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¿Habrá una vacuna contra el coronavirus? Inovio afirma que diseñó una en San Diego

An official in protective gear stand guard outside the Hong Mei House in Hong Kong.
Un funcionario con equipo de protección hace guardia en una entrada al edificio residencial Hong Mei House, en Cheung Hong Estate, en el distrito de Tsing Yi, Hong Kong.
(Getty Images)
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Inovio Pharmaceuticals informó que produjo una vacuna preclínica para combatir el mortal coronavirus COVID-19, en su laboratorio en San Diego.

La compañía, con sede en Plymouth Meeting, Pensilvania, utilizó su plataforma tecnológica patentada con base en el ADN para crear una vacuna sintética, pocas horas después de obtener la secuenciación genética del virus.

Inovio no respondió a las llamadas telefónicas y correos electrónicos de este medio, en busca de comentarios. Sin embargo, en una entrevista con Yahoo! Finance, el viernes pasado, el presidente ejecutivo de la empresa, Dr. J. Joseph Kim, afirmó que esta apunta a probar su vacuna en EE.UU y China este mismo verano.

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“Inovio pudo moverse muy rápidamente gracias a nuestra plataforma de medicina de ADN, con la cual pudimos diseñar y fabricar nuestra vacuna sólo en función de la secuencia de ADN del virus”, expuso Kim. “También logramos convocar la financiación necesaria para ejecutar los ensayos rápidamente. Y estamos trabajando con diferentes fabricantes para manejar el tema según sea necesario”.

Aún así, la vacuna sintética de Inovio podría tardar años en aprobar las pruebas exigidas por los reguladores, antes de unirse a la lucha contra el nuevo brote de coronavirus COVID-19.

Hasta el viernes pasado había más de 63.000 casos de COVID-19 desde que el virus fue identificado, en diciembre en Wuhan, China. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1.383 personas fallecieron hasta ahora a causa de la enfermedad.

Las vacunas a menudo son sometidas a prolongados ensayos clínicos antes de ser consideradas suficientemente seguras para su uso. Debido a que hay datos limitados sobre la efectividad de las vacunas sintéticas, como las de Inovio, en comparación con las producidas de manera convencional, a veces se requiere aún más investigación para que los reguladores las aprueben.

Fundada a principios de la década de 1980, Inovio desarrolla tratamientos basados en el ADN para el cáncer y las enfermedades infecciosas. Su plataforma patentada desencadena potentes respuestas inmunes en el cuerpo para combatir ciertos virus y cánceres.

El mes pasado, Inovio anunció que recibió una subvención de $9 millones de Coalition for Epidemic Preparedness Innovation (CEPI) para desarrollar una vacuna contra el COVID-19.

“Consideramos la subvención como una validación de la colaboración continua de Inovio con CEPI y un indicador de que ese grupo cree que Inovio tiene una de las mejores soluciones modernas para tales brotes”, aseveró Jonathan Aschoff, analista de Roth Capital Partners.

CEPI es una asociación mixta pública/privada, financiada en parte por la Fundación Bill y Melinda Gates. Su misión es desarrollar vacunas para detener futuras epidemias.

La organización prometió anteriormente el aporte de hasta $56 millones para financiar el desarrollo de la vacuna de Inovio contra la fiebre de Lassa y el síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS, por sus siglas en inglés), que también proviene de una cepa de coronavirus. “Nuestra intención es aprovechar el trabajo sobre el Síndrome Respiratorio de Medio Oriente y la plataforma de respuesta rápida para acelerar el desarrollo de esta vacuna contra el COVID-19”, afirmó el director de CEPI, Richard Hatchett.

Inovio no es la única organización que trabaja en una vacuna contra el COVID-19. Gilead Sciences, de Foster City, que fabrica medicamentos contra el VIH, anunció que llevará a cabo ensayos relacionados con sus tratamientos existentes. AbbVie, con sede en Chicago, está combinando dos de sus medicamentos contra el VIH en ensayos con humanos, en China, con la esperanza de poner un freno al COVID-19.

En ambos casos, las empresas están probando medicamentos existentes en el mercado, aunque para tratar diferentes enfermedades. “Creo que la reutilización de drogas ya aprobadas es un gran camino pero, como la historia ha demostrado, una verdadera forma de contener un brote como este requiere de una vacuna efectiva y segura, y un amplio uso de ella”, afirmó Kim a Yahoo Finance.

Hay una gran cantidad de pequeñas empresas de biotecnología como Inovio que también intentan desarrollar una vacuna, aunque el alcance de sus esfuerzos aún no está claro.

La compañía de Pensilvania ya ha trabajado en inmunizaciones para emergencias de salud, incluidos los programas para el brote del Ébola y el Zika, hace unos cinco años. Si bien la firma sigue trabajando en ambas vacunas, estas continúan en la etapa de ensayos clínicos y aún no han salido al mercado.

En tanto, vacunas contra el Ébola han sido puestas a disposición por parte de otras compañías en ciertos países de África. En cuanto al Zika, hasta abril de 2019, no se había aprobado ninguna inmunización.

Para el coronavirus COVID-19, Inovio ha creado una coalición de socios con respaldo financiero para impulsar el desarrollo preclínico y las pruebas clínicas de fase uno en EE.UU este verano.

Al mismo tiempo, trabaja con Beijing Advaccine Biotechnology Co. para ejecutar una prueba inicial en China, en paralelo con las de EE.UU.

“Tras el brote de infección viral por Zika, Inovio y nuestros socios desarrollaron una vacuna que pasó de pruebas de laboratorio a un testeo en humanos en sólo siete meses, el desarrollo en su tipo más rápido registrado en las últimas décadas”, apuntó Kim en un comunicado. “Creemos que podemos mejorar aún más esta línea de tiempo acelerada para cumplir con el desafío actual”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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