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Los puntajes de las pruebas nacionales muestran brechas de rendimiento en California

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Cada dos años, los estudiantes de cuarto y octavo grado del país son evaluados en matemáticas y lectura, y los resultados recientemente publicados de las pruebas del 2017 dan a California al menos un pequeño motivo para celebrar.

Los resultados fueron en su mayoría bajos en todo Estados Unidos, aunque el puntaje promedio en lectura de octavo grado aumentó.

Aunque esa mejora provino en gran parte del incremento en las calificaciones de los estudiantes de mayor rendimiento, los niños de octavo grado de California mostraron progreso en lectura desde los niveles más bajos a los más altos.

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Los educadores se han inquietado por la Evaluación Nacional de Progreso Educativo (NAEP, por sus siglas en inglés) desde 2015, cuando las puntuaciones se estancaron después de un largo período de mejoras lentas pero constantes.

Incluso, el ligero progreso en lectura de chicos de octavo grado en todo el país, esta vez, no fue general.

“El desempeño de los estudiantes de bajo rendimiento se mantuvo más o menos igual”, detalló Peggy G. Carr, la comisionada adjunta de evaluación en el Centro Nacional de Estadísticas de Educación, la oficina de investigación del Departamento de Educación de los Estados Unidos.

California tuvo “éxito en la distribución” de alumnos de octavo grado para lectura, destacó Jack Buckley, vicepresidente sénior de American Institutes for Research y exdirector del Centro Nacional de Estadísticas Educativas, que supervisa la prueba.

Interpretar los puntajes

California fue uno de los 10 estados que registraron aumentos estadísticamente significativos en lectura para niños de octavo grado.

En 2015, el valor promedio de lectura para ese sector de alumnos de California fue de 259, en una prueba de 500 puntos totales. En 2017, la media fue de 263.

Ryan Smith, director ejecutivo de Education Trust-West, una organización sin fines de lucro con sede en Oakland que lucha por la equidad educativa, acreditó parcialmente los efectos de la Fórmula de Financiamiento de Control Local del estado, que tiene como objetivo proporcionar a las escuelas recursos adicionales para los estudiantes más necesitados.

“Está demostrando que los esfuerzos de California para proporcionar más recursos han dado [a los estudiantes] algunos resultados”, consideró.

Más allá de eso, las puntuaciones del estado en la prueba fueron estables, un dato al cual el Departamento de Educación estatal le restó importancia.

Robert Oakes, portavoz del departamento, afirmó sobre la prueba: “No creemos que sea la mejor medida de éxito, porque no está alineada con los estándares de California”.

Grandes brechas de rendimiento

Las brechas entre los diferentes grupos raciales se mantuvieron amplias, tanto a nivel nacional como en California. En el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), solo el 13% de los alumnos negros cumplieron o excedieron los objetivos de competencia en lectura de cuarto grado, en comparación con el 51% de los estudiantes blancos y el 23% de los estudiantes en general.

En California, solo el 10% de los niños negros y el 15% de los latinos cumplieron con esos parámetros en matemáticas de octavo grado, en comparación con el 44% de los estudiantes blancos y el 29% de los estudiantes en general.

“Esta es una llamada de atención; tenemos que hacer más para poner la equidad en el centro de la discusión”, advirtió Smith. “Tenemos que comenzar a actuar más que decir. Me preocupa que California afirme ser un faro en la colina, y aun así deje a los estudiantes negros y latinos languideciendo al margen”.

Probado en tabletas

El examen nacional generalmente se considera el estándar de excelencia de la medición educativa, en parte porque no tiene consecuencias para los alumnos a nivel individual, ni para las escuelas y los maestros, por lo que hay menos incentivos para tratar de aprobarlo pasando horas en simulacros de preparación. En estados como California, donde muchos distritos publican tasas de graduación cada vez más altas, también puede ser una verificación de la realidad.

En 2017 fue la primera vez que la prueba se tomó de forma digital; 298,000 estudiantes de cuarto grado y 268,800 de octavo grado en escuelas públicas y privadas de todo el país registraron sus respuestas en tabletas.

Los puntajes del sur de California

En el LAUSD, los puntajes promedio aumentaron pocos puntos entre 2015 y 2017 en todas las áreas, excepto las matemáticas de cuarto grado, pero el gobierno federal consideró que esos pequeños incrementos no son estadísticamente significativos.

“Al compararnos con otros distritos, lo hicimos bastante bien”, afirmó Oscar Lafarga, director ejecutivo de la oficina de datos y responsabilidad del LAUSD. Los estudiantes con discapacidades y los aprendices de inglés, dijo, mostraron algunos puntajes más altos.

Sin embargo, en matemáticas de octavo grado, la brecha de rendimiento entre los educandos blancos y latinos se amplió entre 2015 y 2017. “Todas las brechas son preocupantes”, dijo Lafarga.

Pero en las áreas donde los estudiantes de menor rendimiento en California y la nación en general obtuvieron en 2017 puntajes más bajos que sus pares en 2015, los alumnos de Los Ángeles con peores puntuaciones se mantuvieron estables e incluso obtuvieron calificaciones más altas.

También hubo buenas noticias para San Diego, donde los promedios de cuarto grado aumentaron en ambas materias.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí:

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