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Con su empresa de seguridad fronteriza, el fundador de Oculus entra en el debate de la tecnología militar

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Un viernes por la tarde a finales de julio, una multitud de técnicos, militares y algunos civiles se reunieron en el nuevo cuartel general de Anduril Industries, en Irvine , una nueva empresa de tecnología de defensa, para degustar margaritas de jamaica y admirar las torres de sensores y los drones teledirigidos de fibra de carbono que se exhibían.

Dave Brubeck hizo sonar el sistema de sonido, y el código de vestimenta casual fue ratificado por el estilo pop del rojo brillante de un sombrero solitario con la frase”Make America Great Again” que se encontraba junto al área de tacos.

Corrección:

4:46 a.m. jul. 27, 2019An earlier version of this story incorrectly stated that Anduril’s Lattice system could incorporate audio data from microphones, and that the company, rather than the U.S. Marine Corps, announced its new contract.

Después de una hora de socializar entre equipos de vigilancia, el fundador de la empresa y casi millonario, Palmer Luckey, de 26 años, montó un escenario para el corte de la cinta de inauguración.

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Luckey había querido usar la espada homónima de la compañía -un arma legendaria en “El Señor de los Anillos”, blandida por el héroe Aragorn- para la ceremonia. Una réplica del accesorio de utilería de la película cuelga de la pared de la oficina, dramáticamente iluminada con una bombilla púrpura. Pero Luckey acababa de regresar de su luna de miel y no había tenido tiempo de afilarla.

Armado en cambio con unas grandes tijeras, y vestido con su característico uniforme de camisa hawaiana, pantalones cortos y chanclas, hizo un pequeño discurso ante el público.

“Anduril significa Llama del Oeste y creo que eso es lo que intentamos crear. Estamos tratando de ser una compañía que represente no sólo la mejor tecnología que la democracia occidental tiene para ofrecer, sino también la mejor ética, la mejor democracia, los mejores valores que todos tenemos”.

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A lo largo de tramos remotos de la frontera México-Estados Unidos, y en los perímetros de bases militares alrededor del mundo, la visión de Luckey ya se está haciendo realidad. Aduanas y Protección Fronteriza está utilizando la red de vigilancia de alta tecnología de Anduril como un “muro virtual” de torres de centinelas interconectadas y alimentadas por baterías que pueden alertar a los agentes de actividades sospechosas, y la compañía ha firmado acuerdos similares con las ramas militares de Estados Unidos y del Reino Unido.

Si este tipo de misiones representan lo mejor de los valores occidentales es un debate que preocupa a las empresas más grandes de Silicon Valley. En las principales compañías de software como Google, Amazon, Microsoft y Salesforce, los empleados condenan enérgicamente la participación de sus industrias en la investigación militar. La controversia llegó incluso al minorista de muebles en línea Wayfair, donde los empleados organizaron una huelga para protestar contra la venta de camas a los campamentos fronterizos.

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Luckey, quien se ha convertido en una de las figuras más conservadoras de la industria de la tecnología, ha acogido con satisfacción esta batalla. Bajo su bandera, Anduril es una empresa de nueva creación respaldada por capital de riesgo que se ha unido orgullosamente a las filas del complejo militar-industrial.

Al igual que Peter Thiel, cuyo Fondo de Fundadores lideró inversiones en la firma por un total de $58.5 millones, Luckey es un partidario público del presidente Trump. En un artículo de opinión publicado en Washington Post el verano pasado, Luckey y Trae Stephens, socia del Fondo de Fundadores y presidenta de Anduril, defendieron la idea de que las empresas de tecnología de Estados Unidos trabajen más estrechamente con el gobierno para mantener una ventaja sobre Rusia y China, que identifican como los rivales clave de Estados Unidos para el dominio militar del siglo XXI.

En una conferencia celebrada a principios de julio, Thiel, quien sirvió en el equipo de transición de Trump en 2016, llegó a sugerir que la CIA y el FBI deberían investigar a Google por traición, por posiblemente ayudar a las fuerzas armadas chinas y, al mismo tiempo, rechazar al Departamento de Defensa.

Pero hay más que ideología detrás del abrazo de Luckey al ejército estadounidense, que tenía un presupuesto de $730 mil millones en 2019. Anduril espera seguir los pasos de otras dos empresas del Fondo de Fundadores: la compañía de software Palantir, que fue cofundada por Thiel y la cual vende capacidades analíticas de inteligencia a los organismos encargados de la aplicación de la ley y a la industria privada; y la firma de cohetes SpaceX de Elon Musk, que tiene contratos con las fuerzas armadas para lanzar satélites, y así entrar en la industria de los contratos de defensa, que durante mucho tiempo ha estado dominada por grandes fabricantes como Boeing, Raytheon y Lockheed Martin.

Hasta ahora el plan está funcionando. Desde que abrió sus puertas en 2016, Anduril ha contratado a más de 100 empleados y ha firmado varios contratos con proveedores. La compañía se negó a decir cuánto le pagaron por su programa piloto con Aduanas y Protección Fronteriza, pero los convenios que fueron recientemente descubiertos por el grupo de defensa de los derechos de los inmigrantes Mijente muestran que Anduril ha recibido más de $5 millones de la agencia a través de dos contratistas intermediarios llamados Govplace e Impres Technology Solutions.

La compañía también está fabricando sus propias torres y aviones teledirigidos autónomos para alimentar a Lattice, y ha contratado a Jamie Hyneman, ex anfitrión de “MythBusters”, para construir un prototipo de tanque de extinción de incendios, como primer paso hacia el uso de los sistemas de Anduril para combatir incendios forestales en el futuro. Luckey también se niega a descartar la construcción de armas en el futuro, pero por ahora la empresa se centra en perfeccionar el ojo que todo lo ve.

Al oponerse a proyectos militares avanzados, los empleados de compañías como Google, Amazon y Microsoft han argumentado que estos sistemas tan poderosos serán inevitablemente mal utilizados. Luckey cree que eso sólo retrasa el asunto: Los actores menos éticos ya están tratando de construir poderosos sistemas militares de inteligencia artificial y robótica, por lo que Estados Unidos necesita construirlos para protegerse de los desastres.

“Tenemos que darnos cuenta de que países como China están armando la inteligencia artificial y la están utilizando no sólo para crear estados policiales totalitarios en sus propios países, sino también para exportar esa tecnología a otros países que la van a emplear para construir sus propios estados policiales totalitarios”, dijo Luckey durante el corte del listón de inauguración. “Cuando se le da a un gobierno una tecnología realmente avanzada y no hay ninguna protección contra la forma en que se usa y tampoco un pensamiento sobre la ética que hay detrás de ella, se va a terminar construyendo un estado policial. Estados Unidos es un lugar muy diferente”.

“Hemos demostrado a lo largo de la historia que somos líderes en el uso de la tecnología de manera ética y responsable”, continuó Luckey. “Tenemos que seguir liderando, de la misma manera que lo hicimos con las armas nucleares, donde fuimos capaces de definir la forma en que se usaban porque éramos los guías en el espacio”.

Los críticos de Anduril no comparten la visión optimista de Luckey sobre el poder estadounidense. Mijente, el grupo de defensa de los derechos de los inmigrantes, publicó el miércoles un comunicado junto con los detalles de los contratos de Anduril con Aduanas y Protección Fronteriza y los Marines, calificándolo como parte de “un aparato de vigilancia donde los algoritmos son entrenados para implementar políticas racistas y xenófobas”.

“El modelo de negocio de Anduril se basa en contratos dirigidos a las comunidades de inmigrantes, aunque sabemos que lo que ocurre en la frontera llega muy rápidamente al interior. Cualquier persona en este país que se preocupe por los derechos humanos debería unirse a nosotros para pedir el fin de esta peligrosa vigilancia”, dijo Jacinta González, organizadora principal de la campaña de Mijente, en una declaración.

Palantir, también, ha enfrentado un creciente número de críticas, la más reciente de las cuales se refiere a informes que revelan que su software se utiliza para facilitar directamente las redadas de Inmigración y Aduanas en los lugares de trabajo.

La represión migratoria de la administración Trump y el duro trato a los inmigrantes son en general impopulares en Silicon Valley, pero la situación no ha impedido que Anduril contrate suficiente talento para llenar su nueva sede, que es considerablemente más grande. Aunque muchos de los nuevos empleados provienen de las industrias de defensa o seguridad, o de las fuerzas armadas, un número significativo de ellos dejaron sus empleos en empresas como Google, Blizzard, Apple y Juul.

Tampoco el abrazo de Luckey a la controversia ha asustado al capital. Tan pronto como cortó el listón en el escenario y la música volvió a sonar, grupos de hombres que habían volado desde Silicon Valley comenzaron a rodearlo a él y a sus compañeros ejecutivos de Anduril. Eran capitalistas de fondos de riesgo de primera clase que esperaban obtener una parte de la próxima ronda de recaudación de fondos, atraídos por la Llama de Occidente.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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