Anuncio

Kobe Bryant inspiró a jugadores de todo el mundo, una noche de insomnio a la vez

 Kobe Bryant throws a ball to his fans during a promotional event in Shenzhen, China.
Kobe Bryant lanza una pelota a sus fanáticos durante un evento promocional en Shenzhen, China, el 4 de agosto de 2013.
(Kin Cheung / Associated Press)
Share

Antes de alcanzar el estrellato en la NBA, el adolescente Joel Embiid pasaba la noche despierto en Camerún, esperando que todos en su casa se durmieran para ver baloncesto, el deporte que acababa de descubrir.

Lo más destacado en YouTube no era una opción confiable; sus padres limitaban el tiempo con los dispositivos electrónicos y lo instaban a estudiar y ayudar con las tareas hogareñas. La diferencia horaria también significaba que incluso las primeras jugadas de la NBA en Estados Unidos comenzaran después de la medianoche en Yaundé, la capital de Camerún. Y eso no funcionaba con su estricta hora de acostarse, las 9 p.m.

Y así, ocasionalmente y en silencio, Embiid se escurría de las sábanas a altas horas de la noche. “Me escapaba e iba a la sala de estar; encendía la televisión y bajaba el volumen al mínimo, solo para poder verlo”, recordó el centro de los 76ers de Filadelfia la semana pasada.

Anuncio

Los padres de Embiid culpaban a una persona por la dosis de baloncesto nocturna de su hijo: Kobe Bryant.

El primer juego que vio Embiid fue durante las Finales de 2010 entre los Lakers y los Celtics de Boston, la experiencia que le presentó a Bryant, el base cuyo estilo infatigable cautivó al ahora novato de la NBA. “Fue entonces cuando me enamoré del baloncesto”, afirmó Embiid. “Por eso él se convirtió en mi jugador favorito. Diría que, probablemente, estoy aquí por él”.

76ers star Joel Embiid looks to shoot.
La estrella de los 76ers Joel Embiid estudiaba los movimientos de Kobe Bryant para incorporarlos a su juego cuando era chico, en Camerún.
(Charles Rex Arbogast / Associated Press)

Más de un año después de que él y otras ocho personas murieran en un accidente de helicóptero cerca de Calabasas, Bryant será incluido póstumamente en el Naismith Memorial del Salón de la Fama del Baloncesto como parte de una clase repleta de estrellas que incluye a un par de sus antiguos rivales, Tim Duncan y Kevin Garnett. Entre quienes observen la consagración habrá una nueva generación de jugadores internacionales, incluido Embiid, que rastrean su amor por el baloncesto y los caminos hacia la NBA hasta las lecciones aprendidas al estudiar a Bryant, a menudo en noches de insomnio.

“Solía ver muchos destacados de Kobe, crecí con él”, afirmó Giannis Antetokounmpo, considerado dos veces como el jugador más valioso en la NBA, oriundo de Milwaukee y criado en Grecia.

El sentimiento es compartido por Danilo Gallinari, de Atlanta, quien estudiaba minuciosamente los videos caseros del campeonato three-peat de los Lakers a principios de la década de 2000, cuando era un niño en Italia, y por su compañero de equipo en los Hawks, Bogdan Bogdanovic, quien venera tanto al ícono de los Lakers que la cubierta y la pantalla de su teléfono muestran una imagen de Bryant, según Gallinari.

Bogdanovic tenía 13 años cuando se despertó antes del amanecer en su Serbia natal para ver lo que se convirtió en una de las actuaciones singulares de Bryant, en enero de 2006. “En Serbia, para poder ver a Kobe, tenías que levantarte temprano, a las tres o cuatro de la madrugada”, afirmó Bogdanovic el año pasado.

Como una estrella de la preparatoria en las afueras de Filadelfia que pasó por alto la universidad para llegar a la NBA, y luego como un guardia joven y audaz que llevó a los Lakers a cinco campeonatos en 20 temporadas, Bryant primero cosechó seguidores rabiosos a nivel nacional gracias a los programas diarios de jugadas destacadas y más tarde, con el auge de las redes sociales y los servicios de transmisión. En el sur de California, futuras estrellas de la NBA como Kawhi Leonard, James Harden, DeMar DeRozan, Paul George y Russell Westbrook, crecieron viendo sus hazañas después de la cena y se quedaban dormidos pensando en, algún día, unirse a él en la liga.

Pero incluso a nivel mundial, en áreas donde las jugadas destacadas de Bryant y los partidos de los Lakers no eran tan accesibles, su visibilidad se extendió mucho más allá de las fronteras de la NBA. En 2015, Bryant celebró su décima gira de temporada baja por Asia con Nike, un impulso de marketing global que atrajo a miles de personas en cada parada. Un año después, más de 110 millones de individuos, solo en China, vieron su último partido en Tencent, uno de los socios de transmisión de la liga.

Esa fama perdura incluso después de su muerte, a los 41 años. El rostro de Bryant y su hija Gianna, quien también falleció en el accidente, fueron pintados en una cancha en Filipinas. Sus nombres adornan una plaza en Reggio Emilia, la ciudad italiana donde el padre de Bryant, Joe, alguna vez jugó profesionalmente.

Artists put the finishing touches on a giant mural of Kobe and Gianna Bryant in Taguig, Philippines.
Artistas dan los toques finales a un mural gigante del recordado Kobe Bryant y su hija Gianna, en una cancha de baloncesto en Taguig, Filipinas.
(Associated Press)

Después de que Bryant se convirtiera en profesional, en 1996, Gallinari estuvo entre su primera oleada de seguidores internacionales, en parte porque su padre había jugado profesionalmente contra el de Bryant en Italia, durante la década de 1980. “Por la conexión que [Kobe] tiene con Italia, a todos nos gusta pensar que era tan bueno porque creció allí”, reconoció.

Sin embargo, con ocho horas menos que en Los Ángeles y en un país cuya pasión dominante es el fútbol, la NBA no era fácilmente accesible en la pequeña ciudad natal de Gallinari, al sur de Milán, en los años anteriores a YouTube. Los juegos se transmitían en un canal llamado TELE +, comentó. “Crecí viendo a Michael Jordan, así que soy más de esa generación”, recordó. “Pero yo fui también uno de esos tipos que se quedaban despiertos -mis padres no estaban contentos con eso- en la madrugada, o hasta tarde en la noche, para ver jugar a Kobe”.

A diferencia de Gallinari, no todos crecieron mirando a Jordan y, para ellos, Bryant fue la puerta de entrada a la NBA. El pivot de los Clippers, Ivica Zubac, quien creció en Bosnia y Herzegovina, al este de la frontera croata, tenía ocho años cuando escuchó que muchachos mayores que jugaban básquetbol en su ciudad natal exclamaban “¡Kobe!” después de cada tiro. Sin estar familiarizado con el nombre, Zubac fue a Google.

“Nadie jugaba como él”, remarcó. “Verlo jugar tan duro como podía, ofensiva y defensivamente, era hermoso. Yo sentía ‘Éste es mi ídolo, quiero copiar sus movimientos, deseo ser como él. Quiero verlo cada vez que toma el balón’; eso sentía yo”.

“En la televisión nacional de Croacia solo mostraban los partidos el día de Navidad o algo así, las Finales de la NBA. Navidad era para mí [sinónimo de] baloncesto de la NBA. Me quedaba despierto todo el día y toda la noche, y miraba los partidos. Y estaba listo desde las 4:30 a.m. [al inicio de los Lakers] en casa. Era difícil, pero valía la pena”.

Antetokounmpo conoció la NBA cuando tenía 13 años, después de jugar videojuegos contra sus hermanos en su apartamento en Atenas, hasta altas horas de la madrugada.

“Estábamos recorriendo los canales y de repente vimos a los Lakers jugando contra Boston”, recordó. “En ese entonces éramos grandes fanáticos del fútbol, mi papá jugaba, nosotros solíamos ver los partidos, la Champions League, pero desde ese momento, empezamos a seguir el básquetbol”.

“Recuerdo que era casi Kobe contra los Celtics de Boston. Él iba y venía, iba y venía. No sabía quién era Kobe, pero recuerdo que era el mejor jugador de los Lakers”.

Para aquellos que se topaban con Bryant, la naturaleza casi accidental del descubrimiento daba inicio a una intensa búsqueda para mirar cada cambio de rumbo, cada gruñido y celebración con golpes de pecho, como para recuperar el tiempo perdido. Para Zubac, una ventaja de convertirse en profesional siendo adolescente en Europa fue el acceso que ello le brindó a plataformas de transmisión como NBA League Pass. Estableció un horario: dos entrenamientos y clases durante el día, partidos de la NBA toda la noche.

“Es muy difícil continuar de manera normal al día siguiente después de no haber dormido en toda la noche”, aseguró. Sin embargo, no se arrepiente. Solo dos meses después del retiro de Bryant, en 2016, los Lakers seleccionaron al centro, de siete pies de altura.

Cuando Embiid les contó a sus padres sobre su interés en el baloncesto, su papá inicialmente se resistió a permitirle jugar, alegando que el juego era demasiado físico. Pero su vida cambió cuando asistió a un campamento local y fue descubierto por el jugador de la NBA Luc Mbah a Moute. A los 16, Embiid estaba en EE.UU, y cuatro años después quedó seleccionado como tercero. Ahora es uno de los más dominantes de la liga y uno de los principales candidatos de esta temporada como el jugador más valioso.

En un ensayo de Players Tribune, de 2018, Embiid comparó su vida con una película. Si fuera así, cualquier montaje de su crecimiento debería tener escenas de su infancia, viendo partidos de la NBA y a Bryant, en la oscuridad, aprendiendo esas lecciones que desde entonces ha puesto en práctica con esa misma atención que él notaba en otros.

“Cuando miras cómo juego al baloncesto y los movimientos que he agregado, especialmente cuando se trata de deslizamientos sobre ambos hombros, eso proviene de observar muchos juegos de Kobe”, aseguró Embiid. “Lo extraño mucho. Ojalá aún estuviera aquí, con nosotros”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

Anuncio