Columna: El no retener a Dudley fue una ‘locura’ y un golpe para las aspiraciones de campeonato de Lakers
Los jugadores y entrenadores de los Lakers saben que Jared Dudley jugó un papel crítico, y es un gran riesgo dejarlo ir mientras el equipo agrega a Russell Westbrook.
Apenas jugaba, pero su pasión se veía en cada jugada.
Era el último en el banquillo, pero la voz más fuerte en el vestuario.
En un equipo veterano de personalidades diferentes, él era el complemento. En medio de una temporada complicada y llena de interrupciones, fue su inspiración.
Mantuvo a sus dos superestrellas alineadas, evitó que sus compañeros se sintieran solos, y finalmente incluso les ayudó a ganar un campeonato.
Así que, para un equipo de los Lakers al que llevó durante dos temporadas desde las sombras, ¿cuánto crees que vale un tipo como Jared Dudley?
Aparentemente no mucho.
Tras ser rechazado en sus esfuerzos por volver para una tercera temporada -habría jugado con un contrato no garantizado-, Dudley anunció repentinamente esta semana que se retira para aceptar un trabajo como uno de los principales asistentes de los Mavericks de Dallas de Jason Kidd.
Y así, un verano lleno de adquisiciones de titulares termina con una gran pérdida.
Dudley jugó un total de 81 minutos la temporada pasada, pero su impacto fue eterno. Anotó un total de 74 puntos en dos temporadas, pero sus aportaciones intangibles fueron incontables.
“Pensé que iba a volver a los Lakers”, dijo Dudley, de 36 años, en una entrevista telefónica. “Esto es una locura”.
Es tan absurdo que nada menos que LeBron James enloqueció, expresando su incredulidad en Twitter tras conocer la noticia.
“¡Felicidades a mi amigo si esto es cierto, que [es] probablemente! ¡¡¡Pero hombre!!! F-”, tuiteó James, añadiendo más tarde: “¡Perdón por mi lenguaje, pero sigue doliendo!!! Por muchas razones que no entenderían”.
James lo ama. Anthony Davis lo quiere. Russell Westbrook lo quería. Dudley podría haber ocupado una de las tres plazas disponibles en la plantilla o formar parte del cuerpo técnico. Habría sido relativamente barato. Podrían haberlo despedido en cualquier momento.
Sin embargo, Rob Pelinka y Kurt Rambis no quisieron hacerle un hueco.
Aunque Pelinka no estaba disponible para hacer comentarios, los directivos de los Lakers quisieron transmitir su más profundo respeto y admiración por Dudley, de quien dijeron que siempre formará parte de la familia de los Lakers.
Parece que no lo querían como jugador porque consideraban que, con su equipo envejecido, necesitaban una energía más juvenil. Al parecer, nunca discutieron la posibilidad de que se retirara y se convirtiera en entrenador.
“Obviamente, LeBron y AD querían que volviera”, dijo Dudley. “Pero no pudimos convencerlos”.
Cuando Dudley decidió que se retiraría, no le costó mucho convencer a Kidd. Como asistente de los Lakers, Kidd vio a Dudley hacer su juego en la retaguardia durante sus dos temporadas aquí. Se hizo con él en unos cinco segundos. Dudley se sentará en la primera fila del banquillo de los Mavericks. Comenzará una carrera en los banquillos que seguramente acabará con él como entrenador en algún lugar.
Esa carrera debió haber continuado aquí y seguir siendo un Laker. ¿Quizá James podría haber hecho un poco más de presión? ¿Tal vez Pelinka podría haber escuchado un poco más?
“Nadie me debía nada, Rob y Kurt fueron honestos y directos, nada más que respeto y gratitud para ellos y Jeanie [Buss], estaré siempre agradecido por la oportunidad que me dieron”, dijo Dudley. “Pero quería volver. Pensé que podría ayudar al equipo, especialmente teniendo tantos jugadores nuevos, pero entiendo que querían tener más jóvenes”.
Dudley estaba siendo amable. Es difícil entender que los Lakers piensen que más joven es mejor que más inteligente, que la edad pesa más que la experiencia.
Durante las dos últimas temporadas, Dudley fue una parte tan importante del dúo LeBron-AD que la gente del equipo se refería a ellos en broma como el Big Three. Los mantenía conectados, no temía desafiarlos a jugar juntos, se sentaba con ellos en interminables sesiones de cine y saltaba sobre ellos durante innumerables tiempos muertos.
“Dudz es uno de esos tipos, no importa lo que el equipo necesite... está listo para lo que sea”, dijo James este invierno. “Es un diamante en bruto para un equipo campeón”.
Hmmm, ¿alguien cree que este tipo de entrenador sería aún más valioso este año con el volátil Westbrook añadido a la mezcla?
“Hablé con Rob y Kurt, les di las gracias además les comenté, que están valorando más la juventud que un tipo con presencia en el vestuario”, dijo Dudley. “Les dije: ‘Les respeto por hacer eso, pero creo que se están equivocando’”.
La mitad de los jugadores de los Lakers fueron reclutados por Dudley. Varios jugadores más jóvenes fueron tutelados por Dudley. Después de que Kyle Kuzma fuera traspasado a principios de este mes, alguien en Twitter le pidió que citara a su mejor compañero de equipo, y él respondió: “Duds”.
Explicó Dudley: “Cuando la gente dice que soy una presencia en el vestuario, mi trabajo era mucho más que una presencia en el vestuario. Eres un consejero, un experto en relaciones. ... Soy el intermediario que lo une todo”.
Su mejor momento de liderazgo ocurrió después de que los Lakers sufrieran una dramática derrota en el quinto partido ante Miami en las Finales de 2020. Mientras que el entrenador Frank Vogel tuvo que andarse con pies de plomo en torno a su agotado equipo, Dudley saltó poderosamente a la cara de todos y les hizo responsables de no haber hecho un esfuerzo por el título.
“Fue la sesión con más adrenalina que hemos tenido, fue el único entrenamiento en el que nadie habló con los demás, los jugadores estaban enfadados. ... Les llamé la atención, dije que no podemos tener estos errores”, recordó Dudley. “Frank Vogel tiene que andar con pies de plomo, pero yo no. Puedo ponerme con cualquiera y ellos saben qué clase de tipo soy y no se lo toman como algo personal”.
¿Saben qué tipo de persona es? Es un tipo de Derek Fisher de 2007. Ese fue el año en que los Lakers trajeron de vuelta a Fisher de Utah, en parte porque su tranquila presencia veterana conectaría al resto del vestuario con el cada vez más distante Kobe Bryant. Y funcionó. Los Lakers unidos llegaron a tres finales seguidas y ganaron dos campeonatos.
Dudley mantiene ese tipo de influencia. Con su sonrisa insistentemente gigante y su enfoque implacablemente honesto, Dudley une a la gente.
Es Dudley quien trabajó en gimnasios oscuros con veteranos en rehabilitación. Es Dudley quien celebró sesiones a medianoche con jóvenes con problemas. Fue Dudley quien sufrió una grave lesión de rodilla la temporada pasada y, sin embargo, asistió a todos los partidos y animó desde el banquillo.
No solo ha hecho eso durante los dos últimos años. Ha sido así durante toda su carrera de 14 años, que incluyó paradas en Milwaukee y Phoenix, donde fue mentor de las dos estrellas de las Finales de la NBA de ese verano, Giannis Antetokounmpo y Devin Booker.
“Aunque un aficionado no lo sepa, esos jugadores, entrenadores y el equipo, lo saben”, dijo Dudley. “Entienden el valor de lo que hago”.
Cuando su carrera se estaba acabando, le explicó ese valor a su hijo pequeño Justus cuando el niño le preguntó a su padre por qué seguía trabajando tan duro cuando no estaba jugando.
“Le dije: ‘Mi tiempo ha terminado, pero todavía tienes que ayudar al equipo de alguna forma”, indicó. “Fue un honor cumplir ese papel”.
Ese honor alcanzó su punto álgido cuando Dudley estuvo en el partido durante los últimos segundos de la victoria de los Lakers en el sexto partido por el título contra Miami.
“Nunca olvidaré estar en la cancha cuando lo ganamos todo”, expresó.
¿Y qué hizo? ¿Qué creen que hizo?
Siendo Jared Dudley, corrió directamente a los brazos de otros Lakers, dejándose llevar por la alegría del campeonato que él mismo creó.
“Solo buscaba abrazar a mis compañeros”, recordó. Echarán de menos ese próximo abrazo de campeón.
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