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Massachusetts adapta complejo recreativo como albergue para familias sin hogar, incluidos migrantes

Una persona camina frente a una parte del Complejo Recreativo Cass
Una persona camina frente a una parte del Complejo Recreativo Cass, el miércoles 31 de enero de 2024, en Boston, el cual ha sido adaptado como albergue temporal para familias sin hogar.
(Steven Senne / Associated Press)
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La gobernadora de Massachusetts Maura Healey y la alcaldesa de Boston Michelle Wu recorrieron un complejo recreativo el miércoles, horas antes de que abriera como un albergue temporal para familias sin hogar, incluidos migrantes.

Healey dijo que se tiene previsto que unas 75 personas lleguen al Complejo Recreativo Cass, ubicado en el vecindario de Roxbury, antes de que finalizara el día. El lugar puede brindar albergue temporal a cerca de 400 personas, o entre 100 y 125 familias, mientras el estado sigue haciendo frente a una afluencia de migrantes sin hogar.

“Estamos aquí hoy porque realmente no tenemos otra opción”, declaró. “Las familias siguen llegando a este país, llegando a Massachusetts, y durante los últimos meses hemos abierto instalaciones en todo el estado”.

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Actualmente hay tres albergues más grandes que son operados por el estado y se encuentran a su máxima capacidad. La instalación en Roxbury, uno de los vecindarios predominantemente negros de la ciudad, será la cuarta.

Los otros albergues se encuentran en Revere, el cual cuenta con 150 habitaciones, Quincy, con 57 habitaciones, y Cambridge, el cual puede recibir a 200 personas o cerca de 57 familias.

También hay albergues de emergencia más pequeños en unas 90 comunidades del estado.

Los usuarios de los albergues desbordados son parte de las 656 familias que se encuentran actualmente en lista de espera para ingresar al programa de albergues familiares de emergencia del estado. Healey estableció el año pasado un límite de 7.500 personas para el programa de albergues e implementó la lista de espera.

Healey y Wu, ambas demócratas, han hecho un llamado al gobierno federal para que les brinde más ayuda para lidiar con la llegada de migrantes.

Boston no es la única, puntualizó Wu.

“Recibo noticias de alcaldes de todo el país de manera constante. En el último par de días sostuve dos conversaciones en torno a las preocupaciones y los desafíos que esta crisis de familias de migrantes que requieren de servicios y albergues y viviendas representa a todos los niveles de gobierno”, declaró.

“La maquinaria federal necesita muchos arreglos”, añadió. “Requiere acciones y las ha necesitado durante décadas”.

Healey dijo que la instalación de Roxbury es temporal y las familias abandonarán el lugar antes de junio. Indicó que los programas que iban a llevarse a cabo en el centro serán trasladados a otras locaciones cercanas y que realizarán renovaciones al complejo. También declaró que el estado dependerá de los negocios locales para obtener algunos de los servicios necesarios para mantener el albergue en funcionamiento.

“Estoy agradecida con la comunidad de Roxbury”, comentó Healey.

El nuevo albergue generó reacciones encontradas entre los residentes del vecindario.

Clifton A. Braithwaite, un candidato a concejal y activista comunitario de 56 años de edad, expresó su preocupación por los ancianos y otras personas que dependen de los programas que se llevan a cabo en el centro, como punto de encuentro y para ejercitarse.

“No sé si su plan vaya a funcionar, ni para los migrantes ni para los ciudadanos de Boston”, señaló. “Pero sí se una cosa, que cerrar durante tres meses un edificio funcional que brinda servicios a la gente de esta comunidad es una tragedia, porque ¿a dónde irán?”

Audra White, de 41 años y que vive a la vuelta de la esquina del complejo, dijo que se preocupó cuando volvió de sus vacaciones en septiembre y vio a migrantes sin hogar y a sus hijos durmiendo en el suelo del Aeropuerto Internacional Logan.

“El aeropuerto Logan no es un lugar apropiado para tener personas viviendo en los pasillos”, declaró. “En el Cass tienen regaderas, tienen baños. Las personas se pueden bañar”, dijo, refiriéndose al Complejo Recreativo Cass.

“Si las opciones son Logan o el Cass, creo que el Cass es una mejor opción”, añadió.

En Chicago, el alcalde Brandon Johnson ha informado que la ciudad extenderá nuevamente su límite de 60 días de permanencia en los albergues de la ciudad para solicitantes de asilo. El anuncio se produjo días antes de que venciera el plazo para desalojar a casi 2.000 migrantes.

Johnson declaró el lunes que la idea es darle a la gente más tiempo para reubicarse y encontrar empleo. El cambio añade entre 30 y 60 días de permanencia a unos 14.000 migrantes que ya viven en los 28 albergues de la ciudad, entre los cuales se incluyen almacenes y edificios del distrito de parques.

Alrededor de 800 solicitantes de asilo han vivido temporalmente en el Aeropuerto Internacional O’Hare de Chicago, donde duermen en el suelo o en catres ubicados en un centro de autobuses shuttle. Algunos permanecen ahí por varias semanas a la vez mientras esperan conseguir una cama en uno de los 28 albergues de la ciudad o hasta que obtengan otra solución. El registro diario de migrantes de Chicago mostró que el miércoles había 128 personas viviendo dentro de las instalaciones del aeropuerto.

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