Los cruces de migrantes han disminuido en la zona de la canalización el Río Tijuana recientemente, pero se espera que continúen desplazándose más al este, incluso cerca de Jacumba Hot Springs
Tras meses de un aumento constante de cruces de migrantes en la frontera —que han dejado a cientos sin cobijo en el condado de San Diego y han puesto a prueba los recursos de ayuda locales— autoridades mexicanas han intensificado la seguridad en un esfuerzo por disuadir el paso hacia Estados Unidos.
Junto al muro fronterizo entre Tijuana y San Ysidro, autoridades mexicanas han instalado un cerco de malla ciclónica que impide la entrada a una sección de la canalización del Río Tijuana identificado como uno de los puntos donde se registran más cruces hacia Estados Unidos.
El cerco está reforzado con alambre concertina en la parte superior e inferior. Detrás de esta barrera, elementos de la Guardia Nacional y agentes migratorios vigilan en todo momento.
Desde la instalación de este cerco, el número de migrantes que cruza por lo menos en esa zona ha disminuido. Sin embargo, ha aumentado en otros sitios como el ejido Jacumé en Tecate, según autoridades mexicanas.
Activistas han manifestado su desacuerdo con la instalación del nuevo cerco, pues consideran que obliga a migrantes a buscar formas más peligrosas de llegar a Estados Unidos para solicitar asilo político.
De acuerdo con autoridades mexicanas, la instalación responde a diferentes motivos. El cerco fue colocado junto a la zona de la canalización en la que actualmente se llevan a cabo obras de construcción día y noche para el proyecto de un viaducto elevado que conectará Playas de Tijuana con el aeropuerto de Tijuana.
El cerco fue instalado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), según un comunicado de la ciudad de Tijuana. La Sedena está a cargo de los trabajos de construcción que se espera terminen el próximo año antes de concluir el mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Algunos videos difundidos en meses recientes muestran a grupos de decenas de personas corriendo por la Avenida Internacional hacia la canalización en su intento por llegar a Estados Unidos.
En una de las bardas al interior de la canalización se observa desde la distancia una lona blanca con un mensaje en español en el que se advierte que el cruzar por la zona “es ilegal” y se exhorta a migrantes a solicitar asilo a través del sistema de citas de la aplicación móvil CBP One.
David Pérez Tejada, delegado del Instituto Nacional de Migración (INM) dijo que con la instalación del cerco se busca “seguridad y prevenir accidentes” cerca de lo que ahora es una zona de construcción.
“Y por otro lado, también como un inhibidor de la gente que ingresa a la canalización”, agregó Pérez Tejada, quién dijo “teníamos que actuar ante una situación así”.
Pérez Tejada dijo que en la zona se han registrado cruces masivos de hasta 280 personas.
El mes pasado un hombre murió tras cruzar la frontera por la canalización con un grupo numeroso de personas, en lo que fue descrito por autoridades como “una estampida”.
Se estima que en los últimos tres meses más de 40 mil solicitantes de asilo han sido liberados en las calles de San Diego por autoridades migratorias, según datos del condado.
Los cruces no han cesado. Pérez Tejada dijo tener registro de que en un día cruzaron hasta 800 personas por el ejido Jacumé. Por ello, dijo que se ha incrementado la presencia de agentes.
Adriana Jasso, directora de programa con el Comité de Amigos Americanos en San Diego, confirmó una “notable disminución” de cruces en el área de la canalización, aunque coincidió en que éstos continúan en otras áreas.
La mañana del viernes un grupo de migrantes procedentes de Ecuador llegó a uno de los campamentos situados junto a la interestatal 8, uniéndose a otros más de 40 que habían hecho lo propio una hora antes.
Utilizaron basura y vegetación para hacer una fogata y se instalaron en tiendas de campaña que habían dejado otro grupo la noche anterior. Los agentes de la Patrulla Fronteriza estaban vigilando en vehículos estacionados en las inmediaciones.
Para María Doris Campos Pardo —que viajó desde Colombia con su hijo y su sobrino — el largo viaje era necesario. Su familia abandonó Colombia debido a la violencia, incluida la muerte de su hija, y dijo que era demasiado peligroso quedarse.
“No voy a buscar apoyo allí”, dijo Pardo, añadiendo que sentía miedo en su país de origen. “Así que aquí estoy”.
En un campamento improvisado entre las bardas primaria y secundaria cerca de San Ysidro hace un mes se atendía a un promedio de 100 a 120 personas al día.
El lunes 4 de diciembre había un promedio de 40 personas —muchos de ellos niños— notó Jasso, quién ha sido una de las voluntarias que ha brindado ayuda humanitaria a migrantes por meses.
“(El cerco) puede que disminuya el flujo temporalmente. Sin embargo, y desgraciadamente lo que vemos es que las personas van a tratar por otros puntos”, dijo Jasso.
Jasso notó que esta semana ha tenido conocimiento de por lo menos dos casos de caídas o heridas de consideración de migrantes —incluída una madre y un niño pequeño— que escalaron la barda fronteriza de 30 pies.
UC San Diego Health informó que ha atendido a más de 360 personas que resultaron heridas al caer desde el muro fronterizo de San Diego este año.
“En 2018 tuvimos menos de una docena de pacientes que cayeron del muro con lesiones graves. Ahora son al menos dos por día”, dijo el doctor Jay Doucet, jefe de trauma de UC San Diego Health.
Entre las lesiones más comunes figuran fracturas pélvicas, contusiones y lesiones cerebrales graves, explica Doucet. Dos tercios de los pacientes son de nacionalidad mexicana; el resto procede de todo el mundo.
UC San Diego Health también informó que más mujeres están siendo hospitalizadas por caídas en la frontera. “En 2019, menos de una cuarta parte de las admisiones fueron mujeres. En 2023 casi la mitad de los pacientes que sufrieron caídas en la frontera han sido mujeres.”
Las autoridades mexicanas han dicho que trabajan para desarticular a grupos que se dedican a traficar personas en la frontera.
“Estamos haciendo labor de patrullaje, labor de inteligencia (para) poder dar con esos grupos que están acarreando gente”, dijo Pérez Tejada.
La semana pasada un joven migrante de 13 años murió tras la volcadura de un vehículo que se cree estaba involucrado en tráfico de personas en la zona del ejido Jacumé.
La jefa de sector de Patrulla Fronteriza, Patricia McGurk-Daniel publicó el jueves en su cuenta de X un video en el que se muestra un grupo de 75 personas que habría escalado el muro fronterizo cerca de San Ysidro.
McGurk-Daniel dijo que el grupo había sido guiado por traficantes de personas. “Organizaciones criminales continúan usando a las personas como peones al ponerlas en situaciones peligrosas con el fin de desviar los recursos de la Patrulla Fronteriza de nuestra misión de aplicación de la ley”, agregó.
La llegada abrumadora de migrantes derivó en que —de nueva cuenta— las autoridades estadounidenses anunciaran el jueves el cierre temporal del cruce peatonal PedWest con la finalidad de destinar más recursos al procesamiento de migrantes.
En un comunicado el 21 de noviembre, Enrique Lucero, titular de la Dirección de Atención al Migrante en Tijuana, negó que con la instalación del cerco en la canalización se esté obstruyendo el derecho de los migrantes a solicitar asilo “pues este punto no es un puerto de entrada legal para solicitarlo”.
Lucero dijo que habrá labores de difusión para exhortar a migrantes a hacerlo a través de CBP One.
Pero activistas han mostrado su descontento con el funcionamiento de la aplicación.
“(La aplicación) tiene muchas complicaciones y la gente espera hasta seis meses por una cita”, dijo Soraya Vázquez, subdirectora de la organización Al Otro Lado.
“Es lógico que las personas van a intentar cruzar por donde sea y ningún muro los va a detener”.
La periodista del Union-Tribune Maura Fox colaboró con este reportaje.
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