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El aumento de temperatura y diversos factores podrían afectar al Valle de San Joaquín en tres décadas

Farmworkers weed a tomato field in French Camp, Calif. in 2020.
Trabajadores agrícolas desbrozan un campo de tomates en French Camp, California, en 2020.
(Max Whittaker / Para El Times)

En el peor escenario de emisiones, la mitad de los ocho condados del valle tendrán temperaturas máximas medias anuales superiores a los 80 grados en 2100.

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Dentro de tres décadas, la temperatura media anual del Valle de San Joaquín podría aumentar en 4 grados, empeorando la calidad del agua y provocando riesgos para la salud en las comunidades empobrecidas del centro agrícola de California, según un nuevo informe regional sobre el cambio climático.

Los más afectados por el aumento del calor serán las comunidades agrícolas pobres que carecen de los recursos necesarios para adaptarse, según el informe de la UC Merced. Esta conclusión se basa en docenas de estudios científicos recientes sobre diversas cuestiones relacionadas con el cambio climático, y asume el peor escenario posible para las emisiones globales de carbono.

“Muchas familias del Valle de San Joaquín dependen de la agricultura como principal fuente de ingresos”, afirmó José Pablo Ortiz-Partida, científico especializado en clima y agua de la Union of Concerned Scientists y coautor del informe. “El cambio climático se ensañara con ellos. Necesitan toda la ayuda posible”.

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El informe, que forma parte de la Cuarta Evaluación del Cambio Climático de California, dibuja un retrato funesto para la vida en el sur del Valle Central a medida que la creciente escasez de agua, la pobreza, la baja calidad del aire y el aumento de las temperaturas se unirán como factores que van a erosionar la salud, las oportunidades económicas y los recursos medioambientales de los más desfavorecidos de la región.

“No todas las comunidades del Valle de San Joaquín cuentan con los recursos necesarios para ser resistentes al cambio climático, y eso me rompe el corazón”, dijo Ortiz-Partida, que colaboró en el informe de 99 páginas con investigadores de UC Merced y Cal State Fresno. “Los cambios climáticos están llegando demasiado rápido. Los pozos ya se están secando, y cada vez hay más personas que luchan por lo básico, como la comida y el agua potable, en una región de 4.3 millones de habitantes, de los cuales el 55% vive en la pobreza”.

Un estudio del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) revela que un terremoto de gran magnitud en California puede dejar fuera de servicio muchos servicios de comunicación, incluidos los teléfonos móviles, durante días o semanas.

Según el informe, la temperatura máxima media anual del valle ha aumentado un grado entre 1950 y 2020, y se prevé que aumente hasta 4 o 5 grados a mediados de siglo.

Si los gases de efecto invernadero que atrapan el calor siguen aumentando a un ritmo elevado, el informe sugiere que la mitad de los ocho condados del Valle tendrán temperaturas máximas anuales promedio de más de 80 grados a finales de siglo, lo que supone un incremento de más de 8 grados en comparación con los registros históricos.

Según el informe, las enfermedades crónicas y los golpes de calor aumentarán con el cambio climático, junto con el “deterioro de la propiedad privada, los canales, las presas, las carreteras y los ferrocarriles. Los diques que protegen las llanuras aluviales, las ciudades y las tierras de cultivo serán más inestables debido a que incrementará el hundimiento del terreno, las sequías y el exceso de bombeo asociado, los incendios forestales y las inundaciones”.

Estos cambios ya están en marcha en el principal centro agrícola del país, famoso por su abundancia de cultivos, lecherías, uvas, almendras y pistachos. Los cambios se deben a una convergencia de fuerzas: sequías y olas de calor cada vez más frecuentes alimentadas por el cambio climático; nuevas protecciones medioambientales y normativas estatales sobre aguas subterráneas; y recortes en las asignaciones de agua, dicen los autores.

Como los agricultores del Valle han seguido perforando más pozos y con mayor profundidad, los niveles de agua subterránea se han reducido sustancialmente. Al mismo tiempo, los pesticidas y los nitratos procedentes de los fertilizantes y los desechos animales se han filtrado a las aguas subterráneas de pequeñas comunidades agrícolas como Tooleville, East Orosi y East Porterville en el condado de Tulare y Tombstone Territory en el condado de Fresno.

Algunas comunidades rurales de zonas no incorporadas han atraído la atención internacional después de que pozos, que les habían servido durante más de medio siglo, se secaran o se contaminaran.

El viernes, algunos grupos sin ánimo de lucro dedicados a mejorar la calidad de vida de las comunidades agrícolas del Valle se abstuvieron de hacer comentarios sobre el informe a la espera de tener más tiempo para estudiar sus sombrías previsiones.

L.A. bombea sus aguas subterráneas locales, pero otras fuentes de agua son importantes para reponer el suministro.

“Este informe es increíblemente deprimente”, dijo Riddhi Patel, portavoz del Center on Race, Poverty & the Environment.

Sin embargo, no todo son malas noticias. Recomienda una serie de propuestas que podrían “aportar justicia medioambiental y oportunidades económicas al Valle de San Joaquín mientras nos enfrentamos a impactos climáticos cada vez más graves”.

Por ejemplo, sugiere “reutilizar los terrenos que rodean a las comunidades rurales desfavorecidas para convertirlos en zonas verdes, proyectos de recarga de acuíferos y corredores de vida silvestre, industria más limpia, paneles solares y otras oportunidades socioeconómicas limpias”.

“Promover fuentes de energía más limpias para la calefacción y la refrigeración, incluyendo la industria, las instituciones y los hogares, lo cual reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorará la calidad del aire en el Valle de San Joaquín”, dice el estudio.

“Estas recomendaciones podrían convertirse en posibles generadores de dinero”, señaló Ortiz-Partida, “y devolver la vida al Valle con más granjas familiares”.

El informe, que fue elaborado a lo largo de cuatro años, fue solicitado por la Agencia de Recursos Naturales de California, la Comisión de Energía de California y el Departamento de Recursos Hídricos de California. La financiación provino de un grupo de instituciones lideradas por la UC Merced.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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