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Trump reconoce que el número de muertos por coronavirus podría llegar a 100.000

El presidente Trump es entrevistado durante una reunión comunitaria virtual de Fox News en Washington.
(AFP via Getty Images)

El coronavirus podría matar a 100.000 personas, dice Trump, semanas después de predecir un menor número de víctimas.

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El presidente Trump ajustó la cifra proyectada de muertes por coronavirus de EE.UU, diciendo que los decesos podrían llegar a 100.000, incluso cuando desafió las advertencias de los principales expertos en salud pública y renovó sus llamados para una reapertura rápida de las empresas en todo el país.

Hablando en un evento de Fox News organizado en el Lincoln Memorial, Trump reconoció haber sido advertido a fines de enero sobre la amenaza que representa el virus, pero criticó a los funcionarios que, según dijo, entregaron su evaluación “de una manera practica –sin anticipar un gran problema”.

El domingo anterior, expertos en salud de dentro y fuera del gobierno advirtieron que el brote puede estallar más ferozmente en los próximos meses, incluso cuando muchos estados de EE.UU están procediendo para relajar las restricciones de quedarse en casa.

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Mientras tanto, varios de los gobernadores de la nación reconocieron que estaban caminando por la cuerda floja, por temor a brotes intensificados, incluso cuando algunos de ellos se embarcaron en reaperturas destinadas a aliviar la profunda angustia económica en sus estados.

A medida que aumentaba la cifra de muertos en Estados Unidos, la coordinadora en cuestiones de coronavirus de la Casa Blanca, la Dra. Deborah Birx, reconoció implícitamente que Trump, tan recientemente como el mes pasado, había sido demasiado optimista sobre el número de decesos.

En una entrevista en “Fox News Sunday”, Birx dijo que la administración continuó operando bajo la suposición de que el escenario más probable sumaría hasta casi un cuarto de millón de muertes, incluso con las medidas de cierre adoptadas hasta la fecha.

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“Nuestras proyecciones siempre han sido entre 100.000 y 240.000 vidas estadounidenses”, expuso. “Eso es con una mitigación completa, y nosotros practicando la distancia social”.

Como lo ha hecho durante semanas de sesiones informativas de la Casa Blanca sobre el virus y los esfuerzos para combatirlo, Trump usó su foro en Fox para promocionar su propia respuesta a la crisis del coronavirus y criticar a los demócratas, su predecesor, algunos gobernadores, los medios de comunicación y China, donde se originó el virus.

Hace sólo dos semanas, Trump predijo que 50.000 o 60.000 estadounidenses podrían morir. Pero el domingo, con un número que superó los 66.000, reconoció que los parámetros habían cambiado.

“Vamos a perder entre 75, 80 y 100.000 personas”, manifestó, calificando ese escenario como “horrible”.

Como lo ha hecho desde el comienzo del brote, el presidente nuevamente pidió una reapertura de los negocios, uniendo eso con una predicción de que la economía se recuperará este verano y crecerá el próximo año, si es reelegido.

“Tenemos que recuperar nuestra vida”, dijo. “Tenemos que recuperar el país”.

Pero muchos expertos aconsejaron precaución el domingo por la mañana.

Scott Gottlieb, ex comisionado de la Administración de Drogas y Alimentos, dijo en “Face the Nation” de la CBS que había un número creciente de casos nuevos en unos 20 estados, lo que sugiere que el brote aún no se estaba controlando en la medida en que los funcionarios esperaban.

“Si bien la mitigación no falló, creo que es justo decir que no funcionó tan bien como esperábamos”, manifestó. “La expectativa era empezar a ver disminuciones más significativas de nuevos casos y muertes en todo el país en este momento. Y simplemente no estamos viendo eso”.

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Mirando hacia el otoño, Gottlieb consideró que después de un receso en el verano, “se puede ver que estallará una nueva epidemia o grandes brotes”.

“Esa es la preocupación: que si no logramos disminuirlo más, y usted tiene esa lenta infección, puede encenderse en cualquier momento”, señaló.

Otro experto, Thomas Inglesby, director del Centro para la Seguridad de la Salud de la Universidad Johns Hopkins, dijo que “en general, como país, todavía tenemos un largo camino por recorrer”.

Inglesby expuso en “Meet the Press” de NBC que en otoño, los límites del sistema de salud de la nación serán probados por la influenza estacional, así como la presencia continua de COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus.

“El COVID [-19] se mezclará con la gripe, y ambas contribuirán a las hospitalizaciones y el uso de las camas [de cuidados intensivos]”, destacó, prediciendo “dos grandes desafíos de salud pública al mismo tiempo”.

Las reaperturas están comenzando en muchas partes del país a pesar de que, hasta el domingo, ningún estado había cumplido con las pautas federales que los instaban a esperar un período de 14 días de casos en continuo declive.

Mississippi, por ejemplo, está procediendo con una disminución de las restricciones a pesar de que su número de casos confirmados aumentó. El gobernador Tate Reeves, un republicano, dijo que el incremento reportado el viernes, el mayor en un solo día hasta la fecha, fue una “falla de un día”.

“Hay que entender que Mississippi es diferente a Nueva York y Nueva Jersey”, señaló Reeves en “Fox News Sunday”, y agregó que “a veces los modelos son diferentes para los distintos estados”.

En las últimas semanas, Trump ha criticado con frecuencia a algunos estados o gobernadores sobre las políticas de quedarse en casa. Lo volvió a hacer el domingo, tuiteando que “muchas quejas” estaban llegando sobre las normas de resguardarse en el hogar en Maine.

“No haga que la cura sea peor que el problema en sí mismo”, escribió en Twitter, citando el caso de un bar de Maine que perdió sus licencias estatales de salud y licores después de reabrir sus puertas desafiando las reglas estatales.

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Birx, en su entrevista anterior con Fox el domingo, dijo que el panorama de manifestantes contra el cierre congregandose en público, a menudo sin protección facial, es profundamente preocupante.

“Es devastadoramente preocupante para mí personalmente”, manifestó, “porque si se van a casa e infectan a su abuela o abuelo que tiene una condición subyacente, se sentirán culpables por el resto de sus vidas”.

A medida que las infecciones han progresado, muchos gobernadores han tratado de evitar las críticas directas a Trump por temor a poner en peligro el acceso a suministros y otra ayuda federal. Pero algunos jefes ejecutivos estatales que han expresado su desagrado repetidas veces ofrecieron críticas por su retórica y mensaje del domingo.

La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, a quien Trump instó la semana pasada a “hacer un trato” con los manifestantes armados que ingresaron al Capitolio estatal, dijo que los gobernadores deben actuar de acuerdo con los imperativos de salud pública, por dolorosos que sean.

“Esto no es algo en lo que simplemente no negociamos”, declaró en “State of the Union” de CNN.

Trump ha caracterizado a los manifestantes con armas de fuego en Michigan como “muy buena gente”, y Whitmer, quien ha sido promocionada como una posible compañera de fórmula para Joe Biden, estuvo de acuerdo en la entrevista de CNN que los manifestantes tienen derecho a expresar sus puntos de vista.

Pero denunció la exhibición de emblemas como “banderas confederadas”, diciendo que simbolizan “algunos de los peores racismos” en la historia de Estados Unidos.

El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, otro demócrata, impugnó la afirmación la semana pasada de Jared Kushner, un importante asistente de la Casa Blanca y yerno de Trump, de que el gobierno federal había asumido el desafío de enfrentar la pandemia.

“Son los gobernadores los que han aceptado el desafío”, manifestó Pritzker en “Face the Nation” de CBS, y agregó que “gran parte de lo que propuso la Casa Blanca durante muchas semanas no fue útil”.

También el domingo, Trump arremetió contra el ex presidente George W. Bush, un día después de que Bush emitiera un mensaje pidiendo la unidad nacional en medio de la crisis del coronavirus. En un tuit el domingo por la mañana, el mandatario dijo que Bush, un compañero republicano, debería haberle expresado su apoyo cuando la Cámara de Representantes destituyó al presidente a fines del año pasado.

“¡No se le encontraba en ninguna parte para hablar en contra del mayor engaño en la historia de Estados Unidos!”, escribió Trump sobre Bush, luego de citar comentarios similares de un presentador de Fox News.

A lo largo del brote de coronavirus, Trump a menudo ha utilizado las sesiones informativas de Twitter y la Casa Blanca sobre el virus para incitar a los enemigos políticos. A veces responde a la denigración percibida de su respuesta a la pandemia, y en otras, plantea rencores y quejas no relacionadas con la crisis.

El video de tres minutos de Bush, compartido el sábado en Twitter, pedía a todos los estadounidenses recordar “cuán pequeñas son nuestras diferencias” frente a la pandemia.

“A final de cuentas, no somos combatientes partidistas, somos seres humanos, igualmente vulnerables e igualmente maravillosos a la vista de Dios”, dijo el ex presidente. “Nos levantamos o caemos juntos, y estamos decididos a levantarnos”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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