Inmigrantes defienden a AMLO y presionan a Biden sobre política migratoria en Cumbre de las Américas en Los Ángeles
“AMLO presidente, aquí está tu gente”, gritaba un grupo de inmigrantes mexicanos.
“Te amamos, AMLO”, se leía en un cartel.
De hecho, el presidente populista de México, Andrés Manuel López Obrador, universalmente conocido como AMLO, no ha pisado ni pondrá un pie en Los Ángeles esta semana. Él está boicoteando la Cumbre de las Américas, un motivo de no menor irritación para la administración Biden antes de la reunión de cinco días de jefes de Estado latinoamericanos que concluye el viernes.
En la reunión de los líderes del hemisferio en L.A, centroamericanos expresan su desacuerdo con la política de sus países de origen con banderas, carteles y cantos
Pero eso no impidió que varios simpatizantes de AMLO, la mayoría de ellos mexicoamericanos e inmigrantes mexicanos, asistieran al centro de Los Ángeles para mostrar su devoción.
“El amor a AMLO es internacional, por sus principios y su humanismo”, dijo Jorge Magallanes, de 46 años, quien portaba siete carteles de colores y diferentes mensajes en donde expresaba su respaldo a López Obrador.
La manifestación, que comenzó al mediodía en Pershing Square, fue organizada por fanáticos de AMLO y organizaciones que presionan al presidente Joe Biden para que coloque el tema de la reforma migratoria en el centro de la agenda de su administración.
Biden voló a Los Ángeles el miércoles para inaugurar formalmente la cumbre exaltando la democracia en todo el hemisferio, al tiempo que restó importancia a las tensiones derivadas de la decisión de la Casa Blanca de excluir del evento a los líderes de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Ese desaire diplomático desencadenó una ola de represalias que llevó a AMLO y otros a decidir boicotear el evento ellos mismos.
En la marcha, que poco a poco se abrió paso hasta el Centro de Convenciones, ondeaban las banderas de Estados Unidos, México, Honduras, El Salvador, Cuba, Nicaragua y Venezuela, mezcladas con carteles en inglés y español instando a Biden a reducir las barreras migratorias. Durante su campaña presidencial, Biden se comprometió a introducir un paquete de reforma migratoria dirigido a los 12 millones de inmigrantes sin estatus legal de la nación durante sus primeros cien días en la Oficina Oval.
Pero esa promesa se atascó rápidamente, siendo víctima en gran parte de la política partidista, y está congelada en el Congreso.
“Nuestra demanda principal es una reforma migratoria con un camino a la ciudadanía”, dijo Juan José Gutiérrez, presidente de Vamos Unidos USA. Sin esa reforma, subrayó Gutiérrez, sería imposible combatir las llamadas “causas profundas” de la migración en los países del Triángulo Norte de América Central: Guatemala, Honduras y El Salvador.
Pero otros expresaron su consternación porque AMLO había optado por saltarse la cumbre en solidaridad con autócratas excluidos como Nayib Bukele de El Salvador y Daniel Ortega de Nicaragua.
“La decisión del presidente de apoyar a gobiernos autoritarios es inaceptable, nos hace quedar mal como mexicanos que vivimos en Estados Unidos”, lamentó Francisco Moreno, director ejecutivo del Consejo de Federaciones Mexicanas (COFEM). “López Obrador quiso opacar la cumbre sintiéndose el santo patrono de gobiernos autoritarios”.
Pierde la gente al tener gobernantes que de manera irresponsable no atienden a un espacio donde pueden influir en las decisiones que se toman a nivel del hemisferio
— Claudia Ortiz, diputada salvadoreña
De acuerdo al Pew Research Center, más de 40 millones de migrantes de México, El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua viven en Estados Unidos. En el 2020, incluso en plena pandemia, estas naciones en conjunto recibieron $65.4 mil millones en remesas enviadas por sus familiares en Estados Unidos. En el 2021 el total fue de $83.9 mil millones.
Esos lazos financieros hacen que algunos inmigrantes latinos deseen que los líderes de sus países de origen no hayan desafiado a Estados Unidos para mostrar solidaridad con las naciones vecinas.
“Yo esperaba que la presidenta Xiomara Castro no sudara calentura ajena”, dijo Cecilia Rodríguez, presidenta de la Alianza Hondureña de Los Ángeles (AHLA). “Es una oportunidad que ella ha perdido”.
En los últimos años, las relaciones diplomáticas entre Washington y los países centroamericanos se han deteriorado, mientras que China ha afirmado su creciente influencia económica en la región. Ricardo Valencia, profesor de Cal State University, Fullerton, dijo que El Salvador, Guatemala y Honduras han renunciado a presionar a la administración Biden sobre el tema de la reforma migratoria.
“Los tres países han renunciado a ser defensores de sus ciudadanos dentro de Estados Unidos, los han dejado totalmente solos, confiando en lo que hagan los congresistas estadounideneses en ese tema”, apuntó Valencia.
Sin embargo, la ausencia de jefes de Estado como Bukele, Castro, Ortega y Alejandro Giammattei de Guatemala preocupa a las organizaciones que luchan por los derechos humanos, la libertad de información, la transparencia y la rendición de cuentas, en parte porque los rasgos autoritarios de estos gobiernos han alimentado la migración.
“A Bukele no le gusta rendir cuentas a la población ni a los medios de comunicación; lo menos que quisiera hacer él es exponerse a las cámaras”, aseguró Wilson Sandoval, coordinador del Centro de Asesoría Legal Anticorrupción de la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), de El Salvador.
Elizabeth Kennedy, especialista para Centro América de la Washington Office on Latin America (WOLA), dijo que “si verdaderamente quieren abordar la migración, entonces hay que enfrentar la pobreza extrema, la desigualdad, la violencia, la falta de oportunidades sociales, la falta de servicios como educación, salud, agua potable y electricidad”.
Una de las asistentes a la cumbre, Claudia Ortiz, legisladora salvadoreña del partido de oposición VAMOS, dijo que era importante que los representantes del Triángulo Norte participaran en cónclaves como la cumbre.
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“Pierde la gente al tener gobernantes que de manera irresponsable no atienden a un espacio donde pueden influir en las decisiones que se toman a nivel del hemisferio”, dijo Ortiz, quien durante la cumbre ha participado en foros con la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla y con el exvicepresidente de Guatemala, Eduardo Stein.
“A nivel diplomático se entiende como un desplante ser invitado a una cumbre y simplemente no tener una razón de peso para no asistir, y mandas a alguien más que no está al mismo nivel jerárquico, que no tiene poder de decisión”, valoró Ortiz.
De vuelta en las calles cercanas al Centro de Convenciones, los manifestantes, por su parte, hacían todo lo posible para transmitir el mensaje que era una razón de peso para no asistir.
“¡No más embargo!”, gritaron una y otra vez. “¡No más bloqueo!”.
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