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El cuidado infantil sigue siendo el ingrediente que falta para una recuperación económica rápida

 El distrito ofrece cuidado infantil gratuito a los trabajadores esenciales.
Natalie Pérez revisa a Lyric Gerber, de 5 años, en la escuela primaria Chase Avenue el 5 de mayo. El distrito ofrece cuidado infantil gratuito a los trabajadores esenciales.
(Eduardo Contreras / San Diego Union-Tribune)

A medida que los estados y las empresas empiezan a reabrir, la falta de opciones para el cuidado de los niños podría retrasar la recuperación, según los expertos.

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Después de semanas en casa, Ana Arroyo, de 28 años, está lista para salir de su hogar y volver al trabajo. Su empleador, la Agencia de Acción Comunitaria del Condado de Merced, ha reabierto y su empleo la está esperando.

Pero ella no puede regresar, porque no hay nadie para cuidar a su hijo de seis años, Javier.

Las empresas de cuidado infantil se encuentran entre las más afectadas por el cierre relacionado con el COVID-19, con un tercio de los trabajadores en todo el país despedidos o suspendidos. Sólo a las industrias de hoteles y restaurantes les fue peor. Y debido a que los proveedores de cuidado infantil operan con márgenes tan reducidos, muchos han cerrado sus puertas para siempre, o tendrán que hacerlo en breve, según muestran las encuestas.

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A medida que los estados y las empresas comienzan a reabrir, el eslabón perdido puede ser la falta de opciones de cuidado infantil para los padres que regresan al lugar de trabajo, dicen los expertos.

“El cuidado infantil podría ser el próximo gran huracán en contra de Estados Unidos”, manifestó el ex economista del Tesoro de Obama, Ernie Tedeschi. “El cuidado infantil es el eje de muchas otras cosas en la economía”.

Aunque la industria obtuvo $3.5 mil millones en el último gran paquete de alivio por coronavirus, ese dinero se destinó para garantizar que las guarderías permanecieran abiertas para atender a los hijos de trabajadores esenciales.

Los activistas se enteraron de que el primer caso de propagación del coronavirus en la comunidad no provenía de un salón de uñas. Los propietarios están aumentando la presión para reabrirlos.

Jun. 7, 2020

Los miembros del Congreso han propuesto reservar hasta $100 mil millones para la industria en el próximo paquete de estímulo económico. Los defensores de la industria están pidiendo $50 mil millones, lo que dicen que sería suficiente para continuar pagando instalaciones y brindar atención a los hijos de los trabajadores esenciales, además de otorgar subvenciones directas a los proveedores para garantizar que puedan reanudar el cuidado de los niños como algo no esencial al reabrir negocios.

Pero con los republicanos del Senado señalando que no aprobarán otro plan de rescate durante al menos cinco semanas, la escasez de opciones de cuidado infantil para los trabajadores podría ser un obstáculo importante para la esperanza de una reapertura rápida y sin problemas de la economía estadounidense.

Los empleadores informan en múltiples encuestas federales que, junto con el temor a contraer el coronavirus, la falta de cuidado infantil es una de las principales razones por las que los empleados no regresan al trabajo.

“Realmente no quiero exponerlo a nada”, dijo Arroyo, un asistente de oficina que vive en Winton. Su anterior niñera ya no es una opción porque la mujer perdió su hogar en medio de la pandemia. Arroyo teme que las opciones de cuidado infantil en grandes instalaciones no sean seguras. Ahora está esperando a un miembro de la familia que se ofreció a cuidar a Javier.

Una encuesta publicada por la National Assn. for the Education of Young Children en abril, estima que más de 100.000 proveedores han cerrado. Y aquellos que están abiertos estaban operando al 50% de su capacidad o menos mientras intentan cumplir con el distanciamiento social y otras pautas de seguridad. En la encuesta, el 63% de los proveedores expusieron que no podrían sobrevivir a un cierre de un mes o menos.

En California, el 34% de los proveedores que respondieron a la encuesta dijeron que no sobrevivirían al cierre durante más de dos semanas sin un apoyo público significativo que les permitiera pagar al personal, el alquiler y otros costos fijos. Otro 17% señaló que no sobrevivirían a ningún cierre sin el apoyo público. Y el 21% no sabía cuánto tiempo podrían cerrar sus puertas y volver a abrir sin apoyo.

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“Esto tendrá consecuencias devastadoras para los padres que necesitan trabajar y para sus hijos que no tendrán una opción segura a medida que los estados vuelvan a abrir”, comentó Hannah Matthews, subdirectora ejecutiva de políticas del Centro de Derecho y Política Social, una organización contra la pobreza sin fines de lucro.

La proveedora de cuidado infantil en el hogar de Westchester, Mary De La Rosa, de 35 años, despidió a sus empleados a mediados de marzo y envió a casa a los 14 niños a su cargo. Ella solicitó un préstamo del Programa de Protección de Cheques de Pago de la Administración de Pequeñas Empresas, pero no ha sido aprobado. Ahora está sopesando si vale la pena asumir los riesgos de salud, tanto para su propia familia como para los pequeños que cuida, para reabrir.

“Eso es algo que me pregunto todos los días”, dijo De La Rosa. “Ahora hay demasiada incertidumbre, así que seguimos posponiendo [una decisión] para ver qué termina pasando”.

Muchos proveedores también esperan conocer los protocolos de seguridad que deberán cumplir.

Cheryl Lekousi, de 61 años, de Needham, Massachusetts, que ha cerrado temporalmente el negocio de cuidado infantil que opera fuera de su hogar, está utilizando parte del préstamo del Programa de Protección de Cheques de $2.135 que recibió para la limpieza y el equipo médico que necesitará cuando reabra, espera, a finales de junio.

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Entre otros cambios, el área de cuidado diurno estará separada del resto de su casa con plástico transparente a través de una puerta. Ella tomará los niveles de temperatura y oxígeno de los niños al comienzo de cada día. Los padres tendrán que dejar y recoger en la puerta en lugar de entrar. A diario, después de limpiar y desinfectar todos los juguetes y ropa de cama, lavará su ropa y se duchará antes de cruzar el umbral de regreso al resto de su hogar. Su esposo es considerado de alto riesgo.

“Cuando empiece a trabajar, eso significará que habrá varias personas en mi vida a las que no podré ver”, incluidos sus nietos, dijo.
Una investigación realizada en abril por el centro de estudios liberal Center for American Progress estimó que el país podría tener 4.5 millones de cupos de cuidado infantil disponibles una vez que los gobiernos y las empresas reabran, una caída del 50% en toda la nación.

Eso amplificará los problemas existentes con el sistema de cuidado infantil, incluidos los altos costos impulsados por la gran demanda y la poca disponibilidad, expuso Nina Pérez, directora sénior de campaña de MomsRising, un grupo de defensa.

“Ya es un sistema muy frágil y ahora estamos viendo cómo no se puede mantener en una crisis”, señaló Pérez. “Esto va a impactar a los empleadores si una parte central de su fuerza laboral no puede volver a trabajar... No hay recuperación económica sin cuidado infantil”.

Diana Limongi, de 38 años, de Queens, Nueva York, recibió una llamada a principios de mayo, de la guardería a la que asistía Sofía, de tres años, donde le informaron que habían decidido cerrar permanentemente. Todavía no ha podido resolver el encontrar una nueva guardería y está considerando esperar hasta que Sofía tenga la edad suficiente para ingresar a preescolar.

“Lloré, literalmente”, reveló Limongi. “Es realmente difícil encontrar un buen proveedor”.

El Congreso parece comprender que se debe hacer algo, pero no está de acuerdo sobre qué hacer.

El paquete de ayuda económica de $3 billones aprobado por la Cámara en mayo, la Ley HEROES, incluyó $7 mil millones para cuidado infantil. Pero los líderes republicanos del Senado han calificado ese proyecto de ley como una lista de deseos demócrata y dicen que no será considerado.

Los líderes del Congreso están debatiendo una propuesta de $50 mil millones para estabilizar a los proveedores de cuidado infantil y garantizar que existan espacios de cuidado infantil para los padres que regresan al trabajo.

Los senadores republicanos del Senado, Joni Ernst de Iowa y Kelly Loeffler de Georgia, han propuesto $25 mil millones para la industria. Un grupo de demócratas de la Cámara liderado por la congresista Katherine Clark de Massachusetts propuso un fondo de $100 mil millones, una cantidad que Clark dijo que “comenzaría a tratar el cuidado infantil como la pieza clave de nuestra infraestructura económica”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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