La segregación económica en las escuelas es peor, y se amplía la brecha de rendimiento, según un nuevo estudio
Un estudiante latino en L.A. Unified está más aislado a lo largo de líneas raciales y económicas que en cualquier otro sistema escolar grande de California, según un estudio de 15 años.
La segregación de jóvenes alumnos de familias de bajos ingresos, provocada por el aumento de las inscripciones latinas y la partida de clanes blancos y de clase media, empeoró en todo el país en los últimos 15 años, una tendencia que contribuye a ampliar las brechas de rendimiento escolar en términos económicos y raciales, concluye un nuevo estudio.
En el año 2000, el niño típico de una familia que vivía por debajo del umbral de la pobreza asistía a una primaria donde el 45% de los matriculados eran menores provenientes de la clase media. Para 2015, esa cifra cayó al 36 % en todo el país, según un estudio de UC Berkeley y la Universidad de Maryland. Los investigadores compararon datos de alumnos de primaria en más de 14.000 distritos escolares en todo EE.UU durante un período de 15 años, que finalizó en 2015.
“En las últimas décadas, la creciente segregación de quienes tienen y quienes no es particularmente preocupante” a la luz de otras investigaciones que indican que los estudiantes de familias de bajos ingresos progresan menos académicamente, a medida que “dominan las inscripciones del distrito”, señaló el director del estudio, Bruce Fuller, profesor de educación y políticas públicas en UC Berkeley.
Otra investigación mostró evidencia de que las desigualdades de aprendizaje entre los alumnos se han ampliado aún más durante la pandemia del COVID-19, que golpeó con más fuerza a las comunidades de bajos ingresos, predominantemente latinas y negras, donde las familias tienen menos recursos para responder y recuperarse.
En Los Ángeles, el éxodo de personas blancas no fue un factor significativo durante el período del estudio; ya había ocurrido décadas antes en el segundo sistema escolar más grande del país, que tiene 450.000 estudiantes. En el 2000, el año base del análisis, era probable que un niño latino en el Distrito Unificado de Los Ángeles (LAUSD) asistiera a la escuela con aproximadamente cinco estudiantes blancos por cada 100. Ese número no cambió en el 2015, el último año de la investigación.
De manera similar, en el año 2000, era probable que un estudiante de Los Ángeles de una familia de bajos ingresos asistiera a la escuela con 13 estudiantes de clase media por cada 100. Para el 2015, el número era de 14 estudiantes de clase media por cada 100.
Entre los sistemas escolares más grandes del estado, Los Ángeles fue el más aislado, remarcó Fuller. En el estudio, el aislamiento se refiere a la falta de diversidad en una escuela, en términos de raza, etnia o ingreso familiar.
En el LAUSD, tres de cada cuatro estudiantes son latinos y cuatro de cada cinco pertenecen a familias de bajos ingresos. Entre los sistemas escolares más grandes del estado, L.A. tenía la menor diversidad económica.
El estudio encontró patrones de creciente segregación 68 años después de que la Corte Suprema de EE.UU, en el fallo de Brown vs. La Junta de Educación, prohibiera por unanimidad las escuelas separadas.
Los sistemas escolares que avanzan en la dirección de la falta de diversidad racial o económica durante el período del estudio incluyen los de Des Moines; el condado de Montgomery, Maryland; Charlotte-Mecklenburg, Carolina del Norte; y Akron, Ohio.
En Akron, durante el año 2000, era probable que un educando de una familia de bajos ingresos estuviera en una escuela donde el 26% de los estudiantes pertenecían a la clase media. Para 2015, el número se había reducido al 10%.
En todo el país, la integración forzada se ha desvanecido en los fallos judiciales y en las legislaturas, al igual que los planes de integración voluntaria basados en la raza.
El LAUSD sigue funcionando bajo un plan de desegregación ordenado por un tribunal, que se remonta a las batallas judiciales en la década de 1960. Por décadas, la integración ha sido voluntaria, basada en atraer a los estudiantes más allá de las fronteras de los vecindarios, con ofertas de programas académicos especiales o “magnet”, y transporte gratuito.
Las historias de éxito incluyen a Los Angeles Center for Enriched Studies, o LACES, en Mid-City. La matrícula es un 33% latina, un 27% blanca y un 19% negra en un sistema escolar que es un 74% latino, un 10% blanco y un 8% negro. En LACES, el 53 % de los alumnos califican para un almuerzo gratis o de precio reducido debido a los bajos ingresos familiares, en comparación con el 80 % en todo el distrito.
Aunque tienen la intención en gran medida de aumentar la inscripción de blancos, las escuelas especializadas en el LAUSD atraen principalmente a jóvenes latinos y negros. En la prestigiosa King/Drew Magnet High School of Medicine and Science, en Willowbrook, el 1% de los estudiantes son blancos.
Fuller cree que la falta de diversidad racial y económica agregará una carga más a medida que las escuelas trabajan para ayudar a los estudiantes en medio de la pandemia. “Mientras que los educadores y los legisladores auxilien a las familias a recuperarse de la situación de salud, deben enfrentar el impacto de este cambio profundamente arraigado en la sociedad estadounidense: el aislamiento de los jóvenes que ya están muy atrasados”, señaló.
Al experto le preocupa que “más tutores y una escuela de verano única no reduzcan las crecientes brechas de rendimiento impulsadas por el empeoramiento de la segregación de los niños pobres. Estos son resultado de cambios más profundos en los patrones de vivienda, la inacción de los educadores y la continua huida de las familias más ricas”.
Sin embargo, los investigadores también encontraron datos esperanzadores. “Varias áreas metropolitanas, en contra de la tendencia nacional, albergan escuelas que integran cada vez más a niños con diferentes registros económicos, gracias a los cambios en los patrones de vivienda y los esfuerzos proactivos de los educadores locales”, señalaron. Además, alrededor de 800 distritos escolares en todo el país tienen matrículas latinas en aumento, con poca evidencia de éxodo blanco. También, a veces la transformación étnica trae familias latinas de clase media, conservando así una medida de diversidad económica.
A nivel local, Fuller citó a los distritos unificados de Burbank y Culver City como ejemplos de prácticas prometedoras. “Burbank se destacó como un lugar que está trabajando para expandir los programas de inmersión bilingüe, de arte y música, para atraer a una variedad de familias”, detalló. “Según los informes, Culver City trabaja para sostener y atraer más variedad, y muestra progreso en nuestros datos”.
Según el superintendente de Burbank, Matt Hill, los informes reflejan que “Burbank tiene escuelas geniales y excelentes servicios de la ciudad... No es de extrañar que la gente quiera vivir e ir a la escuela aquí”.
El superintendente entrante del LAUSD, Alberto Carvalho, que asumirá el cargo este mes, se comprometió a hacer que el distrito sea más atractivo para las familias, aunque éste ya ha adoptado programas como la inmersión bilingüe, mediante el cual los alumnos adquieren fluidez en más de un idioma desde una edad temprana.
Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.
Suscríbase al Kiosco Digital
Encuentre noticias sobre su comunidad, entretenimiento, eventos locales y todo lo que desea saber del mundo del deporte y de sus equipos preferidos.
Ocasionalmente, puede recibir contenido promocional del Los Angeles Times en Español.