escasez de docentes así como de personal, la incapacidad de los distritos para impulsar los cursos lo suficientemente rápido y los deseos de las familias de un descanso en medio de las actuales preocupaciones de seguridad.

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Y varios de los distritos más grandes de la región, incluido el Distrito Unificado de Los Ángeles, han tenido menos apoyo del esperado, incluso con recursos sin precedentes.

“Muchos distritos no habían hecho esto antes y estaban realmente intentando descubrir cómo gastar el dinero, dónde contratar al personal”, señaló Jennifer Peck, presidenta de Partnership for Children and Youth, una organización con sede en Oakland que aboga por programas de aprendizaje extendido para estudiantes de comunidades desatendidas.

Debido a la escasez de recursos en el pasado, la escuela pública de verano se ha ofrecido durante mucho tiempo principalmente como instrucción especializada para estudiantes con discapacidades, recuperación de créditos para alumnos de preparatoria y compensación de matemáticas, así como artes del lenguaje. Relativamente pocos distritos escolares de California tenían la capacidad o el dinero para ofrecer oportunidades de desarrollo académico gratuitas como recreación al aire libre, artes visuales, escénicas y clases de segundo idioma.

Pero este año, el 73% de los distritos escolares de California planearon brindar cursos de enriquecimiento académico a principios de junio, según muestran los datos estatales. Los funcionarios de la entidad alentaron a las escuelas a asociarse con organizaciones comunitarias para brindar opciones divertidas y benéficas académicamente.

Este año, el Distrito Unificado de Los Ángeles y el Distrito Unificado de San Diego, los dos sistemas escolares más grandes del estado, abrieron programas de verano en persona para todos los estudiantes.

Para el 8 de julio en Los Ángeles, alrededor de 100.000 estudiantes, aproximadamente el 22% de la población estudiantil de 465.000, estaban inscritos en un programa de verano, según el distrito. El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles se asoció con organizaciones comunitarias para ofrecer una variedad diversa de cursos de enriquecimiento para estudiantes K-12: deportes, nutrición, estudio de idiomas, dibujos animados, animación y coreografía de baile, entre otros.

A pesar de los esfuerzos del distrito para atraer a más alumnos con estas oportunidades, el número de inscripciones fue similar al de 2020, cuando todas las clases de verano eran en línea. Este verano, el 41% de los asistentes estaban en línea.

Alison Yoshimoto-Towery, directora académica del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, indicó que las familias están aprovechando la posibilidad de viajar por primera vez. “El hecho de que tantas familias sigan eligiendo la opción en línea dice algo”, comentó. “No sé si es por seguridad o por conveniencia”.

Yoshimoto-Towery señaló que antes de la pandemia, la matrícula de verano de K-8 era “extremadamente pequeña”, por lo que el aumento de la participación para esos grados, así como los recursos que lo permitieron, son una bendición.

El presupuesto de la escuela de verano, asignado a través del proyecto de ley SB 86 de la asamblea estatal, se puede usar hasta el 30 de septiembre de 2024 para apoyo educativo durante el próximo año escolar y el siguiente verano. Si el dinero no se gasta en ese momento, la entidad cobrará el resto a los distritos. El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles recibió $401 millones del total de $4.6 mil millones entregados a los distritos de California.

El Distrito Unificado de San Diego vio cómo sus inscripciones se multiplicaron por cinco entre 2019 y 2021. El distrito generalmente atiende a 5.000 de sus 98.000 estudiantes a través de programas de verano, que en el pasado se componían de recuperación de créditos para alumnos de preparatoria y como un “año escolar extendido” para estudiantes con necesidades especiales. Este año, 23.000 alumnos se inscribieron en las ofertas ampliadas del distrito para estudiantes K-12, explicó el portavoz del distrito, Andrew Sharp.

“Es un cambio radical para nosotros”, señaló Sharp. “[La financiación estatal] nos dio la oportunidad de crear programas que siempre hemos querido”. San Diego ofrece posibilidades de desarrollo a través de uniones con organizaciones comunitarias, incluido el Zoológico de San Diego, La Jolla Playhouse, Girl Scouts e YMCA, que organiza un campamento de surf.

El Distrito Escolar Unificado de Long Beach casi duplicó sus inscripciones habituales en la escuela de verano entre 2019 y 2021. Sin embargo, el distrito no llegó a ofrecer su programa de Apoyos, Enriquecimiento y Aprendizaje Acelerado a todos los estudiantes de K-8 debido a desafíos en la cantidad de personal. Se dio prioridad a los alumnos con las mayores necesidades y otras familias podían inscribir a sus hijos si lo solicitaban.

“Anunciamos la escuela de verano como una forma de facilitar la entrada de los estudiantes al otoño y utilizamos una gran variedad de cursos de enriquecimiento y horarios extendidos como incentivos”, comentó Christopher Lund, superintendente asistente del distrito de escuelas K-8.

Los recursos estatales permitieron que algunos distritos más pequeños ofrecieran programas de verano por primera vez en años.

El Distrito Escolar de Hawthorne, que atiende principalmente a estudiantes K-8 con la excepción de una escuela preparatoria autónoma, dejó de albergar las clases de verano en 2016 debido a la escasa asistencia y los recursos limitados. Este año, 530 de los 8.000 estudiantes de Hawthorne, 89% de los cuales recibieron almuerzo gratis o reducido a partir del año escolar 2019-2020, están inscritos, con 15 en lista de espera, indicó el director de proyectos especiales del distrito, Michael Collins. El distrito solo podía ofrecer planes de estudio para alumnos con grandes necesidades debido a la escasez de personal.

Muchos distritos lucharon para reclutar docentes que trabajaran este verano después de un año agotador. El Distrito Escolar de Palmdale, por ejemplo, tiene una lista de espera de 400 estudiantes porque no se tienen suficientes maestros. Los programas del distrito tenían un tope de 805 en total.

Candace Craven, coordinadora de aprendizaje extendido de Palmdale, señaló que “se sentía terrible” tener que rechazar a los niños. “Pero diré que los docentes que querían hacerlo estaban muy emocionados de volver a estar frente a sus alumnos”, agregó.

Algunos distritos incentivaron la participación de los maestros con aumentos salariales, incrementos que fueron posibles gracias a la afluencia de fondos estatales. Otros ofrecieron flexibilidad al personal de verano. El Distrito Escolar Primario de Lawndale y el Distrito Escolar Unificado de Redondo alentaron a los docentes a desarrollar planes de estudio que más les agradara enseñar, mientras que el Distrito Escolar Hawthorne permitió que los maestros optaran por turnos de dos y tres semanas en lugar de los cinco completos.

Las medidas de seguridad de COVID-19 también inhibieron la capacidad del aula. Las clases se limitaron de 10 a 15 estudiantes en muchos distritos, como se describe en los acuerdos de los sindicatos de docentes.

Las ofertas de algunos distritos se vieron obstaculizadas aún más por la escasez de tiempo. “Cuando se asignaron los fondos estatales en marzo, tuvimos que redactar un plan y hacer que la junta lo aprobara para junio”, señaló Nadia Hillman, superintendente asistente de servicios educativos del Distrito Escolar Unificado de Duarte. “Hay una gran cantidad de cosas que podemos y queremos hacer, pero a finales de año teníamos mucha gente cansada”.

La asistencia también se vio frenada por el agotamiento académico. Muchas familias solo necesitaban un descanso, explicaron los administradores del distrito.

Este fue el caso de Duarte, una comunidad mayoritariamente latina golpeada por la pandemia. La matrícula de la escuela de verano en la zona suele rondar los 1.000. Este año, se inscribieron 850, en parte debido a la escasez de personal, pero también porque muchos padres optaron por mantener a sus hijos en casa. “Por fin pudieron salir y tomarse unas vacaciones”, señaló Hillman. “Y algunas de nuestras familias aún no están listas para enviar a los estudiantes a la escuela presencial”.

Muchos padres optaron por la escuela de verano con la esperanza de poner al día a sus hijos.

La hija de Renee Bailey, Cali, ingresará al primer grado en Westwood Charter Elementary sin saber leer. El aprendizaje en línea no tuvo eco en Cali; no podía concentrarse y retenía poca información. La madre de Baldwin Hills vio algo prometedor en los programas de verano del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, aunque sus expectativas no eran altas, dado lo atrasada que estaba su hija.

“Sentí que era muy importante para Cali aprender los comportamientos en el salón de clases, conocer amigos y tratar de educarla lo más que podamos académicamente”, expuso Bailey.

Después de cuatro semanas, Cali no había mejorado mucho en su lectura, admitió Bailey. Pero cada mañana está emocionada de ir a la escuela y ver a sus nuevos amigos, una victoria en sí misma.

Preparar a los niños para su regreso al aula, a través de actividades de bajo estrés con compañeros de clase y ejercicios de aprendizaje socioemocional, es el núcleo de muchos programas.

En el Distrito Escolar Unificado de Pasadena, los estudiantes K-8 se sumergieron diariamente en actividades diseñadas para impulsar la educación emocional, la confianza y las habilidades de comunicación. Los alumnos crearon “folletos de sentimientos” para explorar cómo las emociones difíciles se manifiestan en sus cuerpos y comportamientos, así como qué pueden hacer para sobrellevarlas, junto con “almohadas de preocupación” para apretar cuando están abrumados.

“Muchos de los alumnos que han venido tenían una gran inquietud por estar con otras personas después de haber estado aislados durante tanto tiempo”, señaló la directora del programa, María Toliver. “Estas actividades trajeron un poco de calma, algo de suavidad a la atmósfera y los reunieron en grupos, por lo que no será tan traumático una vez que comiencen las clases”.

El Distrito Escolar Unificado de Redondo Beach ofreció “institutos puente de verano” de dos semanas que permitieron a los estudiantes y docentes angustiados concentrarse en una sola materia o actividad durante un corto período de tiempo. Las clases incluyeron lectura en español, un curso de periodismo para alumnos de primer grado, deportes intramuros y teatro.

El distrito basó el programa en una investigación que muestra que la participación de los alumnos es impulsada por la elección así como en el entendimiento de que los docentes y los estudiantes estaban agotados.

Los institutos han sido populares. “Tuvimos maestros que salieron de lugares inesperados para liderar estos proyectos apasionantes”, señaló Susan Wildes, superintendente asistente de servicios educativos del distrito. Más de 1.600 alumnos se inscribieron en al menos una clase y muchos otros optaron por tomar varios cursos. El distrito generalmente inscribe a unos 300 estudiantes K-8 en la escuela de verano.

“Realmente queríamos enfocarnos en hacer que los niños se entusiasmaran con el reinicio de la escuela”, señaló Wildes, “en lugar de llenar los vacíos de lo que se perdieron”.

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