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Multimillonarios obsesionados con la edad recurren a terapias de “vampiro”, la FDA adopta medidas

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El gobierno federal finalmente tomó una postura esta semana sobre los “vampiros” que se consienten con la sangre de gente joven.

En contra de esta práctica.

Es un hecho, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) emitió una advertencia sobre las personas mayores que se inyectan el plasma sanguíneo de donantes jóvenes, una terapia complementaria que se comercializa como una forma de combatir el envejecimiento y una variedad de enfermedades, como la demencia, la enfermedad de Parkinson y el Alzheimer.

“Estamos preocupados de que la gente pueda ser manipulada por actores sin escrúpulos que promocionan los tratamientos de plasma de donantes jóvenes como curas y remedios”, dijo el comisionado de la FDA, Scott Gottlieb, en un comunicado. “Tales tratamientos no tienen beneficios clínicos comprobados para el uso que estas clínicas los publicitan y son potencialmente dañinos”.

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Añadió: “Los informes sobre los que estamos trabajando indican que la dosificación de estas infusiones puede implicar la administración de grandes volúmenes de plasma que pueden estar asociados con riesgos significativos, incluidos los infecciosos, alérgicos, respiratorios y cardiovasculares, entre otros”.

Poco después del anuncio emitido por la FDA, una empresa de Monterey, California, llamada Ambrosia Health, manifestó que dejaría de ofrecer las inyecciones. Los clientes pagan una suma de $ 8.000 por un litro de sangre joven y $ 12.000 por dos litros.

La cura “milagrosa” del vampiro es solo uno de los numerosos tratamientos de rejuvenecimiento que actualmente han formado un negocio de miles de millones de dólares a medida que los estadounidenses envejecen.

Algunos son legítimos o implican un riesgo mínimo, como tomar aceites de pescado para mejorar la memoria. Otros son potencialmente peligrosos o usan la charlatanería.

“La gente ha estado vendiendo aceite de serpiente anti-envejecimiento desde hace mucho tiempo”, dijo Kathy Black, profesora de estudios de envejecimiento y trabajo social en la Universidad del Sur de la Florida Sarasota-Manatee.

“Los gerontólogos siempre han asegurado que hay un límite en cuanto al tiempo que puedes vivir”, afirmó, “y eso es alrededor de 120 años”.

El querer engañar a la muerte no es algo nuevo, los seres humanos han estado interesados en esta idea desde la época de los antiguos egipcios.

La única diferencia, actualmente, es la combinación de una enorme fortuna centrada en tales esfuerzos y avances tecnológicos que prometen no sólo la posibilidad de ser más longevos, si no la de ser inmortales.

El cofundador de Oracle, Larry Ellison, ha gastado gran parte de su patrimonio para mantener a raya a la ‘Parca’. Los co-fundadores de Google, Sergey Brin y Larry Page, según se ha informado, están obsesionados en la investigación contra el envejecimiento, al igual que Jeff Bezos de Amazon.

Dmitry Itskov, un multimillonario ruso, lanzó la Iniciativa 2045, la cual intenta mapear el cerebro para que nuestras mentes puedan descargarse en cuerpos de robots o sincronizarse con hologramas.

En la misma lista está el inversionista de Silicon Valley, Peter Thiel, quien popularizó la idea de extraer la sangre de los jóvenes.

En 2009, escribió que se oponía a los “impuestos confiscatorios, los colectivos totalitarios y la ideología de la inevitabilidad de la muerte de cada individuo”. Posteriormente reveló que estaba tomando píldoras de hormona de crecimiento humano como parte de un esfuerzo para vivir al menos hasta 120 años.

En una entrevista publicada en 2016, Thiel se entusiasmó con un proceso conocido como parabiosis, que suena ingenuamente académico hasta que comprendes que implica extraer sangre de los jóvenes e inyectarla en personas mayores con la esperanza de aprovechar una Fuente de Juventud biológica.

Thiel dijo que no deberíamos oponernos a las nuevas ideas solo porque son, digamos, muy extravagantes.

“Creo que no somos lo bastante objetivos sobre estos temas en la sociedad”, dijo.

Aparentemente, Thiel aún no ha probado el tratamiento de parabiosis. O si lo ha hecho, no lo ha publicitado (lo que parece muy inteligente). Declaró en noviembre que nunca se ha inyectado la “sangre de un joven”.

“Quiero decir públicamente que no soy un vampiro”, dijo Thiel en una conferencia sobre inversiones. “Que quede registrado, no soy un vampiro”.

Es bueno tener eso en claro. Aunque, para su conocimiento, el problema aquí es la inyección de plasma sanguíneo, la porción líquida de sangre, no la parte con glóbulos rojos. Así que Thiel no ha dejado el asunto a un lado.

De igual manera, en Silicon Valley, no escasea el interés.

Valter Longo, profesor de gerontología en la USC, dijo que cuando se reúne con ejecutivos de la industria tecnológica, “hay muchas personas que hablan sobre la inmortalidad. No se trata de vivir a 110 o 120 años. Se trata de vivir 1,000 “.

Se negó a identificar a estos aspirantes a Dorian Gray. Todo lo que Longo se atrevió a confiarnos es que “ha escuchado algunas conversaciones realmente delirantes de personas muy famosas”.

Esto no quiere decir que los avances médicos no valgan la pena.

La investigación con células madre, por ejemplo, es prometedora para tratar una variedad de enfermedades que incluyen la diabetes y el Alzheimer. Sin embargo, Michael Hiltzik, declara que estas afirmaciones de rejuvenecimiento son un tanto exageradas.

“El envejecimiento es un estigma y vergüenza en nuestra sociedad, por lo que no es una sorpresa que muchas personas busquen beneficiarse de esto”, dijo Meika Loe, profesora de sociología y estudios sobre la mujer en la Universidad de Colgate y autora de “ Aging Our Way: Lessons for Living from 85 and Beyond “.

“La charlatanería contra el envejecimiento se remonta a tiempos muy antiguos, y durante siglos las personas se han visto perjudicadas por el último antídoto contra el envejecimiento”, dijo.

Loe y Longo aseguran que a pesar de que ha habido investigaciones potencialmente prometedoras que involucran la longevidad de los ratones, existen pocos datos valiosos sobre cómo tales experimentos pueden afectar a los humanos.

No es por ser alarmista, pero como ávido consumidor de ciencia ficción, quiero hacer notar que cada vez que el gobierno advierte al comienzo de una película sobre no inyectarse la sangre de otras personas, esto es solo una cuestión de tiempo antes que la raza humana esté invadida por demonios chupasangre.

Si alguien llegara a encontrar el código de la inmortalidad surgirían las inevitables preguntas filosóficas. ¿Estaría disponible para todos? ¿Tendríamos dos clases de personas, inmortales y no inmortales?

“Es hora de que dejemos de ver el envejecimiento como una enfermedad, o algo contra lo que debemos luchar”, dijo Maria Claver, directora del programa de gerontología en Cal State Long Beach. “En lugar de tratar de evitar el envejecimiento, que es imposible, debemos centrarnos en educar a las personas sobre las opciones de estilo de vida que pueden optimizar el proceso de envejecimiento”.

Black, de la Universidad del Sur de Florida, dijo que la pregunta que la gente debería hacerse no es cómo podemos durar 1.000 años, sino cómo podemos tener una mejor calidad de vida durante el tiempo que vivimos.

El asunto, asegura, no es cosechar la sangre de los niños. Se trata de “estar comprometido física, mental y socialmente”.

Lo que puede que no sea tan divertido como vivir 1.000 años, pero aprovecha lo que tengas de vida para estar al máximo en cada momento.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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