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OPINIÓN: Algo no está funcionando en la relación México-Estados Unidos

ANKENY, IOWA -- SATURDAY, FEBRUARY 23, 2019: Sen.
La conversación entre Kamala Harris y Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, mostró una relación innecesariamente tirante entre los dos gobiernos.
(Marcus Yam/Los Angeles Times)
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Por más que el gobierno mexicano intente transmitir que la relación con Estados Unidos va muy bien, la afirmación no resiste ni el más mínimo análisis. De hecho, el único indicador de esa “buena relación” es que no nos va mal. Algo así como que nos va bien porque no nos va mal o, dicho de otra forma, podría ser peor.

La reciente llamada entre Kamala Harris y el presidente mexicano y algunos hechos alrededor de ella, están llenas de simbolismos y señales innecesarias que reflejan no solo un mensaje de tensión entre las dos administraciones sino una actitud sumamente defensiva e injustificable de AMLO.

Haciendo una revisión exhaustiva, no se encuentra de parte de ningún funcionario de la administración Biden, incluido por supuesto el propio presidente y la vicepresidenta, ni siquiera en campaña, alguna expresión que pudiera ser interpretada como una agresión o siquiera crítica hacia el actual gobierno mexicano.

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Sin embargo, en sentido inverso, aún en ese contexto de respeto y amistad, se dicen cosas que no pueden ser leídas positivamente y que reflejan una tensión en la relación.

Tomemos como ejemplo la llamada mencionada.

Como para darle una introducción, el mismo día, antes de la llamada, el gobierno mexicano entregó en la embajada estadounidense en México un oficio, quejándose formalmente por el supuesto financiamiento a una organización mexicana de la sociedad civil con el argumento de que se opone a su gobierno. Así, sin más investigación o datos que sustenten su dicho.

Ese tipo de acusaciones en Estados Unidos son graves. Particularmente después de que se demostró que Rusia y China han intervenido en procesos electorales estadounidenses. Existe incluso un marco legal que regula las acciones de organizaciones que reciben recursos o actúan en nombre de un gobierno extranjero. Además, las formas cuentan, AMLO anunció en su conferencia matutina ese oficio y el contenido del mismo. Es decir, primero se anuncia públicamente y después se envía. Nada más ajeno a las prácticas internacionales entre países que se dicen socios y amigos.

Durante la llamada, AMLO usó frases preocupantes. Se refirió a que a veces la relación ha sido “de diferencias”, hizo un llamado a “no pelearnos” y parafraseó una afirmación atribuida a Porfirio Díaz según la cual éste dijo “pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos” y que AMLO actualizó con “bendito México, tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”.

¿Es en serio?, ¿el presidente mexicano en una reunión formal con la Vicepresidenta de Estados Unidos considera que no estamos tan lejos de Estados Unidos? ¿Pero qué necesidad?

Todo ello contrasta desfavorablemente con las expresiones de solidaridad, respeto y hasta amistad que AMLO tuvo con Donald Trump.

Mientras que el presidente Biden se declaró devoto de la Virgen de Guadalupe, como para ponerle a AMLO un “pase para gol”, y la Vicepresidenta Harris empezó la llamada refrendando el compromiso de su administración para atender las causas de raíz de la migración centroamericana y ofreció luchar conjuntamente contra la corrupción, algo que coincide con lo que AMLO dice que es su agenda, el Presidente Trump dijo que los migrantes mexicanos eran violadores y que la migración como la centroamericana era de países ”shithole” (término que me abstendré de traducir).

Como respuesta, AMLO agradeció a Trump que nos haya tratado con respeto y a Kamala Harris que “no hay que pelearnos”. Sin comentarios.

Está claro que Estados Unidos necesita de México para administrar la migración centroamericana. Por eso, por la vecindad, por los intereses comerciales, por el turismo, por las inversiones en este país y por muchas otras razones no puede haber pleito entre los dos gobiernos, pero el aspirar a “no pelearnos” es muy pobre y se desaprovecha una oportunidad que nos urge. ¿Nadie le dice al presidente la importancia de la relación con EE.UU? ¿las formas con las que hay que conducirla?

En este contexto, no debería ser sorpresa que los resultados de la tan esperada llamada sean magros. En síntesis, se postergó el problema para una próxima ocasión. En México se dijo que la reunión había sido excelente y en Estados Unidos prácticamente ningún medio retomó la reunión o sus “resultados”.

Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

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