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Qué vergüenza para los Lakers: reciben lo que se merecen por ser un equipo mediocre

El entrenador de los Lakers, Frank Vogel
El entrenador de los Lakers, Frank Vogel, observa el juego del equipo contra los Pacers de Indiana el miércoles en el Crypto.com Arena.
(Gina Ferazzi/Los Angeles Times)

Los Lakers confirmaron su identidad como un equipo mediocre con grandes problemas causados ​​por una mala gestión grave, escribe el columnista del L.A. Times Bill Plaschke.

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Qué vergüenza para los Lakers.

Vergüenza para ellos por convertir una temporada mágica de campeonato en un espectáculo de payasos incesante.

Vergüenza para ellos por pasar los últimos 15 meses deconstruyendo su reconstruida credibilidad y permitiendo que se desmoronen de nuevo en el mismo desastre de siempre.

Magic Johnson desgarrándose desde los asientos baratos. Kurt Rambis metiendo las narices donde no debe. Un entrenador siendo públicamente criticado y probablemente despedido. Estandartes elevados oscurecidos por los trapos sucios.

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¿Recuerdan que en abril de 2019 Johnson renunció abruptamente como presidente de los Lakers, enviando a la organización a semanas de confusión y vergüenza? Rob Pelinka fue ridiculizado, Kurt y Linda Rambis fueron despedazados, y el asiento del entrenador pronto fue barrido.

Todo está ocurriendo de nuevo.

Tras una humillante derrota por 111-104 ante los Pacers de Indiana el miércoles por la noche en el Crypto.com Arena, los Lakers confirmaron su identidad como un equipo mediocre con grandes problemas causados por una grave mala gestión, y no hay una solución fácil a la vista.

“No me siento asediado”, dijo el entrenador Frank Vogel antes del partido.

Él está bajo asedio. Las cosas malas comienzan con su situación. Los Lakers se preparan para convertirle en el chivo expiatorio de los errores de los jugadores. Es solo cuestión de tiempo. Podría ser despedido esta semana, o la próxima, o en algún momento del próximo mes, o esta primavera, pero casi seguro que será destituido por ser incapaz de conectar una serie de puntos desajustados en un equipo que debía ser un serio aspirante al campeonato.

No es ni remotamente su culpa, pero ¿qué van a hacer Pelinka y Rambis, despedirse a sí mismos? Para salvar sus puestos, sacrificarán voluntariamente al entrenador del campeonato de 2020 como si de repente hubiera olvidado cómo entrenar. Traicionarán a uno de los genios ofensivos de la liga a pesar de que este equipo necesita desesperadamente mejorar en defensa. Despedirán a un buen entrenador para proteger sus malas ideas.

Esas ideas se manifestaron en el último cuarto del partido del miércoles contra un equipo perdedor que se ha ido superando. Los Pacers derrotaron a los Lakers por 11 puntos contra una alineación que no defendió, no atacó, no pensó y no pudo acoplarse.

Vogel tardó en atender a los medios de comunicación. Caminó lentamente desde los vestuarios hasta la sala de entrevistas. Mantuvo la cabeza baja.

“Esta es definitivamente una derrota decepcionante, con un equipo sub-.500 en nuestra cancha, sentimos que deberíamos haber ganado, tienes ser el vencedor en el juego que sientes que deberías ganar”, dijo Vogel.

Vogel no metió al juego a la celebrada adquisición Russell Westbrook en el tiempo decisivo, sentándolo en el banquillo durante los últimos 3:52, una medida que llevó a Westbrook a dejar la cancha y dirigirse a los vestuarios en los últimos ocho segundos.

“Metí a los jugadores que pensaba que iban a ganar el partido”, dijo Vogel.

Lakers forward LeBron James questions a technical foul called on forward Carmelo Anthony.
El alero de los Lakers, LeBron James, cuestiona una falta técnica señalada al alero Carmelo Anthony en el último cuarto del partido en el Crypto.com Arena el miércoles.
(Gina Ferazzi/Los Angeles Times)

Esto no hará que Vogel se gane la simpatía de la administración que está esperando la mejor oportunidad para despedirlo.

Ya le han avergonzado al hablar en privado de su situación tanto que sus pensamientos han llegado a los medios de comunicación. Ahora Rambis, que tiene una gran influencia en la operación de baloncesto junto a su esposa Linda, está avergonzando aún más a Vogel al entrar a las reuniones diarias del entrenador.

“Es saludable”, dijo Vogel sobre su relación con la oficina administrativa.

No es saludable, es poco profesional, y todo apunta a que Rambis está trabajando para volver a ocupar un lugar en el banquillo con el cuerpo técnico, un lugar en el que nunca ha encajado.

“Todos están trabajando juntos para no dejar ninguna piedra sin mover en términos de conseguir que esto vaya en la dirección correcta”, dijo Vogel.

Ese es el problema. Desde que ganaron un campeonato en 2020, han volteado tantas piedras que el otrora suelo sagrado bajo las zapatillas de los Lakers está irreconocible.

Piense en esto: Solo tres jugadores de la actual plantilla de los Lakers han permanecido de forma continua en el equipo desde la consecución del título de 2020: LeBron James, Anthony Davis y Talen Horton-Tucker.

Entonces, ¿Jeanie Buss, por qué permites que destrocen al campeón en 15 meses?

Ahora piense en esto: La temporada pasada los Lakers estaban 28-13 antes de que las lesiones acabaran por condenar su esperanza de repetir, sin embargo, actualmente solo cuentan con esos mismos tres jugadores de aquel equipo.

Vamos, Jeanie Buss, ¿permites que un equipo ganador salte por los aires por un esguince de tobillo?

La lista de jugadores que Pelinka mandó a paseo en los dos años transcurridos desde el campeonato hace que un aficionado de los Lakers se estremezca: Kyle Kuzma, Kentavious Caldwell-Pope, Alex Caruso, Danny Green, Montrezl Harrell, Markieff Morris y Wesley Matthews.

La lista de jugadores de apoyo que está actualmente en la plantilla hace que los fans de los Lakers se estremezcan aún más: Russell Westbrook, Malik Monk, Carmelo Anthony, Kent Bazemore, Wayne Ellington y DeAndre Jordan.

El entrenador de los Lakers, Frank Vogel
El entrenador de los Lakers, Frank Vogel, se baja la mascarilla para gritar jugadas a su equipo en un partido contra los Pacers de Indiana.
(Gina Ferazzi / Los Angeles Times)

¿Y esto es culpa de Frank Vogel?

“Me siento bien con lo que estamos haciendo con nuestro equipo”, dijo Vogel antes del partido. “No siempre me siento bien con el resultado, pero creo en lo que podemos hacer este año”.

No están haciendo nada este año. Incluso con la probable vuelta de Davis la semana que viene tras otra larga ausencia por lesión, se encuentran demasiado mal construidos para sobrevivir más de una o dos semanas en la postemporada.

Con la excepción del siempre joven James, no tienen ninguna posibilidad de conseguir el campeonato, y eso incluye a Davis, que no puede mantenerse lo suficientemente sano como para ser la piedra angular que tanto necesita el equipo.

No tienen los bienes para hacer un intercambio, tampoco los grandes contratos que expiran para realizar un gran movimiento en la temporada baja. El espectáculo de payasos podría continuar hasta la primavera de 2023.

Las palabras de Magic Johnson en el infame tuit del sábado son ciertas, con una excepción.

“Los fanáticos de los Lakers pueden aceptar ser superados, pero nos merecemos algo más que la falta de esfuerzo y el nulo sentido de la urgencia”, tuiteó Johnson. “Propietaria del equipo Jeanie Buss, te mereces algo mejor”.

No, al respaldar a una oficina administrativa que ha dado tumbos en los últimos 15 meses, Buss está recibiendo lo que se merece.

Frank Vogel no.

Normalmente, cuando un entrenador parece estar a punto de ser despedido, los aficionados corean su despido. El miércoles por la noche no hubo esos coros.

Simplemente abuchearon y se marcharon antes de tiempo. Muy inteligente de su parte, que vergüenza para los Lakers.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí.

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