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Este tratamiento puede proteger a las personas vulnerables del COVID, pero muchas lo desconocen

A medical assistant prepares a dose of AstraZeneca's Evusheld.
Un asistente médico prepara una dosis de Evusheld de AstraZeneca. Se supone que el medicamento brinda a los pacientes inmunocomprometidos, que no pueden fabricar sus propias defensas, una protección contra el COVID-19 durante seis meses.
(Ted S. Warren / Associated Press)
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Leanne Cook estaba triste pero no sorprendida cuando las pruebas confirmaron lo que ella y sus médicos esperaban: incluso después de tres dosis de vacuna, no tenía anticuerpos para protegerse contra el COVID-19.

Su sistema inmunológico había sido afectado por los medicamentos que toma para su condición, una rara enfermedad que afecta sus riñones. A medida que otras personas vacunadas comenzaron a bajar la guardia, el año pasado, Cook continuó minimizando los viajes fuera de su casa en Mission Viejo.

Luego, Cook se enteró de algo que podría conectar esos anticuerpos faltantes a su sistema: un par de inyecciones preventivas llamadas Evusheld. Pero los funcionarios de salud advirtieron que no había mucho para todos.

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Según Cook, un proveedor médico le dijo: “No recibimos nada de esto”, recordó. “Y yo dije: ‘No, no, ustedes tienen dosis, puedo verlo en este sitio web’”.

Finalmente se aseguró el tratamiento en enero, que le dio algunos anticuerpos para combatir el COVID-19 y la tranquilidad suficiente para arriesgarse a su primera visita a una peluquería desde que comenzó la pandemia. Pero necesitó una red de contactos, conocimientos de internet y una consulta costosa que terminó en una factura inesperada. “Sentí que estaba a su merced para obtener una dosis”, reconoció Cook.

Evusheld fue anunciada como una forma de proteger a las personas que siguen siendo muy vulnerables al COVID-19, incluso después de la vacunación. A medida que los funcionarios del gobierno aflojan los requisitos de uso de mascarillas, que han ayudado a proteger a las personas inmunocomprometidas, el tratamiento preventivo se ha vuelto aún más urgente para quienes no generan suficientes anticuerpos para protegerse de las vacunas contra el COVID-19.

El nuevo tratamiento puede “brindarles los anticuerpos que esencialmente necesitan para evitar ser admitidos en el hospital” por COVID-19, destacó el Dr. Krist Azizian, director de farmacia de Keck Medicine de la USC. “Esto realmente podría salvar vidas”.

Pero las personas inmunocomprometidas y sus defensores se quejan de que la poca conciencia y un proceso complicado para asignar el suministro limitado han obstaculizado el lanzamiento de Evusheld, que está lejos de ser un nombre familiar, incluso entre los inmunocomprometidos.

Muchas personas que lo necesitan “ni siquiera saben que existe”, remarcó Janet Handal, presidenta y cofundadora de Transplant Recipients and Immunocompromised Patient Advocacy Group.

Debido a que el tratamiento con anticuerpos se envió a un número limitado de proveedores médicos, los pacientes del grupo han monitoreado de cerca una base de datos federal que muestra adónde hay Evusheld. En Pasadena, Karol Franks vio que algunas dosis habían sido enviadas a hospitales cercanos y se acercó a los médicos para preguntarles si se las podían dar a su hija de 36 años. “Les dije: ‘Oye, veo que está Evusheld’. Respondieron: ‘¿Qué es Evusheld?’”, recordó Franks.

Un médico le dijo que el tratamiento todavía no estaba disponible. Otro, que su hija, una paciente trasplantada de riñón que no tenía anticuerpos a pesar de haber sido vacunada y con dosis de refuerzo, no estaba ni cerca del frente de la fila en su hospital. Franks persistió y su hija Jenna finalmente recibió las inyecciones de anticuerpos en otro lugar. “Si eres un paciente, realmente necesitas estar al tanto de todo”, comentó Jenna Franks. “No puedes esperar a que el médico te diga qué hacer”.

Hasta el momento, el gobierno federal acordó comprar 1,7 millones de ciclos del tratamiento de AstraZeneca. Hasta fines de febrero, había entregado casi 600.000 dosis de forma gratuita a los estados y territorios, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. Los defensores de los pacientes alertaron sobre ese número, señalando que se estima que al menos siete millones de adultos en Estados Unidos están inmunocomprometidos.

“Es una locura que haya una cantidad tan pequeña para tantas personas”, remarcó Michele Nadeem-Baker, quien tiene leucemia linfocítica crónica y es defensora de las personas con cáncer de la sangre. Ella comentó cuánto se desanimó después de descubrir que se habían enviado pocas dosis al instituto de Boston del cual es paciente. “Si van a quitar el mandato de mascarillas, deberían tener suficiente Evusheld para todos los inmunocomprometidos”, remarcó Nadeem-Baker. Si no, “seguiré encerrada y desperdiciando mi vida”.

Esas preocupaciones aumentaron a fines de febrero, cuando la FDA comenzó a recomendar una dosis dos veces mayor para combatir las nuevas subvariantes, un cambio que envió a pacientes como Cook a buscar otra ronda de inyecciones. Los médicos ya esperaban dar a las personas elegibles una segunda ronda de tratamiento después de seis meses.

Salud y Servicios Humanos afirmó que está trabajando con los departamentos de salud para “optimizar su inventario”, pero agregó que hasta ahora, los estados y territorios han informado que solo se está utilizando el 20% de las dosis asignadas.

En Los Ángeles, varios centros médicos reconocieron que, a pesar de la oferta limitada, tenían suficiente Evusheld para satisfacer la demanda que habían visto hasta el momento, incluso con pacientes derivados de otros proveedores. “Realmente pensamos que la demanda sería mayor de lo que ha sido”, destacó la Dra. Caroline Goldzweig, directora médica de Cedars-Sinai Medical Network. Probablemente haya más pacientes elegibles, “pero los médicos no necesariamente saben, ‘¿Cómo veo mi práctica y encuentro a todos los pacientes que son elegibles para Evusheld?’”.

Goldzweig contó que al principio, Cedars-Sinai limitaba Evusheld a un grupo de pacientes especialmente vulnerables, pero pronto lo puso a disposición de cualquiera que cumpliera con los criterios federales.

La receptora de trasplante de corazón Tania Daniels, que es paciente de Cedars-Sinai, destacó que cuando comenzó a preguntar sobre el nuevo tratamiento, “había muy poca comunicación sobre Evusheld y su disponibilidad”.

Daniels destacó que estaba ansiosa por recibir las inyecciones después de enterarse, a través de un estudio, que no tenía anticuerpos ni células T. En enero, relató, una enfermera que conocía le dijo que “no lucía bien en ese momento”.

Luego, en febrero, llamó para cambiar una cita, volvió a preguntar sobre Evusheld y finalmente le dijeron que podía recibir las inyecciones. Daniels, quien se retiró de un trabajo corporativo para convertirse en defensora de los pacientes, dijo que obtener los anticuerpos le ha dado un “tremendo alivio”.

Pero “cada estado lo maneja de manera diferente. Cada condado lo maneja de manera diferente. Cada institución lo maneja de manera diferente. ¿Y luego agrega el hecho de que no hay suficiente suministro?”, expresó Daniels. “Es un desastre.”

El Dr. Brian Koffman, médico de familia jubilado y cofundador de la CLL Society que atiende a pacientes con leucemia linfocítica crónica, dijo que debería haber habido esfuerzos amplios y proactivos para informar a las personas que “así es como se contrae. Esto es lo que se puede esperar”, similar a la educación pública sobre las vacunas contra el COVID. En cambio, “fue una ocurrencia tardía”.

Esa falta de información se ha visto agravada, dijo, por un sistema “al azar” en el que diferentes instituciones han establecido diferentes criterios para determinar quién está primero en la fila para el tratamiento. “No debería tener que tener un doctorado para obtener estas cosas”, expresó Koffman.

Handal agregó que algunos miembros de su grupo han buscado centros donde el tratamiento está más disponible y conducido hasta 10 horas para obtenerlo, para ellos o sus hijos. Viajar puede ser riesgoso para las personas inmunocomprometidas, destacó, pero “esto es, para las personas, una decisión de vida o muerte”.

Los funcionarios federales otorgaron la autorización de uso de emergencia para el medicamento en diciembre, luego de que un ensayo clínico descubriera que los receptores de Evusheld tenían un riesgo 77% menor de contraer COVID-19. Según la aprobación federal, se puede administrar a personas cuyos sistemas inmunológicos están comprometidos o que médicamente no pueden recibir la vacuna contra el COVID, y que no están infectados o no han sido expuestos recientemente al virus.

Entre los inmunocomprometidos hay personas que han recibido trasplantes de órganos y que toman medicamentos para inhibir su sistema inmunitario. El año pasado, los investigadores encontraron que los pacientes trasplantados que fueron vacunados tenían 485 veces más probabilidades que otras personas vacunadas de ser hospitalizados o morir a causa de infecciones recurrentes.

“Tenemos excelentes vacunas”, expresó el Dr. Dorry Segev, cirujano de trasplantes en NYU Langone Health, que dirigió ese estudio. “Pero no son buenas para algunas personas”.

A muchos defensores de los pacientes les preocupa que los obstáculos para obtener Evusheld puedan perjudicar a quienes no usan internet o tienen poco tiempo para llamar a los médicos o rastrear una base de datos del gobierno.

Los investigadores descubrieron que otras formas de tratamientos con anticuerpos monoclonales contra el COVID (aquellos para personas que ya están infectadas o expuestas) se han administrado con menos frecuencia a pacientes negros, asiáticos e hispanos que a sus pares blancos y no hispanos, según un informe publicado recientemente por los Centers for Control y Prevención de Enfermedades.

“Tuve que resolver todo por mi cuenta”, destacó Michael Stubbs, un jubilado de Santa Bárbara que padece artritis reumatoide y otras afecciones inmunitarias. “Soy blanco. Tengo educación. Soy rico. Tengo conexiones Mi médico las tiene... Esa es una posición privilegiada”, reconoció Stubbs, quien fue uno de los primeros pacientes en el condado de Santa Bárbara en recibir el tratamiento preventivo con anticuerpos. “Pero, Dios mío, ¿qué pasa con la gente que no tiene los mismos recursos que yo?”.

También puede haber costos: los funcionarios federales reconocieron que el medicamento es gratuito para los pacientes elegibles, pero “puede haber una tarifa de administración asociada”. Algunos pacientes se han enfrentado a cargos significativos de los proveedores médicos por administrar las inyecciones o examinar a los destinatarios para determinar su elegibilidad. Cook, en Mission Viejo, señaló que finalmente pagó más de $1100, la mayor parte por una breve consulta con un oncólogo de UC Irvine.

Las facturas fueron una sorpresa, pero “afortunadamente para mí... mi familia está en una posición en la que podemos pagar”, dijo Cook.

Un portavoz de UCI Health contó que a sus pacientes no se les factura Evusheld en sí, pero que los proveedores “pueden cobrar por el manejo y la administración clínica relacionados con el tratamiento” y que los pacientes derivados por médicos externos son evaluados por un especialista de UCI Health para garantizar la terapia es apropiada para ellos.

El proveedor médico móvil Concierge MD, con sede en Los Ángeles, anunció Evusheld por $999. El costo incluye la evaluación por parte de un proveedor médico, la administración de las inyecciones al paciente en su hogar y el seguimiento posterior para detectar cualquier reacción alérgica, comentó el Dr. Abe Malkin, propietario de la empresa.

Malkin no estaba seguro de cuánto de ese costo podría ser cubierto en última instancia por las aseguradoras de salud. Hasta ahora, “no es muy popular”, reconoció. “Simplemente, no creo que la gente lo sepa”.

En California, los funcionarios de salud intentaron abordar las posibles disparidades a través del proceso de asignación: el tratamiento con anticuerpos se dividió inicialmente por región, luego por condado, con cantidades vinculadas a la cantidad de población que se consideraba en desventaja según una métrica estatal, según su departamento de salud pública.

El condado de Los Ángeles, a su vez, encuestó a los hospitales de cuidados intensivos en noviembre para averiguar a cuántos pacientes elegibles atendían, destacó la Dra. Seira Kurian, quien dirige el esfuerzo terapéutico de COVID en el departamento de salud pública de su condado. Kurian dijo que para decidir cuánto se destina a cada instalación, el condado también mide su inventario, verifica sus últimas necesidades y se asegura de que los puntos de acceso estén repartidos por todo el condado.

Y en Cedars-Sinai, Goldzweig dijo que se había diseñado un algoritmo para priorizar a los pacientes de áreas desfavorecidas entre los que fueron derivados. Pero la demanda ha sido tan limitada, hasta ahora, que no la ha utilizado.

El HHS remarcó que está “comprometido a hacer todo lo posible para proteger la salud y el bienestar de todos los estadounidenses, incluidas las personas inmunocomprometidas, razón por la cual hemos comprado todo el producto que el fabricante puede suministrar”.

Sin embargo, un portavoz de AstraZeneca dijo que la compañía todavía tenía dosis adicionales disponibles para comprar este año y estaba “comprometida a proporcionar suministro a todos los países lo más rápido posible donde tenemos acuerdos firmes”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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