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A pesar de tener cincuenta años asistiendo a los partidos de los Lakers, se alegra que no pasen a los Playoffs

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Los Lakers se perderán los playoffs por sexta temporada consecutiva, y quizás no haya nadie más contento con esta cuestión que uno de sus veteranos asistentes para toda la temporada, Jimmy Goldstein.

Si no conoce a Goldstein por su nombre, ciertamente lo ha visto en la cancha durante años. Es el caballero mayor que está sentado en la línea de base, junto al banco de visitantes, vestido con chaqueta, pantalones y botas de cuero, bufanda y un sombrero de piel de pitón hecho a medida que cubre su cabello cano y encrespado.

Goldstein, de 79 años, ha sido una figura de la cancha en los juegos de los Lakers desde que se mudó a Los Ángeles, en 1962 -dos años después de que el equipo llegara a la ciudad, desde Minneapolis-, y también en los partidos de los Clippers, desde que la franquicia se trasladó a L.A. desde San Diego, en 1984.

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Él mismo estima que asiste a más de 100 juegos por año, incluidos casi todos los cotejos en casa de los Lakers y los Clippers, en el Staples Center. Goldstein ha tenido un asiento de primera fila durante la mayor parte de los momentos clave en la historia de los Lakers, pero no le importa si no vuelve a ver otro.

“Soy un gran fan de los Clippers y siempre he estado en contra de los Lakers”, dijo Goldstein antes de enterarse de la victoria de los Clippers sobre los Pacers, el pasado martes. “Siempre apoyo al equipo visitante.

En todos los lugares a los que voy, en todo el mundo, la gente se me acerca y me dice: “¡Vamos, Lakers!”. Yo les respondo: “No soy un fanático de los Lakers”. Se sorprenden y dicen: ‘¿Pero vas a todos los juegos?’ Yo contesto: ‘Sí, para ver baloncesto, no para alentar a los Lakers’”.

Goldstein, quien acredita su bienestar económico a “inversiones en propiedades que resultaron razonablemente bien”, estima que gasta más de $500.000 por temporada en boletos de la NBA. Durante la primera y segunda ronda de los playoffs, viaja todos los días y está en primera fila en un juego de postemporada cada noche.

Para cuando terminen los playoffs, estima, habrá asistido a unos 35 partidos, incluidos todos los juegos de las finales de la NBA. No le importa viajar más ahora que los Lakers han estado fuera de los playoffs en los últimos años.

De hecho, prefiere viajar para ver ganar a un pequeño equipo, que ver a los Lakers alzarse con otro campeonato. “No crecí en Los Ángeles, así que cuando vine aquí no sentí ninguna compulsión repentina por alentar a los Lakers, cuando nunca lo había hecho antes”, expresó.

“También me gusta alentar a los más débiles, y no me agrada hacer lo mismo que la mayoría.

Los Lakers han tenido todo demasiado fácil a lo largo de los años. Han tenido una gran ventaja sobre otros equipos; siempre han conseguido jugadores estrella de otras franquicias, ya sea Wilt Chamberlain, Kareem Abdul-Jabbar, Shaquille O’Neal o ahora LeBron James.

Han tenido una gran ventaja sobre los clubes de ciudades pequeñas. Ello me motivó a alentar a los otros equipos. Además, los fanáticos de los Lakers se toman todo tan personal a favor del equipo, que prefiero alentar en contra de ellos”.

Es difícil imaginar que otro asistente leal para la temporada de los Lakers -y mucho menos que haya estado allí durante casi 50 años- sienta tanta alegría ante las dificultades de la franquicia como Goldstein.

Una gran sonrisa se dibujó en su rostro, normalmente impávido, cuando se le informó que el equipo quedó fuera de los playoffs sólo cinco veces desde 1949 hasta 2013, antes de esta racha difícil.

“Tengo que reírme de los problemas de los Lakers; pierden los playoffs por seis años seguidos y ni siquiera terminan cerca de .500”, expresó Goldstein. “Sus fanáticos se lo merecen”.

El equipo XFL de Los Ángeles aún no tiene nombre, logotipo o entrenador, pero dará un gran primer paso en la dirección correcta este jueves, cuando se anuncie a Heather Brooks Karatz como su presidenta. Karatz fue vicepresidenta ejecutiva y consejera general de LAFC hasta el pasado miércoles, cuando renunció en pos de esta nueva oportunidad.

Lo que LAFC logró hacer en esta ciudad como una franquicia de expansión ahora es una guía para todos los demás equipos que ingresan al mercado y, francamente, para muchos equipos que no lograron un compromiso profundo con la comunidad. Karatz será responsable de la relación de los fans con el equipo y las operaciones comerciales.

“Uno de los componentes fundamentales para el éxito de LAFC ha sido escuchar a nuestros seguidores y a nuestros partidarios, y eso es lo que voy a hacer con el equipo XFL de L.A.”, aseveró Karatz el pasado miércoles. “Queremos trabajar con ellos y darles una voz en todo el proceso, para asegurarnos de que sienten que este es su equipo y que son parte del auténtico crecimiento del grupo. Estamos creando un nuevo equipo, una nueva liga y una nueva experiencia para los fanáticos en el mercado de L.A.”

La liga XFL comenzará a jugar en febrero de 2020, y el equipo angelino de la XFL jugará en el Dignity Health Sports Park (anteriormente llamado StubHub Center) poco después de que los Chargers tengan su último partido allí. No sé qué tan exitoso será el tercer equipo profesional de fútbol americano de L.A., pero tienen una buena oportunidad con Karatz al mando.

No me convencieron cuando nombraron a Jeffrey Pollack como presidente y director de operaciones de la XFL. Pollack fue director de mercadotecnia y estrategia de los Chargers durante su mudanza a Los Ángeles, que no podría haberse manejado de peor forma. Desde el logotipo copiado de L.A., que fue desechado en 24 horas, hasta el muy difamado lema “Fight for L.A.” (lucha por L.A.), todo fue un desastre. Pero le doy a Pollack el mérito de haber elegido a la persona adecuada para liderar al próximo equipo de fútbol americano que hará de Carson su hogar.

“Sin hacer de esto una cuestión sobre lo que cualquier otro equipo ha hecho o no, creo que desde nuestro punto de vista apreciamos que este equipo nacerá y crecerá en L.A.”, aseguró Pollack. “Será totalmente auténtico y original para Los Ángeles”.

Después de que Kyle Busch empató el récord de Richard Petty en el NASCAR, con su victoria número 200 en su carrera del pasado domingo, en el Auto Club 400 en Fontana, no pudo evitar pensar en su primer triunfo, el 4 de septiembre de 2005, que también tuvo lugar en el Auto Club Speedway. “La mejor parte de esto es que se trata de la misma pista en la que obtuve mi primera victoria. Es un poco raro haber logrado mi primer triunfo aquí, y luego también mi ducentésima victoria”, dijo Busch. “Uno enmarca las primeras 200 victorias en la misma pista. Es algo único. No importa cuándo o dónde sucedió, pero está bien que haya ocurrido de esta manera. Es casi surrealista”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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