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Memphis, la última batalla de King, sigue anclada en la pobreza de los 60

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EFE

Memphis, la ciudad donde hace 50 años fue asesinado Martin Luther King, parece congelada en el tiempo: calles vacías, edificios descuidados y una media salarial que para los negros sigue como hace medio siglo, un 50 % por debajo de la de los blancos.

En marzo de 1968, King viajó a Memphis para solidarizarse con la huelga de trabajadores de la basura, quienes luchaban por un salario digno, un paso previo para subrayar su nuevo caballo de batalla, la Campaña contra la Pobreza.

El trato desigual a los trabajadores afroamericanos respecto a los blancos, los bajos salarios y la falta de beneficios eran parte fundamental de los problemas de justicia económica que vivía Estados Unidos hace medio siglo.

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Sin embargo, cinco décadas después, al cumplirse el aniversario de su muerte, la ciudad donde el Nobel de la Paz (1964) dio su última pelea antes de ser asesinado no ha experimentado el progreso por el que dio su vida.

A pesar del aumento de los índices de afroamericanos empleados en trabajos cualificados, los ingresos medios de los negros son como media un 50 % más bajos que los de los blancos en el condado de Shelby, al que pertenece la ciudad, según un informe publicado por el Museo Nacional de Derechos Civiles (NCRM, inglés) y la Universidad de Memphis con motivo de la efeméride.

Y es que en 2016, alrededor del 8 por ciento de la población blanca de la zona vivía en condiciones de pobreza, mientras que el porcentaje entre los afroamericanos era de un 29 %.

El estudio indica cómo la pobreza entre los ciudadanos afroamericanos en el condado se redujo después del movimiento de derechos civiles impulsado por King, en el último tramo del siglo XX, pero con el nuevo milenio, el número de negros bajo el umbral de la pobreza volvió a aumentar.

“La pobreza en EEUU sigue disminuyendo, pero está aumentando en toda el área de Memphis. (La ciudad) ha logrado el desafortunado primer puesto como la más pobre de todo el país y la que sufre mayor pobreza infantil”, explicó Elena Delavega, principal autora del estudio.

A principios de siglo, alrededor de un 35 % de los niños afroamericanos de la zona vivía en la pobreza, pero desde entonces, según los datos del informe, el índice ha ido aumentando paulatinamente hasta rozar el 50 %, mientras que la pobreza infantil entre los blancos es cuatro veces menor, con apenas un 11 %.

“No podemos excluir a la mitad de nosotros y esperar que nuestra comunidad esté bien. Porque no lo está. Así que hay mucho trabajo por hacer. (Lo más importante) es ¿qué estamos haciendo con esos salarios?”, agregó Delavega durante la presentación del informe en el marco de los actos de conmemoración.

Otro dato preocupante que arrojan las estadísticas es el del desempleo, y la sorprendente constatación de que tras la aprobación de la Ley de Derechos Civiles en 1964, el desempleo entre los afroamericanos en el condado de Shelby, lejos de disminuir, ha aumentado.

“Es difícil explicar por qué esto es así, ya que el desempeño educativo ha aumentado en el mismo período. Pero es posible que la alta tasa de desempleo para los afroamericanos esté asociada con la guerra contra las drogas en la que los afroamericanos han sido desproporcionadamente blanco de arrestos”, apunta el estudio.

La tasa de encarcelamiento para los afroamericanos se ha incrementado un 50 % desde 1980, mientras que la de encarcelamiento de los blancos ha disminuido ligeramente, por lo que “no hay duda” de que este fenómeno ha tenido un impacto crucial en la incidencia del desempleo entre los hombres afroamericanos.

Kenneth Robinson, presidente y director ejecutivo de la organización United Way of the Mid-South, dedicada a combatir la pobreza en la región, fue contundente durante la presentación del informe: “Es la historia de una ciudad estancada”.

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