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Con creciente apoyo de las mujeres, los demócratas se preparan para obtener importantes victorias en noviembre

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Impulsados por un creciente apoyo entre las mujeres de los suburbios y una extendida antipatía hacia el presidente Trump, los demócratas se acercan a las elecciones de mitad de mandato con el objetivo de lograr grandes avances en todo el país, según revela una nueva encuesta de USC Dornsife/Los Angeles Times.

Los demócratas obtuvieron un margen de 14 puntos, 55% a 41%, cuando a los potenciales votantes se les preguntó por el candidato de qué partido votarían si la elección se celebrara ahora. Si esa ventaja se mantiene hasta el día de las elecciones -a menos de seis semanas en el calendario- seguramente sería lo suficientemente grande como para arrastrar una mayoría demócrata a la Cámara.

Los votantes también se oponen a los republicanos en una serie de cuestiones importantes. Pero la principal es el presidente, cuya personalidad desmesurada ha dominado las noticias nacionales desde que declaró su candidatura, hace más de tres años. Aproximadamente tres de cada cuatro posibles votantes afirmaron que ven su sufragio de este otoño como una oportunidad para expresar una opinión sobre Trump. Para muchos, esa opinión es negativa: quienes planean ser oposición superaron en número a los partidarios del actual presidente por 45% a 29%.

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Los potenciales votantes desaprueban el desempeño general del primer mandatario por un 57% a 39%, según el sondeo. Casi la mitad de ellos, el 49%, afirmaron que lo desaprueban “fuertemente”, mientras que poco menos de un cuarto, el 24%, lo aprueban con firmeza.

Especialmente notables son los puntos de vista de las mujeres, cuyas preferencias se han expandido al costado demócrata desde que una encuesta de USC Dornsife consultó a la mayoría de los mismos votantes, hace pocos meses.

En el verano último, los hombres estaban muy divididos entre los dos partidos; así siguen también ahora. Pero las mujeres, que ya se inclinaban significativamente hacia los demócratas, profundizaron en esa dirección, ampliando una gran brecha de género. El sondeo encontró que las mujeres ahora favorecen a los demócratas en 28 puntos porcentuales, 62% a 34%, entre los posibles votantes.

Tres grupos de votantes femeninos superpuestos que durante mucho tiempo han sido importantes para los republicanos se han alejado del partido: las residentes suburbanas, las mujeres blancas casadas y las mujeres blancas sin títulos universitarios.

Los demócratas disfrutan de una ventaja del 61%-35% entre las mujeres suburbanas, según la encuesta, un margen que ha aumentado en nueve puntos desde el verano. Los demócratas redujeron la brecha con los republicanos entre las mujeres blancas casadas -durante mucho tiempo uno de los pilares del partido republicano- que ahora favorecen a ese partido por un estrecho 51% a 46%.

Esas cifras ayudan a explicar por qué los distritos suburbanos tradicionalmente republicanos -desde el condado de Orange y Santa Clarita hasta los suburbios de Dallas y Houston, y al este hasta los suburbios de Filadelfia- se han convertido en objetivos clave de los demócratas para retomar el control de la Cámara.

Un patrón similar se mantiene entre las mujeres blancas que no se graduaron de la universidad. Las mujeres blancas de clase trabajadora le dieron a Trump un margen crucial de apoyo en 2016. Una mayoría de ellas continúa apoyando a los republicanos, en un 56% a 39%, pero desde el verano, los demócratas redujeron su déficit dentro de ese grupo en un tercio.

La encuesta se realizó en gran medida antes de que las acusaciones por mala conducta sexual contra el juez Brent Kavanaugh, nominado por Trump a la Corte Suprema, comenzaran a dominar las noticias.

Muchos profesionales políticos en ambos partidos piensan que la controversia podría alejar aún más a las mujeres del sector republicano. Especialmente llamativo es que los demócratas también han logrado avances significativos entre los votantes mayores, un bastión para los republicanos en las últimas dos décadas. Entre los posibles votantes de 65 años o más, los demócratas lideran por 51% a 45%.

“Eso es muy inquietante” desde un punto de vista republicano, admitió el veterano estratega partidista, Mike Murphy, codirector del Center for the Political Future, de USC.

“Si a los republicanos no les va bien con las personas mayores y no les está yendo bien con los votantes con educación universitaria en los suburbios, no son buenas noticias” para el partido, consideró Murphy.

Un factor que, al parecer, no impulsa el voto es la economía. Los líderes republicanos del Congreso esperaban construir sus campañas en torno a la bonanza económica actual, pero ese mensaje fue en gran parte ahogado por el ruido que rodea a la Casa Blanca.

“Llama la atención lo poco que la economía parece estar impulsando la decisión”, afirmó Robert Shrum, otro codirector del Center for the Political Future, y veterano estratega demócrata. “No recuerdo otra elección en la que la economía haya impulsado menos el voto”.

Los votantes calificaron a Trump de forma menos negativa en su manejo de la economía que en muchos aspectos de su presidencia, con una opinión dividida de manera casi equitativa: un 45% de aprobación y un 44% de desaprobación.

En otras cinco áreas sobre las que preguntó la encuesta -el manejo de la inmigración ilegal, el comercio, la atención médica, las relaciones raciales y la investigación de los intentos de Rusia para interferir en la campaña de 2016-, las calificaciones del presidente fueron negativas.

La proporción de posibles votantes que aprobaron la conducta del mandatario varió del 39% por su manejo de la inmigración no autorizada hasta solo el 24% en la investigación de Rusia. Un 27% similar compartió la opinión a menudo expresada por Trump, de que la investigación del fiscal especial Robert S. Mueller III es injusta. Poco menos de la mitad de los posibles votantes, el 48%, vio el trabajo de Mueller como justo. Aproximadamente una de cada cuatro personas remarcaron que no estaban seguras o no tenían una opinión al respecto.

Las valoraciones del primer mandatario por el manejo de las relaciones raciales también fueron notablemente bajas, con solo un 26% de aprobación. Entre los votantes afroamericanos, el 91% lo desaprobó.

Los demócratas necesitan levantar una red de 23 bancas para obtener la mayoría de la Cámara. Su ventaja de 14 puntos en la encuesta indica que están bien posicionados para alcanzar esa meta. Sin embargo, dado que las contiendas en el Congreso se disputan distrito por distrito, la preferencia nacional solo puede proporcionar un pronóstico aproximado.

En elecciones recientes, los demócratas han ganado menos escaños en la Cámara que su participación en el voto popular nacional. Eso se debe, en parte, a que tienden a concentrarse fuertemente en las principales ciudades, donde sus candidatos a menudo ganan grandes mayorías; los votos extra rellenan el total nacional pero no ganan distritos adicionales. La manipulación de distritos electorales, que favorece a los republicanos en varios estados, también juega un papel importante.

Una marea lo suficientemente fuerte para los demócratas también podría desviar el control del Senado hacia su lado, aunque ese objetivo sigue siendo más distante porque las bancas para las elecciones de este ciclo se inclinan de manera desproporcionada hacia los republicanos.

Los resultados de la encuesta se alinean con otras consultas importantes realizadas en las últimas semanas, incluida una del ABC-Washington Post, a fines de agosto, que también halló una ventaja para los demócratas -de 14 puntos- cuando se les preguntó a los votantes por qué candidatos esperaban votar, y de un sondeo de NBC-Wall Street Journal publicado el 23 de septiembre, que detectó una ventaja de 12 puntos.

Las elecciones de mitad de mandato usualmente actúan como un referéndum sobre el partido oficialista. Eso es aún más cierto ahora, por la forma en que Trump se colocó insistentemente en el centro de la escena. Para su partido adoptivo, se ha convertido en un lastre importante.

Si bien Trump dominó al partido republicano desde que conquistó las primarias de 2016, una proporción pequeña pero significativa de votantes republicanos aún discrepa.

Reflejando esa división, los votantes de inclinación republicana muestran menos unidad en su apoyo de los candidatos del partido que los votantes de inclinación demócrata. Las deserciones republicanas no son enormes, pero podrían representar el margen de victoria en las contiendas cercanas.

Casi nueve de cada 10 votantes que afirmaron estar generalmente del lado demócrata desaprueban firmemente a Trump. Aproximadamente seis de cada 10 que típicamente se alinean con los republicanos, lo aprueban fuertemente.

Subrayando cuán central es el presidente para los resultados de mitad de período, ocho de cada 10 votantes que favorecen o se inclinan por los demócratas consideran su voto como una expresión de oposición a Trump, mientras que aproximadamente dos tercios de quienes favorecen o se inclinan por los republicanos dijeron lo contrario.

Las mismas divisiones surgieron cuando se consultó a los votantes republicanos sobre el futuro. Más de un tercio aseveró que le gustaría ver a otro candidato desafiar a Trump para la nominación presidencial en 2020. Esa es una cifra inusualmente grande tan a principios del período presidencial, admitió Shrum, quien trabajó para el senador Edward M. Kennedy, de Massachusetts, cuando desafió al presidente Carter para la nominación demócrata, en 1980.

Trump no ha expandido su base de apoyo. Su respaldo más fuerte sigue proviniendo de hombres blancos sin títulos universitarios, residentes rurales y evangélicos blancos. Ese último grupo representa aproximadamente uno de cada cinco posibles votantes.

La oposición a Trump -y el apoyo a los demócratas- alcanza su punto más alto entre las mujeres con títulos universitarios, los residentes urbanos y las minorías, especialmente afroamericanas.

Tanto hombres como mujeres en áreas rurales favorecen al partido republicano, mientras que en las ciudades, ambos favorecen a los demócratas. La brecha de género está en los suburbios, donde la mayoría de las mujeres desaprueban a Trump y favorecen a los demócratas, y la mayor parte de los hombres opina lo contrario.

Los votantes a ambos lados de la división partidista tienen prioridades notablemente diferentes en cuanto a los asuntos. Cuando se les pidió que escogieran de una lista el único tema que consideraban más importante, los votantes demócratas colocaron la atención médica en la cima, seguida por la economía y el empleo. Los votantes republicanos ponen la economía y el empleo en la cima, seguidos por los impuestos y el gasto, y la inmigración ilegal.

La clasificación de la inmigración como una prioridad para muchos republicanos ha puesto al partido en una difícil situación: varias posiciones defendidas por sus figuras intransigentes en cuanto a la inmigración y por la propia administración son rechazadas por el resto del país.

Trump, por ejemplo, propuso medidas para reducir la inmigración legal. Ello fue respaldado por algunos de sus partidarios más fuertes y figuras claves de la administración, pero solo por dos de cada 10 posibles votantes.

Aproximadamente la mitad de los votantes probables quiere mantener el nivel de inmigración tal como está, mientras que a tres de cada 10 le gustaría un aumento.

Del mismo modo, en un 78% a 18%, los votantes probables están de acuerdo con permitir que quienes vinieron a EE.UU. de forma ilegal en la niñez puedan quedarse y finalmente solicitar su ciudadanía, una posición a la cual la administración se ha opuesto. Más de cuatro de cada 10 votantes probables apoyan firmemente el camino hacia la ciudadanía.

Los votantes se dividieron en cuanto a si la inmigración ilegal es uno de los problemas más serios del país: el 48% la calificó como el más grave o uno de los más graves; el 44% lo consideró un problema, pero no uno de los más serios, y el 6% indicó que no era un problema en absoluto.

Aproximadamente un tercio de los votantes probables apoyó la opinión intransigente de que todos los inmigrantes en el país sin permiso legal deberían ser deportados. Aproximadamente una cuarta parte deportaría a cualquier persona que haya sido condenada por un delito, mientras que casi otro tercio deportaría solo a los condenados por delitos graves -una postura cercana a la posición gubernamental en los últimos años del mandato del expresidente Obama-. Únicamente el 3% consideró que nadie debería ser deportado.

Solo el 40% apoyó el pedido de Trump para construir un muro a lo largo de la frontera con México, una de sus propuestas emblemáticas. El apoyo cae ligeramente, al 37%, si para ello se usa el dinero de los contribuyentes.

El presidente afirmó repetidamente que México pagaría por el muro, pero la administración le ha pedido al Congreso $5,000 millones para comenzar su construcción. Hasta ahora, el Congreso se ha negado.

El primer mandatario deberá decidir en los próximos días si firma un proyecto de ley de financiamiento gubernamental que proporcionaría dinero para mantener abiertas las agencias federales en el nuevo año fiscal, que comienza el 1 de octubre, pero éste no incluiría fondos para el muro. Periódicamente, Trump ha amenazado con bloquear el gobierno en lugar de aceptar esa condición, pero la encuesta sugiere que la mayoría de los votantes lo objetarían.

La consulta de USC Dornsife/Times, supervisada por la directora de encuestas Jill Darling y copatrocinada por el Center for the Political Future, de esa universidad, fue realizada en línea entre 5,045 adultos estadounidenses, de los cuales se estima que 2,513 votarán este otoño.

Los encuestados fueron seleccionados de un panel de probabilidad mantenido por el Center for Economic and Social Research, de USC, para su estudio Understanding America. Las respuestas fueron ponderadas para reflejar con precisión los datos demográficos conocidos de la población del país.

El sondeo se realizó del 22 de agosto al 24 de septiembre. El margen de error para la muestra probable de votantes es de dos puntos porcentuales en cualquier dirección. Una descripción completa de la metodología, las preguntas de la consulta y los datos están publicados en el sitio web de la USC.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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