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Las grandes empresas de lácteos quieren que sepas que la mantequilla vegana no es realmente mantequilla

Wisconsin, conocido por sus granjas lecheras, recientemente le dijo a las tiendas minoristas de alimentos que retiraran cualquier producto que no cumpliera con la definición legal de mantequilla, la cual requiere que sea hecha de leche o crema.

Wisconsin, conocido por sus granjas lecheras, recientemente le dijo a las tiendas minoristas de alimentos que retiraran cualquier producto que no cumpliera con la definición legal de mantequilla, la cual requiere que sea hecha de leche o crema.



(Scott Olson / Getty Images)
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Miyoko Schinner es una imagen perfecta del sueño estadounidense. Sin embargo, para la industria láctea de Estados Unidos, ella es algo completamente diferente.

Schinner, una inmigrante japonesa, fundó una pequeña empresa que se convirtió en un fabricante de queso vegano de gran éxito, uno con el potencial de hacer por las alternativas lácteas lo que Beyond Meat está haciendo por los sustitutos de la carne de res. Su negocio, Miyoko’s Kitchen, comenzó en 2014 como una plataforma de comercio electrónico, con la popularidad de su libro de cocina sobre queso vegano. Después de un fin de semana en el que recibió pedidos por valor de 50.000 dólares, Schinner supo que sus lotes de 40 libras no serían suficientes para satisfacer la demanda.

Así que descubrió la manera de hacer 1.500 libras por hora, recaudó 25 millones de dólares y construyó una instalación de 30.000 pies cuadrados en Petaluma, California. “Fue muy difícil de llevarlo a esa escala”, dijo Schinner, que ahora tiene 61 años. Hacer alternativas lácteas con ingredientes como anacardos y arroz miso no siempre funciona según lo planeado.

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Hoy en día, sus productos se venden en 12.000 tiendas en todo Estados Unidos. Las ventas están en auge, dijo Schinner, citando un crecimiento del 168% el año pasado. Su compañía ahora fabrica toda una línea de productos sin lácteos, incluyendo versiones de chèvre, queso crema, mozzarella, queso roadhouse y el producto No. 1 de Schinner: la mantequilla.

Hasta hace poco, la industria láctea de Estados Unidos se había mostrado relativamente tranquila ante la proliferación de productos no lácteos que utilizan palabras como “leche” o “queso”. Pero últimamente ha estado ejerciendo presión. Wisconsin, que se hace llamar America’s Dairyland, es uno de los mayores fabricantes de lácteos del país. También es el mayor manufacturero de mantequilla en Estados Unidos.

Así que cuando se trató del tipo de “mantequilla” que Schinner hacía, Wisconsin y su poderosa antesala de productos lácteos decidieron trazar el límite.

Rhonda Huskelhus monitorea una máquina empacadora de paquetes de mantequilla en Grassland Dairy Products Inc. en Greenwood, Wisconsin.

Rhonda Huskelhus monitorea una máquina empacadora de paquetes de mantequilla en Grassland Dairy Products Inc. en Greenwood, Wisconsin.

(Mark Hoffman / McClatchy-Tribune)

Empresarios como Schinner han estado generando una ola de popularidad con los productos a base de plantas, especialmente las alternativas lácteas. Las ventas minoristas de leche de origen vegetal ascendieron a 1.800 millones de dólares para el año que finalizó el 25 de mayo, un incremento del 6.5%, según datos de Nielsen. Las ventas de sustitutos de queso totalizaron $117 millones, mostrando un crecimiento de 17.4%. La mantequilla de anacardo alcanzó los 12.6 millones de dólares, lo que representa un aumento del 4.9%.

Mientras tanto, las ventas de leche, han estado sufriendo un declive por décadas. En Wisconsin, el dolor ha sido particularmente agudo. Los productores de lácteos del estado están saliendo de la industria a un ritmo de tres por día, ya que los bajos precios de la leche persisten y se acumulan las quiebras.

Adam Spierings es uno de esos antiguos granjeros. Pidió a 27 bancos diferentes que reconsolidaran su deuda, pero ninguno llegó a considerarlo. Acaba de aceptar un trabajo como ajustador de seguros de cosechas mientras su esposa enseña en un colegio técnico. Recientemente vendieron sus vacas pero todavía están tratando de rematar sus otros activos, incluyendo su granja y su casa en Weyauwega.

“Es triste pensar en lo que teníamos, lo que estábamos construyendo y en lo que perdimos”, dijo Spierings. “Pero a pesar de todo, no estamos viviendo en la pobreza como lo estuvimos los últimos años”.

Estas terribles circunstancias han llevado a algunos dentro de la industria láctea, en particular a grupos de presión como la Federación Nacional de Productores de Leche, a hacer campaña contra los lácteos alternativos, específicamente contra el uso de términos lácteos en las etiquetas. Los cambios en los gustos de los consumidores se citan regularmente como una de las principales causas de la lenta desaparición de los mismos, pero los productos veganos que utilizan etiquetas como “leche” o, en este caso, “mantequilla”, son vistos por el grupo de presión de la leche como una forma de engañar a los consumidores para robar injustamente la cuota de mercado.

En septiembre, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) anunció que estaba “considerando enfoques para modernizar los estándares de identidad” de los productos lácteos y que recopilaría opiniones del público. (Una revisión de estos comentarios, encargada por la Plant Based Foods Association, sostiene que el 76% estaba de acuerdo con el status quo).

Los senadores Tammy Baldwin de Wisconsin, demócrata, y Jim Risch de Idaho, republicano, están impulsando la Ley de Orgullo Lácteo, que requeriría que la FDA creara un sistema de aplicación más estricto a nivel nacional para el etiquetado de productos y el uso de ciertas palabras. Según la propuesta, etiquetar algo como “leche”, por ejemplo, debe significar que el producto procede de un “mamífero con pezuñas”.

Una versión bipartidista de la Cámara también ha sido presentada por el representante Peter Welch, demócrata de Vermont, y tiene 33 copatrocinadores.

Los estados han estado considerando su propia legislación. La Plant Based Foods Association cuenta 10 que han intentado o están intentando limitar las ventas de productos lácteos alternativos. Wisconsin, sin embargo, ha intentado tomar una táctica ligeramente diferente, al menos cuando se trata de imitadores de mantequilla. Ordenó a los supermercados que retiraran de sus estanterías todos los productos no lácteos etiquetados como “mantequilla”.

Durante 75 años, hasta la década de 1960, la margarina fue prohibida en Wisconsin. Servirla como reemplazo de la mantequilla a estudiantes, pacientes o reclusos en instituciones estatales sigue estando prohibido, a menos que lo solicite un médico. La marca irlandesa Kerrygold, una de las marcas de mantequilla más populares en Estados Unidos, también fue retirada de los estantes en los últimos años debido a una regulación estatal que exige que toda la mantequilla vendida en Wisconsin tenga una marca de calidad federal o estatal, excluyendo efectivamente a las mantequillas extranjeras. Ornua, propietaria de Kerrygold, hizo un trato con el estado en 2017 para someterse a su clasificación.

El 15 de abril, el Departamento de Agricultura, Comercio y Protección al Consumidor de Wisconsin dio instrucciones a los establecimientos de venta de alimentos al menudeo para que retiraran los productos que no cumplieran con la definición legal de mantequilla, la cual requiere que se haga de leche o crema. “Por definición, un producto ‘vegano’... no puede ser etiquetado y vendido legalmente como mantequilla”, dijo el estado. Los productos pueden etiquetarse como imitación de mantequilla, imitación de margarina o aceite vegetal para untar, pero no como productos reales, según el memorándum.

El oficio, que citaba otros productos no lácteos, incluyendo uno de las marcas Upfield, vino en respuesta a las quejas de la industria sobre Miyoko’s Kitchen, según copias de correos electrónicos enviados a los reguladores estatales.

Bob Bradley, profesor emérito del Departamento de Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Wisconsin en Madison y autor de dos libros sobre el tema de la mantequilla, dijo en una entrevista que esos productos estaban mal etiquetados. “No es mantequilla”, dijo simplemente.

Esta no es la primera vez que la mantequilla de Miyoko ha sido desafiada. Su compañía se enfrentó a una propuesta de demanda colectiva el pasado octubre en Nueva York, pero se llegó a un acuerdo. Steve Ingham, administrador de la División de Seguridad Alimenticia y Recreativa del Departamento de Agricultura, Comercio y Protección al Consumidor, dijo la semana pasada que la directiva que prohibía productos como el de Miyoko había sido suspendida a favor de un período de comentarios públicos.

“Elaboramos una proporción significativa de la mantequilla de la nación, y esa es una parte de la industria láctea a la que le ha ido bien”, dijo Ingham en una entrevista. “Así que nos lo tomamos en serio, y cuando recibo quejas sobre estos productos de imitación de mantequilla, hacemos un seguimiento”.

Durante los casi dos meses que la orden de retirada estuvo en efecto, Miyoko’s Kitchen dijo que sus productos fueron removidos de por lo menos una tienda de Whole Foods en Madison y de la cadena minorista Skogen’s Festival Foods. Whole Foods se negó a hacer comentarios. Festival Foods confirmó que los productos de Schinner habían sido retirados de sus tiendas, pero no se seleccionaron otros productos, dijo Kayla Paul, especialista en control de calidad y asuntos regulatorios de la cadena.

Un inspector de salud llegó a una de las instalaciones de Skogen a mediados de abril, explicó. El auditor dijo que la tienda no podía tener la mantequilla vegana de Miyoko en sus estantes debido a su uso del término “mantequilla”.

“Hubo muchas idas y venidas: “¿De quién es la regulación?” dijo. “Pensamos que, si se trata de un reglamento de Wisconsin, ¿por qué no lo hacen también otras tiendas?”.

Schinner dijo que le ofreció al estado una solución: Su compañía haría que las tiendas pusieran calcomanías que dijeran “producto para untar a base de vegetales”. Pero el Departamento de Agricultura, Comercio y Protección al Consumidor no respondió durante más de un mes, dijo. El departamento aprobó la etiqueta el 12 de junio.

Ingham, el funcionario de Wisconsin, dijo que su agencia no estaba planeando hacer cumplir las leyes de etiquetado de otros productos lácteos, como la “leche” líquida, pero que seguiría el ejemplo de la FDA.

“Siempre es bueno verificar la legalidad de la etiqueta”, dijo Ingham, y agregó que Wisconsin produce más de un tercio de la mantequilla de la nación. “Ha sido un producto importante”.

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