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Columna: La historia del retorno a los Juegos Olímpicos de Rikako Ikee merece una ovación

Japanese swimmer Rikako Ikee prepares to swim during a demonstration.
La nadadora japonesa Rikako Ikee se prepara para nadar durante una demostración que formó parte de la gran ceremonia de inauguración del Centro Acuático de Tokio en octubre.
(Eugene Hoshiko / Associated Press)

Es una pena que el regreso de la nadadora japonesa Rikako Ikee a los Juegos Olímpicos, tras una dura batalla contra la leucemia, no sea vitoreado por los aficionados.

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Aquí fue donde más se sintieron las inusuales condiciones de estos Juegos Olímpicos, la ausencia de una multitud en uno de sus momentos más esperados.

Solo el estruendo de una sala repleta de gente en el Centro Acuático de Tokio podría haber transmitido la importancia de Rikako Ikee al saltar del bloque de salida al agua, el sábado por la noche.

En cambio, no hubo nada.

Japón ocupaba la quinta posición en su eliminatoria cuando Ikee comenzó la segunda etapa del relevo de 400 libres y estaba en quinta posición cuando terminó con un mejor tiempo de 53.63 segundos. Su equipo terminó quinto en la carrera y noveno en la general, a un puesto de clasificarse para las finales del domingo por la mañana.

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Ikee, de 21 años, no llegó a estos Juegos como la atleta olímpica más popular de Japón por sus perspectivas de medalla. Lo que la hizo especial fue que se clasificó para sus segundos Juegos Olímpicos tras recuperarse de una leucemia.

Al final, su regreso al mayor escenario de su deporte tuvo la sensación de ser una sesión de entrenamiento, la ausencia de los aficionados la privó de la ovación que se merecía.

Casos como este han hecho imposible la esperanza de disminuir un poco las restricciones relacionadas con la pandemia.

El COVID-19 sigue en todas partes.

El equipo de la escuela Tokaidai Sagami de la cercana Kanagawa, que ganó la edición de primavera del campeonato nacional de béisbol de secundaria, fue eliminado del torneo de su prefectura porque 17 de sus 20 jugadores dieron positivo por el coronavirus. En un país en el que el béisbol colegial es tan popular, si no más, que cualquier deporte profesional, el equipo de la Tokaidai Sagami podría haberse convertido en la octava escuela de la historia en ganar los campeonatos nacionales de primavera y verano en el mismo año.

El sábado fue el quinto día consecutivo en el que se registraron más de 1.000 nuevas infecciones en la prefectura de Tokio. Otros 17 casos afectaron a atletas o personal de los Juegos Olímpicos, elevando el total a 127.

An aerial photo of Tokyo Tower and the city.
Los aficionados tienen prohibido asistir a los eventos durante los Juegos Olímpicos de Tokio debido a la pandemia de COVID-19.
(Yuki Iwamura / AFP vía Getty Images)

Mientras que los partidos de fútbol olímpico en Miyagi y el ciclismo en Shizuoka están abiertos a los aficionados, la presidenta de Tokio 2020, Seiko Hashimoto, pidió a los aficionados de Tokio con boletos que no viajaran.

No obstante, los esfuerzos de los Juegos para evitar la propagación de la enfermedad han sido objeto de una amplia controversia. El plexiglás divide a los periodistas en los comedores del Centro Principal de Prensa, una medida que Michael Osterholm, epidemiólogo y consultor del COI, describió anteriormente como “teatro de la higiene”. Sin embargo, los mismos periodistas viajan a las sedes en autobuses repletos, a menudo con gente sentada o de pie en los pasillos entre las filas de asientos.

Por supuesto, el hecho de que las circunstancias impidieran que el regreso de Ikee fuera debidamente reconocido, no hizo que su logro fuera menos notable.

La mitología en torno a Ikee comienza con su nacimiento. Nació literalmente en el agua, ya que su madre utilizó una piscina para dar a luz.

Creció a unos 16 kilómetros del Centro Acuático de Tokio en el que compitió el sábado, la Escuela de Natación Edogawa a la que se incorporó en la escuela primaria, se encuentra justo al otro lado del río Arakawa.

Con una estatura de 5.7, Ikee compitió en los Juegos de Río de 2016 con 16 años, convirtiéndose en la primera nadadora japonesa en clasificarse en siete pruebas. Quedó quinta en los 100 metros mariposa.

Rikako Ikee compite en la final de los 100 metros mariposa femeninos en los campeonatos mundiales de la FINA de 2016.
(David J. Phillip / Associated Press)

En febrero de 2019, Ikee estaba entrenando en Australia y no se sintió bien, lo que la llevó a regresar a Japón. Cuatro días después, anunció que tenía leucemia.

Al mes siguiente, publicó en Twitter: “Esto es varios cientos de veces, varios miles de veces más duro de lo que imaginaba. Tengo momentos en los que no puedo comer durante tres o más días. Pero no quiero perder”.

“Estoy en una situación que no podría haber imaginado hace un año. Creo que este es mi destino”

— RIKAKO IKEE

Más tarde reveló en una entrevista con una publicación japonesa que no pudo levantarse de la cama durante más de dos semanas después de su primera ronda de quimioterapia. En otra entrevista, reconoció que pensaba que era mejor estar muerta.

En diciembre de ese año, diez meses después de su hospitalización, fue finalmente dada de alta. Dijo entonces que su objetivo era clasificarse y conseguir una medalla en los Juegos de París 2024, si no en los de Los Ángeles 2028.

Japan's Rikako Ikee arrives to compete in the women's 50-meter freestyle semifinals.
La japonesa Rikako Ikee llega para competir en las semifinales de los 50 metros libres femeninos durante los Campeonatos Nacionales de Natación de Japón en abril.
(Charly Triballeau / AFP vía Getty Images)

Cuando Ikee retomó los entrenamientos en marzo de 2020, con un aspecto demacrado, llevaba más de 400 días sin meterse en una piscina.

“Perdí todo lo que había acumulado desde que empecé a nadar”, expresó.

Regresó a la competencia en agosto. Ganó su eliminatoria en los 50 libres, pero su tiempo fue arriba de dos segundos más lento que su marca personal, un récord japonés.

“Mi prioridad era divertirme, y creo que pude hacerlo nadando”, dijo después de la carrera.

Irónicamente, la pandemia le ofreció la oportunidad de volver a los Juegos Olímpicos antes de lo que esperaba inicialmente, ya que los Juegos de 2020 se pospusieron un año. En abril ganó cuatro pruebas en los campeonatos nacionales de Japón. Aunque sus tiempos no cumplieron los requisitos de la Federación Japonesa para competir en los Juegos de forma individual, obtuvo plazas en los relevos de 400 libres y medley.

“Fue devastador seguirla cuando mencionó que tenía cáncer”, dijo la sueca Sarah Sjostrom, defensora del título olímpico en los 100 metros mosca. “Estoy muy contenta de que se haya recuperado bien y de que ahora participe en los Juegos Olímpicos. Es increíble”.

Reflexionando sobre cómo ha llegado a estos Juegos, Ikee dijo: “Estoy en una situación que no podría haber imaginado hace un año. Creo que este es mi destino”.

Ikee nadará el próximo viernes en el relevo de 400 metros medley, de nuevo en relativo silencio.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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