Se retira la gimnasta de 46 años y 8 Juegos Olímpicos y el mundo le aplaude (Video)

Nadie considera ‘viejo/a’ a un veinteañero/a, pero sí para la gimnasia, donde adolescentes irrumpen en los Juegos Olímpicos en búsqueda de gloria.

Pero todas son unos juveniles en comparación a Oksana Chusovitina. La uzbeka de 46 años que compitió en sus octavos Juegos y en Tokio 2020 dijo adiós, con el reconocimiento unánime en la sala donde realizó su rutina y en las redes sociales, donde se rindieron ante su constancia y disciplina.

La gimnasta artística de Uzbekistán es la más longeva de la historia olímpica,

La edad no es lo único que hace que Chusovitina sea una rareza en el mundo de la gimnasia. También es madre. Su hijo tiene 21 años, más que varias de las atletas contra las que compite.

Así que jueces, rivales, entrenadores, voluntarios y periodistas, el único público presente en el gimnasio Ariake, despidió puesto en pie y con aplausos a la gimnasta uzbeka que debutó en Barcelona 1992, cinco años antes de que naciera Simone Biles, la estrella de Estados Unidos con quien compitió en Tokio.

En 2002 a su hijo le diagnosticaron leucemia. En Uzbekistán no podría conseguir el tratamiento que necesitaba, Oksana se mudó con él y su marido a Alemania. Decidió volver a competir para poder juntar la plata necesaria para el tratamiento.

Lograron juntar el dinero gracias a lo ganado en competencias y a la ayuda de organizaciones de gimnasia que recaudaron fondos para ayudarla. Ya no paró. Hasta Tokio.

Tras comprobar que la nota de sus dos intentos (14.166) no le daría para entrar en la Final, dijo adiós a las gradas y dibujó un corazón con las manos en señal de despedida.

Las jueces comenzaron a ovacionarla y se les unió todo el pabellón.

Chusovotina compitió con un gran número 8 en el maillot.

La gimnasta, que comenzó su andadura olímpica en Barcelona ’92 como miembro del Equipo Unificado, participó solo en su gran especialidad, el salto.