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Detrás de la historia: Inspirada en el distrito de la Piñata, compartí un tweet que se hizo viral

Candelario Padilla, de 85 años, vende elotes, una de las ofertas favoritas del mercado callejero del distrito de la Piñata en el centro de Los Ángeles
(Silvia Razgova)
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Mientras crecía, hubo cosas de mi mamá que nunca cambiaron, como la forma en que nos llevaba de compras al centro de la ciudad en el viejo Toyota Corolla, y tomaba una vuelta equivocada, dejándonos terriblemente perdidos.

Así fue que nos topamos con muchos de nuestros lugares favoritos en el centro de Los Ángeles - el Mercado de las flores, el distrito de telas y los callejones, conocido por todos como Santee Alley.

Así fue que descubrimos un día el distrito de la Piñata. Para una numerosa familia inmigrante salvadoreña como la mía, fue muy bienvenido encontrar una fuente abundante y de bajo costo de piñatas, dulces y artículos para fiestas. Décadas más tarde, el colorido pasillo cerca de Olympic Boulevard y Central Avenue es donde todavía hoy voy a abastecerme para las fiestas de mis hijos.

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Un sábado reciente, vagaba por Olympic Boulevard en busca de una piñata de Paw Patrol cuando pensé que sería bueno detenerme y compartir este lugar con otros.

El distrito de la Piñata, después de todo, es mucho más que una bodega de artículos para fiestas. Todos los fines de semana, en la acera, se instala uno de los mercados de alimentos más tentadores de la calle y miles de personas acuden en masa. A lo largo de varias calles, numerosos paraguas y un arcoíris de lonas multicolores crean un túnel circense lleno de los sonidos de la cumbia y el merengue, y de todo tipo de comida mexicana y centroamericana: pupusas, plátanos, tacos, pambazos, burritos, birria.

Esa tarde saqué mi teléfono celular y grabé unos momentos del mercado, luego publiqué los videos en Twitter. En pocos momentos, mis mensajes se volvieron virales, llegando a tener 1,5 millones de visitas. Cientos de personas me escribieron de repente, muy ‘hambrientas’:

¡Se me hace agua la boca! ¿Puedo ir este fin de semana?

¿Cómo es que nunca había oído hablar de este lugar?

Parece que necesitamos un recorrido por el distrito de la Piñata cuando vayamos a L.A. en julio.

Días después, la gente todavía me preguntaba sobre la comida, así que hice lo que cualquier periodista respetable haría. Decidí escribrir acerca del mercado. Pasé varios fines de semana aprendiendo sobre la comida, los vendedores y sus vidas, las reglas no escritas con las que viven para proteger su territorio y sus recetas.

También hablé con muchos clientes - familias que llegaban a comprar para una fiesta, luego ir a almorzar, o después de la iglesia para una comida festiva dominical con sus hijos, primos, tías y abuela.

“El momento en que entro en este lugar, me recuerda a mi hogar”, me dijo Robert Villalobos. El camionero de FedEx de Bell Gardens trae a su esposa e hijos al distrito de la Piñata todo el tiempo para disfrutar del ambiente y comer algo en su puesto favorito.

El mercado callejero del distrito de la Piñata creció en las últimas dos décadas de manera orgánica en torno a los productos existentes, el suministro de fiestas y el mercado doméstico (Silvia Razgova / For The Times).

Algunos clientes son tan leales a ciertos vendedores que traen grandes platos de plástico de casa para cargar tacos y salsa. Y si los encargados de aplicar el código municipal aparecen repentinamente en la escena para multar a los vendedores y quitarles sus pertenencias, algunos clientes ayudan a los vendedores a cargar sus camionetas para que escapen.

“He tenido que actuar rápido y hacerlo varias veces”, dijo Maggie Díaz de Gardena.

La venta de comida que se realiza en el distrito de la Piñata, después de todo, no está aprobada por la ciudad. Dejó de ser ilegal a principios de este año, pero hay muchas violaciones de los códigos que podrían ser impuestas por las autoridades en cualquier momento, por lo que los vendedores están eternamente atentos.

Es un baile que ha durado décadas en todo Los Ángeles - con vendedores de fruta en el lado Este, taqueros en el Valle, vendedores de tamales alrededor del Parque MacArthur.

El distrito de la Piñata es único, dada la alta concentración de vendedores que se apiñan en la acera y el interminable tráfico peatonal. El boom-boom de las quebraditas y de Cardi B sonando por los altavoces convierte el pasillo en una gran fiesta en el patio trasero, en la que las mujeres te cortejan con sus menús.

Fue aquí donde encontré algunos personajes fascinantes como los Cheese Cowboys, Churro Boy y el Abuelo del Maíz.

También encontré a El Chapo, un tipo con diamantes en los dientes, considerado por muchos, como un líder en el mercado.

Vende aguas frescas de horchata, jamaica y piña, todas ellas elaboradas con ingredientes secretos.

“Tengo mucha competencia aquí”, me dijo. “Así que cuido todas mis recetas con mi vida”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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