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En California, los incendios llegan cada vez más alto y crean nuevos peligros

The setting sun is obscured by burned trees
El sol poniente, oscurecido por árboles quemados y una nube de humo del siniestro de Dixie, cerca de Janesville. Se trata del primer incendio forestal en la historia de California que arde de ambos lados de la Sierra.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

El calentamiento del clima ha expuesto al fuego otros 31.400 kilómetros cuadrados de bosques en las zonas más altas, donde las llamas están abrasando terrenos que antes eran demasiado húmedos para arder.

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Apenas unas horas antes de que el incendio de Caldor amenazara con arrasar la ciudad turística de South Lake Tahoe, el enorme fuego realizó una hazaña asombrosa: arder de un lado a otro de la Sierra. En su extensión quemó crestas y valles, laderas y también elevaciones de 8.000 pies o más.

La ceniza y el humo llovieron sobre la cuenca de Tahoe y obligaron a miles de personas a huir de sus costas, oscurecidas por el hollín, mientras el fuego bordeaba una enorme cresta de granito que muchos creían que aplacaría las llamas. Pero el fuego siguió subiendo más, saltando de árbol en árbol y arrojando brasas azotadas por el viento que aterrizaron, en algunos casos, a más de una milla de distancia.

Según los expertos, el comportamiento extremo del incendio es parte de una tendencia preocupante impulsada por el clima cálido del estado, en el que el rápido deshielo y la sequedad crítica están impulsando los incendios forestales a elevaciones cada vez más altas, abrasando el terreno que anteriormente estaba demasiado húmedo para quemarse y amenazando a innumerables residentes.

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“Lo que estamos viendo es que estos combustibles a grandes alturas que normalmente no podían transportar fuego, ahora sí pueden hacerlo”, comentó John Abatzoglou, profesor asociado de climatología en UC Merced y coautor de un estudio reciente sobre incendios forestales en elevaciones más altas. “Eso está permitiendo que estos siniestros alcancen efectivamente nuevas alturas”.

El estudio, publicado en junio en Proceedings of the National Academy of Sciences, encontró que el calentamiento climático durante las últimas décadas ha expuesto 31.400 millas cuadradas adicionales de bosques de EE.UU a incendios en terrenos más altos.

También detectó que entre 1984 y 2017, los incendios en Sierra Nevada avanzaron en elevaciones de más de 1.400 pies, superando algunas barreras de humedad previamente confiables.

De las 15 regiones ecológicas que estudiaron los investigadores, Sierra Nevada fue una de las tres que padecieron mayores avances en pendientes ascendentes, junto con las Montañas Rocosas en las zonas sur y media. “En Sierra Nevada, los incendios aumentaron en términos de su área quemada durante los últimos 40 años”, expuso Abatzoglou. “Lo que es novedoso es que estamos documentando un cambio adicional en las bandas de elevación donde ocurren los siniestros”.

Antes del año 2000, era raro que un bosque en Sierra Nevada ardiera por encima de los 8.200 pies, señaló Abatzoglou. En los años posteriores, hubo un aumento de ocho veces en las áreas boscosas quemadas en esa elevación. Tanto el fuego de Caldor como el de Dixie, el segundo incendio forestal más grande registrado en el estado, pasaron ese umbral de elevación.

Uno de los ejemplos más extremos, el siniestro de Cameron Peak de 2020 en Colorado, ardió a más de 12.000 pies de altura y saltó la divisoria continental.

On average, fires have spread 826 feet higher into the mountains in recent decades.
En promedio, los incendios se extendieron 826 pies más alto en las montañas en las últimas décadas, exponiendo 31.400 millas cuadradas adicionales de bosques al fuego.
(M.R. Alizadeh)

Ese comportamiento extremo puede explicar parcialmente por qué el incendio de Caldor pudo saltar la cresta de granito que domina la cuenca de Tahoe, comentó Abatzoglou, y señaló que los combustibles secos y las condiciones cálidas están proporcionando más “espacio” para que el fuego progrese hacia elevaciones más altas y reduzca las barreras físicas, como bosques más húmedos que resistirían la quema.

También ayuda a explicar cómo los incendios de Caldor y Dixie se convirtieron en los dos primeros que ardieron claramente en la Sierra.

“Dos veces en nuestra historia, y ambas en este mes”, remarcó el jefe del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California, Thom Porter. “Necesitamos ser muy conscientes de que hay una actividad de incendios en California que nunca antes habíamos visto”.

Mark Schwartz, profesor emérito de UC Davis, señaló que el incendio de Dixie se expandió rápidamente a medida que alcanzaba su cresta y descendía por el lado este de la Sierra. También ardió en el Parque Nacional Volcánico Lassen, donde escaló algunas elevaciones de 8.500 pies o más.

“A medida que el fuego se expande a elevaciones más altas, corremos un mayor riesgo de que los incendios suban y sobrepasen la cresta de las cadenas montañosas, y luego vuelvan a descender por el otro lado”, expuso Schwartz, quien coescribió un estudio de 2015 sobre la creciente elevación de los incendios forestales en la Sierra Nevada.

Algunos de los picos y crestas cerca de South Lake Tahoe tienen más de 8.000 pies y están escasamente poblados de abetos. Pero la vegetación seca está preparada para la ignición, lo cual permite que ciertos incendios se eleven más y envíen mayor cantidad de brasas a lo alto. “Esto es peligroso”, enfatizó Schwartz, “porque el control de los incendios forestales a menudo se basa en la contención en las elevaciones más bajas, dejando que los siniestros se queden sin combustibles en las elevaciones más altas”.

Hay varios factores que podrían estar contribuyendo a este cambio, pero los investigadores señalaron que la causa principal es la tendencia al calentamiento que está exacerbando la sequía y secando la vegetación en todo el estado. La gran mayoría de los siniestros a gran altura en California son provocados por rayos, que son más propensos a iniciar un fuego cuando caen sobre vegetación árida. “Existe una buena relación entre cuán cálida y seca es la vegetación en toda la Sierra y cuán alto pueden llegar esos incendios a los sistemas montañosos”, comentó Abatzoglou.

Las elevaciones más altas generalmente tienen acumulaciones de nieve que duran hasta junio. Cuando se derriten, brindan una capa adicional de agua que mantiene la vegetación húmeda. Pero con temperaturas más cálidas y una sequía en curso, gran parte de esa humedad ha desaparecido.

El 1º de abril, la fecha en la que la capa de nieve de California está típicamente en su máximo, el Departamento de Recursos Hídricos de California registró solo el 59% de su profundidad promedio. La lluvia en la Sierra Norte y Central fue aún más baja, con un 50% del promedio, lo cual empató 2021 como el tercer año más seco registrado.

Según Mojtaba Sadegh, profesor asistente de ingeniería civil en la Universidad Estatal de Boise y otro de los autores del estudio de incendios, la capa de nieve de la región está entrando en un ciclo peligroso con incendios a mayor altura. “Estas montañas de gran elevación son torres de agua para nosotros”, señaló Sadegh. “La mayor parte de nuestra agua en Occidente proviene de esa capa de nieve”.

Cuando un incendio quema árboles de gran elevación, elimina parte del dosel que da sombra a la capa de nieve y la abre a más luz solar, que la derrite, explicó. Ese mismo proceso también cambia la reflectividad de la superficie, exponiendo más suelo oscuro y evaporando mayor cantidad de agua.

Es un ciclo que puede cambiar tanto la cantidad como la calidad del agua entregada a los embalses del estado, destacó.

Y aunque el calentamiento es el principal impulsor del cambio, los estudios de 2015 y 2021 señalaron que un siglo de extinción de incendios en California ha permitido que se acumule vegetación en los bosques, particularmente en elevaciones bajas y medias. Cuando llega el fuego, tiene más combustible para llevar las llamas hacia arriba y potencialmente sobre las cimas de las crestas y montañas.

Es algo que los bomberos han observado mientras luchan contra los incendios cada vez más impredecibles del estado, comentó Robert Foxworthy, portavoz de Cal Fire, quien agregó que ha habido un “gran déficit” en la capa de nieve este año, junto con una vegetación masivamente desecada.

Las condiciones de vegetación seca -y combustible- “están provocando estos incendios de mayor duración, que arden en las elevaciones más altas; algo que no habíamos visto en años”, expuso.

Y aunque no todos los incendios se elevarán a tales altitudes, los incendios excesivamente altos a menudo son difíciles de combatir. Muchos fuegos a gran altura se producen en áreas remotas, y algunas de las pequeñas ciudades en esas áreas ofrecen poca infraestructura y escasas carreteras para el acceso o la evacuación. Los bomberos tienen que caminar más lejos y más alto, en ocasiones solo con los suministros que pueden cargar. “Muy rara vez tenemos [8.000] o 9.000 pies de elevación y un terreno tranquilo y plano”, dijo Foxworthy. “Por lo general, son zonas bastante accidentadas y empinadas, por lo cual, obviamente, será causa de algunos desafíos porque es más difícil trabajar allí”.

Y no solo los bomberos se ven afectados por el cambio hacia incendios más elevados. Las llamas también son peligrosas para quienes viven debajo de esas zonas; los incendios pueden eliminar los árboles que ayudan como anclaje contra avalanchas, afirmaron los investigadores.

Los expertos están cada vez más preocupados por las implicaciones de estos avances de elevación, particularmente cuando los funcionarios advierten que la temporada de incendios de este año, y las que vendrán, podrían traer un comportamiento aún más extremo.

Schwartz, de UC Davis, remarcó que dejar que los incendios fluyan cuesta arriba ha sido un enfoque sensato en el pasado y ha ayudado a proteger a las personas y las casas en las elevaciones más bajas. Pero se está convirtiendo en un método menos seguro a medida que el estado se vuelve más cálido y seco, lo cual aumenta el riesgo de que los incendios “cubran” las montañas.

“Es posible que suceda con mayor frecuencia este tipo de comportamiento del fuego en el futuro”, destacó Schwartz, “y amplía drásticamente la carga de trabajo de contener un incendio forestal remoto, que en este momento ya es bastante difícil”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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