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Jugadores recuerdan con cariño cómo David Stern compartió con ellos en sus momentos más grandes

LeBron James shakes hands with NBA commissioner David Stern after being selected No. 1 overall by the Cleveland Cavaliers in the 2003 NBA Draft.
(Associated Press)
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David Stern no solo ayudó a crear estrellas globales. El comisionado de la NBA creo momentos. Para una generación de jugadores, ese primer momento fue el más grande – el momento cuando los prospectos top del básquetbol en el mundo extendieron sus enormes manos derechas para chocarla con el abogado de 5’9” de altura.

“Fue un sueño convertido en realidad para mi pararme en esa tarima y estrechar la mano de David, sabiendo de dónde vengo… No sé si siquiera escuché mi nombre ser llamado. Creo que alguien tuvo que empujarme hacia arriba. Estaba extático”, dijo LeBron. “Sé, por seguro, que recuerdo el apretón de mano, dándome esa gorra, y ese apretón de mano. Nunca olvidare eso”.

Pero, como muchas historias acerca de Stern, hay una nota, algo extra que hace una buena historia una mejor.

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En la noche en la que James fue elegido el Número 1 del draft, Stern y los nerviosos novatos estaban reunidos en la parte de atrás del teatro del Madison Square Garden, donde Stern trató de desarmar la futura cara de la liga.

“Me dijo que quería vestir mi traje un día”, dijo James con una sonrisa. “No olvidaré eso. Él me dijo atrás, ‘¿Crees que pueda prestar ese traje algún día?’”.

Stern falleció el miércoles después de sufrir una hemorragia cerebral el 12 de diciembre. Él tenía 77 años.

En la tarima durante la noche del draft, Stern fue la línea inicial, el lugar donde sus sueños de básquetbol más locos se empezaron a convertir en realidad. Ese apretón de manos, con una vuelta hacia las cámaras, era la pistola de arranque.

Era un rol que el disfrutaba, dándole la bienvenida al futuro de la liga que él amaba.

En la noche especial de Jamal Crawford, hubo gente que él necesitaba abrazar, gente que él necesitaba ver antes de que pudiera tener su momento. Su madre estaba ahí. Su padre estaba ahí. Su hijo estaba ahí.

Crawford finalmente llegó a la plataforma, la elección número 8 del draft del 2000. Caminó suavemente y muy cool atravesándolo, su traje holgado colgando de su delgado cuerpo, hacia el apretón de manos que él quería durante tanto tiempo como él sabía que el draft de la NBA era algo.

Y cuando él finalmente llegó a donde Stern, no fue lo suficientemente rápido.

“Ya era hora que llegaras aquí”, dijo Stern.

“Lo había visto mucho antes de que él hubiera escuchado de mi”, dijo Crawford después de escuchar sobre la muerte de Stern. “Cuando eres un chico viendo los drafts, siempre quieres ser un primera ronda para que puedas caminar a través del escenario con tu gorra puesta y cada uno te vea apretar tu mano con el comisionado. Ese es el sueño porque significa que oficialmente eres parte de la NBA – o por lo menos eso es lo que pensé”.

No. 1 first-overall picks of the NBA draft from 2000-2019.

El ser elegido en el draft fue solo el primer paso en el proceso. Contratos tienen que ser firmados. En el caso de Crawford, un día de draft tenía que ser formalizado. Pero esas eran las formalidades.Cada uno sabía que ese momento señalaba tu llegada.

“Era un sueño vuelto realidad cuando escuchabas tu nombre ser llamado por el comisionado”, recordó el asistente de Lakers y el inducido del Salón de la Fama. “… No hay un sentimiento mejor o experiencia”.

“Él me dijo, ‘Bienvenido a la familia’. En ese tiempo, no sé de qué diablos estaba hablando. Solo pensaba en ser un jugador de básquetbol, cumplir mi sueño. Pero ahora, siendo más viejo, siendo parte de la familia de la NBA, sabes realmente lo que significa”.

La gente que ha trabajado para Stern tiene muchas historias como esta sobre el híper-enfocado líder tratando de hacer crecer el producto de la NBA mientras encuentra el lugar adecuado para una frase puntual. Era intimidante, y en algunas ocasiones duro, pero era casi siempre memorable.

Un empleado de mucho tiempo entró a la oficina de Stern en Nueva York para ofrecer su resignación mientras lo encontró mirando por la ventana a la Fifth Avenue. Después de pasar por un discurso de varios minutos agradeciendo a Stern por su tutoría, su guía y las oportunidades profesionales, el comisionado giró su silla para hacer contacto visual directo – mientras sostenía un cinturón de campeonato de la World Wrestling Entertainment.

“Bueno”, dijo Stern inexpresivo, “supongo que nunca podrás ponerte esto”.

Por mucho que convirtió a la NBA en una fuerza económica internacional, navegó por la liga desde un momento de crisis hasta la prosperidad, y se ocupó de los escándalos, el legado de Stern para las personas de la familia de la NBA son los momentos que él creó.

Cuando Michael Jordan se convirtió en campeón de la NBA, Stern estaba ahí para presentarle el trofeo. Stern estaba siempre ahí para presentar los premios más grandes. Cuando las banderas eran elevadas en las vigas, él estaba ahí para entregar los anillos.

Y, tal vez lo más importante, cuando los jugadores entraban a la liga y a un mundo de fama y riqueza, él estaba ahí para tirar de la cuerda de terciopelo para dejarlos entrar.

“Nuestras grandes noches”, dijo Dwight Howard, “todos tienen David Stern en ellas”.

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