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OPINIÓN: La Placita Olvera: una ventana a México en el corazón de Los Angeles

Por más de 14 años María Fuentes ha trabajando vendiendo figuras decorativas de varios estados
Por más de 14 años María Fuentes ha trabajando vendiendo figuras decorativas de varios estados, placas en cerámica de Talavera, loterías y juguetes de madera.
(María Teresa Sarabia)
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El COVID19 transformó a México y al mundo. Pero lo que no logró cambiar fueron las tradiciones, el patriotismo, el amor por la bandera, la música, la nostalgia por los sabores y tradiciones.

En Los Ángeles, el lugar más representativo de México es la Placita Olvera, en el corazón de la urbe angelina. Llegar aquí en este mes de la patria es ver esos colores verde esperanza, blanco de paz y rojo de la pasión en las banderas que de todos tamaños decoran el corredor más simbólico de la segunda ciudad con más mexicanos en el mundo.

Es saborear a la luz del día chicharrones en salsa roja con arroz y frijoles, o esos ricos tacos dorados con salsa verde en esa esquina donde está “El Cielito Lindo”. O caminar hasta el Kiosco central para escuchar la música entonada algunas veces por tríos, otras por mariachis, o por grupos que alegran con sus letras a los visitantes, cuya añoranza por su patria, los llevan una y otra vez a caminar por las coloridas y adoquinadas calles de esta plaza que en cada rincón guarda la esencia mexicana.

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Recorrer ese pequeño sendero con coloridos puestos con techos de teja donde vemos desde un juego de lotería con la sirena y el diablito, molcajetes, molinillos, dulces, piñatas, sombreros, vestidos bordados, delantales de colores y hasta gabanes con los colores de la patria, de inmediato vienen a la mente recuerdos de amigos y regiones del suelo azteca. Y es en este mes de septiembre cuando quienes estamos lejos de nuestro país acudimos a este sitio en busca de objetos y comidas para enaltecer las tradiciones que llevamos en el corazón.

Muñecas hechas a mano pueden encontrarse en cualquier pasillo de la Placita Olvera.
(María Teresa Sarabia)
El tradicional juego de la Lotería.
(María Teresa Sarabia)

Y como dice una estrofa del himno nacional: “mexicanos al grito de guerra…” en medio de un día caluroso pero activo, los visitantes llegan constantemente a la Placita Olvera. Ahí en uno de los locales más grandes esta una mexicana que por 46 años ha sido una de las máximas exponentes de las artesanías y las tradiciones de ese país.

Vestida siempre sencilla ataviada con una blusa blanca bellamente bordada por manos artesanales, y adornada con la sonrisa que la caracteriza, fue como nos recibió Martha Vázquez, dueña de “Olveritas”, uno de los lugares emblemáticos en la Placita, donde se vende y expone arte fino de los 32 estados mexicanos, y donde también se celebran en grande todas las tradiciones, incluidas las fiestas patrias.

Orgullosa de sus raíces, e hija de un padre tijuanense que era comerciante e importaba arte de México, ella decidió seguir sus pasos.

Martha Vázquez cuenta cómo su pasión por el arte y la cultura azteca,
Martha Vázquez cuenta cómo su pasión por el arte y la cultura azteca, la llevaron a vencer todos los obstáculos que bancos y autoridades le pusieron para poder arrancar su negocio.
(María Teresa Sarabia)

“Fue difícil por ser hispana y mujer. Además, porque comercialmente ellos pensaban que los mexicanos solo producíamos ‘curiosidades’, o souvenirs y no apreciaban el valor del arte que cada pieza importada representa y el trabajo que encierra cada una de ellas”.

Además de dar a conocer lo valioso del arte mexicano, Vásquez también quiere preservar la cultura que encierran todas las celebraciones de ese país para que las nuevas generaciones nacidas en suelo norteamericano aprecien las raíces de sus padres y abuelos y vivan con ellos la emoción de las fiestas septembrinas, así como muchas otras celebraciones que se presentan a largo del año.

Luego de caminar por su tienda que está adornada con motivos patrios por doquier y rodeada de catrinas, rebozos y otras piezas artesanales, comenzó la plática.

“Cada día crece más la población hispana y para los mexicanos el mes patrio es muy significativo, celebramos la independencia, pero también es una celebración que han adoptado los mexicoamericanos y personas de otras nacionalidades”, comenta.

Además, con emoción en la voz y brillo en sus ojos, dice que cada día son más los que disfrutan de las tradiciones mexicanas, y define la Placita Olvera como “la ventana a México”.

Vazquez comenta que en las escuelas les inculcan a los niños las tradiciones mexicanas como en este caso las fiestas patrias por medio de las clases de historia y a través de festivales.

Y mientras veo el papel picado tricolor, los gabanes también de colores, y más objetos que me recuerdan la tierra donde nací y crecí, Vásquez cuenta cómo otros mexicanos también visitan el lugar y se llenan de nostalgia.

“A muchos les recuerda a su pueblo, a su ciudad, las costumbres de su niñez y su juventud. Muchas personas me cuentan cómo se conocieron en alguna celebración y así fue como empezaron una familia. Hay muchas historias muy bonitas”.

La Placita Olvera es un lugar para disfrutar de las tradiciones.
(María Teresa Sarabia)

Para Vásquez el 15 de septiembre es doble festejo porque cuenta que esa noche muchos años atrás nació su madre, así que el grito fue doble. Y ríe mientras recuerda que en esa fecha en su casa siempre había música y mucha comida. Y habla de cómo en la Ciudad de México todo el mes el centro histórico luce de gala con las decoraciones tricolores que sus habitantes disfrutan.

Volviendo a Los Ángeles, nos cuenta cómo en la Placita Olvera hubo una pausa en las celebraciones del 2020 por la pandemia y este año intentan volver a la normalidad. En ese corredor artesanal los festejos nuevamente aliviarán la nostalgia de quienes no pueden volver a su tierra a celebrar la independencia de México.

Precisamente ahí, en otro local más pequeño se encuentra María Fuentes, una mexicana que por más de 14 años trabaja vendiendo figuras decorativas de varios estados, placas en cerámica de Talavera, loterías y juguetes de madera. También está contenta de que vuelva la celebración de las fiestas patrias. Y con una sonrisa que ilumina su rostro nos cuenta lo feliz que se siente de que nuevamente haya festejos.

“Esperamos que todo vuelva a la normalidad. Si, nos preparamos para el 15 de septiembre. Más adelante en el kiosco habrá danzantes y bailes para que la gente pueda venir a visitarnos”, comentó Fuentes.

“Esperamos que la gente venga de varios lugares. Ya estamos adornando con las banderitas y todo lo apropiado para festejar el día de la patria”. Y con una despedida cordial, Fuentes siguió decorando con motivos tricolores su pequeño local.

Siguiendo el trayecto, al caminar vi las muñequitas hechas a mano con ropa bordada y caritas sonrientes. También observé el bello vestuario del mariachi, las faldas y trajes festivos femeninos bordados a mano con chaquira y pedrería, guitarras de madera de distintos colores, sombreros de charro y muchas otras curiosidades mexicanas. Pero lo llamativo era la colocación de la bandera tricolor en distintos tamaños y formas.

Por ahí paseaba Rocío Sánchez con su hija de la mano. Alcancé a escuchar cuando le contaba sobre lo que las fiestas patrias significaban para ella en la infancia. Cómo el desfile del 16 de Septiembre “Día de la Independencia”, era largamente esperado por los estudiantes. Y cómo ser la abanderada era un honor. La niña la miraba con curiosidad y atención. Al preguntarle sobre este festejo ahora en su país adoptivo Estados Unidos, ella respondió:

“Siento una emoción que no puedo describir, quisiera poder estar en mi Chapala querida, pero es imposible cuando tienes poco trabajo, varios hijos, inflación y boletos de avión caros. Por eso la traigo aquí para que vea lo tradicional de nuestra tierra y sienta orgullo de sus raíces”, nos dijo esta jalisciense.

Ricardo Álvarez, otro mexicano que reside en Los Ángeles nos habló de su sentir a 33 años de estar lejos de Michoacán y no poder volver.

“La verdad me da tristeza, los eventos aquí no se comparan con los de allá. Las celebraciones aquí son sencillas y para determinado grupo de personas. Por ejemplo, el Consulado Mexicano las hace solo con invitación. Y los festejos son sin chiste y sin banda de guerra”, dice mientras hace una pausa y continúa.

“El 15 de septiembre allá es ver banderas por todos lados. La noche del grito era ir a la presidencia municipal, ver las luces y sentir mucha emoción. Al día siguiente era salir a ver el desfile militar, y luego una noche mexicana en casa con jarritos, tequila para festejar, pozole, y tacos”, cuenta con nostalgia porque no estará allá.

Y ya para terminar admite su tristeza. “El consuelo que nos queda es verlo por televisión. Ver cuando el presidente da el grito y toca las campanas. Eso es emocionante y me dan ganas de llorar. Los primeros años no lo sientes, pero al pasar el tiempo dices soy mexicano y no estoy en México. Aquí no hay todo eso porque estamos en este país como huéspedes y extrañando nuestras costumbres”.

*María Teresa Sarabia es una periodista mexicana con varias décadas de trabajo en Los Ángeles. Actualmente es parte del equipo de noticias nacionales Estrella TV.

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